Los efectos de la quimioterapia y radioterapia son muy agresivos para el organismo y especialmente para la salud oral de los pacientes oncológicos. Sobre estos efectos y la necesidad de potenciar la atención bucodental para evitar las complicaciones derivadas de dichos tratamientos se centró la conferencia ‘Salud bucodental en el paciente oncológico’ en Infarma Madrid 2022.
De la mano de Teresa de la Jara, especialista en medicina y cirugía oral, y de Carlos Benavent Núñez, farmacéutico formulista, los profesionales dejaron constancia de la importancia que tiene la farmacia comunitaria para ayudar al paciente oncológico, opinión refrendada por Rosalía Gozalo, vocal en funciones de Dermofarmacia y Productos Sanitarios del COFM y moderadora de la mesa.
Teresa de la Jara inició su intervención señalando la importancia de “entender la terapia que recibe el paciente oncológico y cómo afecta a su salud antes, durante y después del tratamiento”. Sobre todo, porque a su juicio el paciente oncológico es “no solo aquel que sufre sino también el que ha sufrido un tumor porque los efectos de sus tratamientos dejan residuos en su cuerpo por más de 10 años y tiene repercusión para su salud bucal”.
A pesar de que los tratamientos para el cáncer han avanzado mucho, la odontóloga recordó que “no están exentos de efectos secundarios, que afectan las funciones básicas de los pacientes por lo que su atención requiere de equipos multidisciplinares, que incluyan médicos, farmacéuticos, odontólogos, fisioterapeutas o psicólogos, entre otros profesionales sanitarios”.
La terapia multimodal más utilizada se compone de quimioterapia, radioterapia, terapia dirigida, inmunoterapia y bifosfonatos. Todos estos tratamientos tienen efectos secundarios y provocan importantes toxicidades, “como la mucositis, un efecto secundario muy limitante y doloroso para el paciente que se presenta en forma de lesión con eritema rojo que les impide comer”, explicó Teresa de la Jara, quien enumeró los problemas más comunes que sufren los pacientes oncológicos, “desde xerostomía, que se produce cuando las glándulas salivales no generan suficiente saliva para mantener la boca húmeda, a problemas para tragar o la disgeusia o distorsión del sabor de los alimentos al comer”.
Sin olvidar las caries y la hipersensibilidad bucal, aspectos que la odontóloga destacó especialmente recordando la importancia que tiene la recomendación farmacéutica en la utilización de cepillos y productos específicos para la higiene bucal. “Los cepillos de la farmacia son los mejores para prevenir el índice de cario génesis del paciente”, aseguró Teresa de la Jara al defender la colaboración de la farmacia para “mantener la boca hidratada y utilizar buenos productos con flúor, que son determinantes para la prevención”.
Por su parte, Carlos Benavent defendió el manejo para el tratamiento bucodental del paciente oncológico desde la farmacia “desarrollando escucha activa, empatía y acompañamiento de estos pacientes para lograr un mayor éxito terapéutico antes, durante y después de las terapias quimio o radioterápicas”.
Para ello, consideró necesario “partir de la prevención, detección y cribado” con pautas sencillas. “Empezando por un buen cepillo con cerdas adecuadas y asesorar a los pacientes sobre el correcto cepillado que se realiza dividiendo la boca en cuadrantes y cepillar 30 segundos en cada cuadrante con el cepillo inclinado para no lesionar”. Tras este primer paso, el farmacéutico también recordó la importancia de la limpieza lingual básica utilizando el cepillo lingual al menos dos veces al día.
Partiendo de la atención farmacéutica, Carlos Benavent defendió la formulación magistral como la “pieza clave de la farmacia para el tratamiento individualizado del paciente”. Desde este punto de vista, el farmacéutico consideró la formulación magistral como la herramienta que “nos puede ayudar para hacer frente a las necesidades de nuestros pacientes, como problemas de disfagia”. Al respecto, el ponente recordó que los pacientes cuando tienen problemas de deglución no pueden tragar capsulas y “debemos preparar su medicación en una suspensión para que les ayude a tomar otros medicamentos”.
Por último, el farmacéutico madrileño defendió la necesidad de establecer “una intercomunicación profesional porque necesitamos tener conexión con el odontólogo o el médico de cabecera para lograr un efecto sinérgico global que permita cubrir las necesidades del paciente. La formulación es una herramienta perfecta para esto y muchos profesionales no prescriben por desconocimiento”.