El resultado del 20D deja el desenlace de las elecciones en manos del PSOE

El PSOE va a tener en su mano el futuro político de nuestro país. Eso sí, después de que el Partido Popular intente lograr la investidura ya que, como ha dicho el secretario general de los socialistas, Pedro Sánchez, “corresponde a la primera fuerza política formar Gobierno”. Y con él coincide el presidente del Gobierno en funciones, Mariano Rajoy, que intentará alcanzar de nuevo La Moncloa, tal y como anunció en su comparecencia para valorar los resultados electorales.

Rajoy puso de manifiesto que el PP ha tenido 30 escaños y 1,5 millones de votos más que el partido de Sánchez, pero los números son los que son y los escaños obtenidos tras este 20 de diciembre dejan claro que es casi imposible la reedición de un gobierno del Partido Popular. El partido de Rajoy no alcanza de ningún modo, ni con el apoyo de Ciudadanos, la suma de 176 escaños necesarios para obtener la mayoría absoluta y, por tanto, el número imprescindible para nombrar presidente de Gobierno.

De esta manera, la responsabilidad de lo que pase a partir de este momento corresponde, casi en exclusiva, a la segunda fuerza política, al PSOE, que tiene tres posibilidades: Apoyar un Gobierno de concentración con el PP; abstenerse en segunda votación y dejar al PP formar Gobierno en una posición muy débil y, por último, intentar formar gobierno. Fuera de estas posibilidades, todas ellas en manos de Pedro Sánchez, solo quedaría la celebración de nuevas elecciones.

No parece probable que el PSOE pueda apoyar activamente la formación de un gobierno del PP ya que sus bases no entenderían el movimiento, por lo que esta opción parece prácticamente descartada. Lo que no sería descabellado es que, a la vista del escenario de inestabilidad, el PSOE permitiera la investidura de Rajoy absteniéndose en la segunda votación y facilitándole ser presidente ya que Ciudadanos ha anunciado que se abstendría. El resultado sería una legislatura corta de año y medio o poco más, pero suficiente para remodelar la estructura tanto del PSOE como del PP con el objetivo de relanzar el bipartidismo. La tercera opción que tiene el PSOE, que no es otra que Pedro Sánchez intente formar Gobierno. Posibilidad que tiene como dificultad la necesidad de contar con los votos de Podemos, sus plataformas regionales, Esquerra Republicana de Cataluña, Unidad Popular, Bildu y otros tres escaños de otros partidos para alcanzar los 176 escaños. Eso sí, se encontrarían con un escollo adicional:  El PP tiene mayoría en el Senado, con lo que el bloqueo legislativo sería continuo.

Por todo ello, aunque quisiera ser presidente, las cosas no serían fáciles para el secretario general del PSOE ya que, adicionalmente a la necesidad de sumar votos de al menos seis formaciones políticas, el líder de Podemos, Pablo Iglesias, ya ha marcado sus prioridades. Un plan de mínimos que podrían sobrepasar las ‘líneas rojas’ del propio Sánchez: cambio constitucional para cambio de sistema, modificación de la Ley Electoral y referéndum en Cataluña sobre su independencia. Si el PSOE no acepta estas condiciones solo quedaría como escenario factible la celebración de elecciones en unos pocos meses.

Con todo, la inestabilidad que habrá en el ámbito político general se traducirá, sin duda, en inestabilidad en el sector sanitario y farmacéutico. Si se alarga mucho el periodo de elección de presidente del Gobierno y formación del Ejecutivo, se retrasará la toma de decisión en aspectos tan relevantes como la autorización de nuevos medicamentos ya que no parece que pueda reunirse la Comisión Interministerial de Precios de los Medicamentos durante el periodo de interinidad que ahora se abre.

El resto de acciones ordinarias de gestión, incluido el reparto de Fondo de Liquidez Autonómica (FLA) que permita seguir cobrando las facturas farmacéuticas en comunidades autónomas como Cataluña o la Comunidad Valenciana no debería verse afectado al estar aprobados los Presupuestos Generales del Estado, pero lo que sí se retrasará es la puesta en marcha del nuevo sistema de financiación autonómico.

Otras cuestiones, al estar transferidas las competencias a las comunidades autónomas no deberían tener ningún problema para los agentes del sector ya que no es necesaria ninguna regulación adicional del Gobierno central.