El profesional de relaciones institucionales de la industria farmacéutica ya está consolidado dentro de las compañías y en la relación con el resto de agentes del sector. Fruto de ese avance también surge la necesidad de aunar esfuerzos, compartir, debatir y poner en común la visión que sobre este puesto se tiene tanto dentro como fuera de las propias compañías farmacéuticas.
Con el objetivo de avanzar en estos aspectos, así como ayudar a mejorar la profesionalización y habilidades de esta posición surgió hace tres años la necesidad de organizar un encuentro anual de estos profesionales. Así nació el Congreso Nacional de Relaciones Institucionales (CNRI) que, tras dos ediciones está plenamente consolidado y, actualmente, está próximo a celebrar su tercera cita.
Tal y como explican a Diariofarma las portavoces y miembros del Comité Organizador del encuentro, Marta Moreno, directora de Relaciones Institucionales de Novartis Oncology y Teresa Millán, directora de Asuntos Corporativos y RSC de Lilly, la valoración sobre las ediciones pasadas del encuentro es “excelente”, una valoración que viene por “el número de asistentes, la calidad de los mismos y las valoraciones que hacen”.
Además, para la tercera edición, que se celebrará en el salón de actos del Hospital Ramón y Cajal de Madrid el 19 y 20 de septiembre, esperan un éxito aún mayor ya que a los pocos días de desvelar el preprograma, la expectación ha sido “importante”.
Tal y como explica Millán, uno de los objetivos de este encuentro es “donde intercambiar experiencias y reflexionar sobre cuál es el papel y cómo veíamos la evolución futura de esta área”, siempre con la mirada puesta en que “los medicamentos lleguen a los pacientes en las mejores condiciones”. Por ese motivo, desde el primer momento se quiso contar con la participación de los interlocutores que los profesionales de las relaciones institucionales tienen en la administración sanitaria.
Esta interlocución y conversación continua va a tener su reflejo en el programa del congreso en forma de ‘diálogos administración sanitaria-industria’ un conjunto de minisesiones en las que, de dos en dos, diferentes representantes de la administración dialogan con directores generales de diversas compañías farmacéuticas. Un diálogo en el que se abordarán asuntos como: ¿Cómo vehiculizar las propuestas de eficiencia?; ¿infrafinanciación del SNS?; ¿Mismo idioma cuando hablamos de pacientes y sus beneficios?; ¿El paciente en el centro del Sistema Sanitario?; fármacos innovadores, ¿cuál es el valor de su incorporación?
Para Millán, la fórmula pensada “es muy innovadora y prevemos que será muy interesante”. Según explica, será una conversación distendida de la que “puedan surgir ideas para poder ser implementadas de algún modo”.
Además, la segunda jornada del congreso también contará con la participación de los portavoces de Sanidad de los principales grupos políticos que analizarán si legislativamente se va en la dirección correcta en la política sanitaria y farmacéutica. Por otro lado, está previsto contar con la voz de los máximos responsables de la Sanidad en diversas comunidades autónomas, sus consejeros, que abordarán la gestión basada en resultados.
Pero más allá de las mesas en las que participan los interlocutores públicos de estos profesionales, la primera jornada del congreso estará centrada en analizar el papel, los retos de los relaciones institucionales y los diferentes caminos a seguir. En este sentido, puede resultar muy interesante la visión de un experto como el director del Servicio Catalán de la Salud, David Elvira, que contará qué es para él la ‘visión anfibia’ de un profesional que se transforma para ejercer su labor en el ámbito público o la industria según el momento y circunstancias. Metamorfosis que Elvira ha sufrido al hacer un viaje de ida y vuelta entre ambas posiciones en muy pocos años.
Por todo ello, y dada la consolidación que se observa de esta cita, Millán considera que lo que queda por delante es “crecer y mejorar porque afianzarse ya se ha hecho en solo dos ediciones”. Y en ese crecer y mejorar se incluyen los intercambios de información y networking que se generan en cualquier congreso, pero también la potenciación de una identidad profesional y reconocer que esta figura es una estructura consolidada dentro del sector farmacéutico y sanitario.