Los retos que tiene ante sí el Sistema Nacional de Salud (SNS) requiere un abordaje diferente al que se ha utilizado hasta el momento. Un abordaje que debe estar presidido por la colaboración y el diálogo entre los agentes y el sistema de cara a encontrar y profundizar en soluciones que hagan posible y viable la incorporación equitativa de las innovaciones terapéuticas.
Para abordar esta situación, el III Congreso Nacional de Relaciones Institucionales (CNRI) organizó una mesa de debate moderada por el director de Diariofarma, José María López Alemany, en la que cuatro parejas de expertos de industria y administración abordaron diferentes asuntos de interés como la financiación del sistema, el valor de la incorporación de los medicamentos innovadores, la vehiculización de propuestas de eficiencia o la situación y visión sobre el paciente en el sistema.
Más financiación sí, pero para actuar diferente
La financiación del sistema fue uno de los asuntos clave que se abordaron en el debate. Los encargados de abordarlo fueron Antonio Fernández Campa, director gerente del Servicio Gallego de Salud (Sergas) y Timmo Andersen, director general de Boehringer Ingelheim España. Ambos coincidieron en que para hablar de infrafinanciación del sistema habría que explicar para qué se iba a utilizar el dinero.
Fernández Campa, bromeó con su condición de gallego para afirmar que la respuesta a una supuesta infrafinanciación del sistema era: “depende”. El responsable del Sergas aseguró que la misma pregunta se ha escuchado hace cinco o diez años y en los próximos años seguirá repitiéndose. Para justificar sus palabras expuso que entre 2001 y 2009 se ha duplicado el gasto sanitario y, aun así, en 2009 se hablaba de infrafinanciación. Además, en relación con las comparaciones que se realizan entre diferentes países y su gasto sanitario, explicó que quería verlo como un caso de éxito ya que “con una calidad bastante razonable da servicios a los ciudadanos a un buen precio”. Además, Fernández Campa quiso poner el foco en la búsqueda de eficiencia del sistema antes de hablar de suficiencia financiera.
Por su parte, Andersen explicó que “cualquier sistema tiene retos de infrafinanciación”, y, por tanto, puede consumir siempre más. No obstante, también aseguró que otra visión es que el dinero es el que es y se tiene que manejar. Por ello, lo primero es debe analizar cuál es el objetivo de la gestión para determinar su éxito: gastar el dinero, cumplir un presupuesto, realizar una actividad o dar valor a los ciudadanos. Para él, “lo más importante es entender el flujo del dinero”. Además, rechazó utilizar la denominación de financiación del sistema ya que el SNS “maneja un presupuesto anual y la financiación implica pensar a largo plazo”. Por ello, consideró necesario “cambiar el modelo desde manejar un presupuesto a una financiación”.
A este respecto, el director del Sergas explicó que el sistema actual “promueve ineficiencias” ya que desincentiva a una gestión del corto plazo si los beneficios se van a producir al cabo de unos años. Una nueva manera de afrontar el futuro requiere acercar los costes al momento de obtención de resultados, explicó. En este sentido, el director general de Boehringer planteó la posibilidad de que la industria también pueda iniciar una relación de financiación de medicamentos en vez de pago. Esta medida se podría iniciar de forma inmediata, algo que no podría suceder con cuestiones que requieran cambios de leyes.
Como conclusión, Fernández Campa explicó que “por poner más recursos al sistema no se va a ganar en eficiencia”, afirmación con la que coincidió Andersen, que dejó claro que “si se incrementa el presupuesto pero no se utiliza para transformar el sistema, no es necesario el incremento”.
Modernizar el SNS y cambiar su gobernanza para ganar en eficiencia
Otro de los asuntos abordados en los diálogos entre la administración y la industria farmacéutica fue la transmisión de propuestas de eficiencia desde el sector a la administración. Bajo el título, ‘¿cómo vehiculizar propuestas de eficiencia?’ este asunto fue abordado por César Pascual, director general de Coordinación de la Asistencia Sanitaria de la Comunidad de Madrid y Javier Ellena, presidente de Lilly España, Portugal y Grecia, que coincidieron en la necesidad de impulsar cambios en el sistema para hacer las cosas de otro modo.
La necesidad de estos cambios fue ejemplificada por el director general madrileño al explicar que el Sistema Nacional de Salud se basa en “una administración que no ha cambiado desde el siglo XIX” en el que la “política de recursos humanos está tan constreñida sindicalmente”, por lo que es “difícil avanzar en eficiencia en más del 50% del gasto”. No solo eso, para Pascual, “tampoco es fácil cambiar los modelos de gestión de infraestructuras” y todo ello es por un “un ‘gobierno en la sombra’, que son los altos funcionarios que dirigen y controlan lo que se puede hacer” ya que no quieren “salir de su zona de confort” y, el ámbito de la gestión “nadie se atreve a tomar una iniciativa con un informe de un técnico en contra”.
Ellena coincidió en que “hay mucha rigidez en el sistema”, pero tal y como aseguró “estamos condenados a hacer algo ya que si no, esto no es sostenible, no tiene futuro especialmente ante la explosión del conocimiento científico y el uso intensivo de las tecnologías”. Ante esta situación, Pascual también creyó seguro que el sistema cambiará en un futuro más o menos próximo, pero avisó de que “si no sabemos a dónde vamos, llegaremos a donde no queremos”. A este respecto, recordó que “el sistema ha estado contaminado políticamente durante mucho tiempo” y esa contaminación política ha dirigido y forzado cambios en decisiones de gestión.
Para Ellena, el cambio a producir en el sistema tiene que ser “radical, no marginal” ya que en muy poco tiempo también han cambiado “radicalmente” tanto la demanda, a partir del envejecimiento y la cronicidad, como la oferta, con gran un desarrollo científico en diagnóstico y tratamiento. Por todo ello, el presidente de Lilly consideró imprescindible un cambio en la gobernanza del sistema para abordar las ineficiencias, así como impulsar la medición de resultados y compartirlos.
Estas ineficiencias, según la bibliografía que citó Pascual, podrían llegar al 30%, tanto en el numerador como en el denominador de la ecuación. No obstante, para el responsable de la Comunidad de Madrid, el mayor problema del SNS es que “se ha convertido en un sistema de derechos y, paralelamente, un modelo de consumos: la gente consume sanidad”. Por ello, reclamó “avanzar socialmente en el cambio del sistema y poner sensatez” ya que “si seguimos avanzando en un modelo de derechos, el sistema sanitario terminará siendo un sistema de servicios sociales, lo que ya desembocaría en su inviabilidad”.
Un paciente formado e informado para tomar las mejores decisiones
Los pacientes también estuvieron presentes en los diálogos administración e industria farmacéutica. Para analizar si se habla el mismo idioma cuando se refieren a los pacientes y evaluar cuál debe ser su lugar en el sistema, participaron Candela Calle, directora gerente Instituto Catalán de la Salud y del Instituto Catalán de Oncología (ICO) y Ángel Fernández, presidente y director general de MSD en España.
Calle explicó que, dado que el paciente “es la razón de ser del sistema”, desde 2010 en el ICO “hemos dejado de pensar en el paciente y para pensar como paciente”. Más allá de la definición, un aspecto que es clave para ambos es la formación y conocimiento que los pacientes tienen acerca de la salud y acerca de su salud. En este aspecto, la directora del ICS planteó una preocupación en este sentido: “es muy grave que se incrementen las enfermedades de transmisión sexual, el consumo de tabaco o el aborto…” y del mismo modo, puso de manifiesto que según encuestas realizadas en Italia o el Reino Unido más del 60% de los pacientes” no entienden lo que les transmite su médico”.
Por su parte, el presidente de MSD expuso que “la misión que tienen las compañías farmacéuticas es aportar tratamientos que contribuyen a tener más salud y va a contribuir mejor a la sociedad, generar menos gastos y va a vivir más y mejor”. Para lograrlo, también hay que avanzar en “educación activa del paciente, una educación que debe ser continua para hacerle responsable de su salud”. Además, Fernández explicó que los pacientes “quieren opinar y participar” y, en este sentido, forman parte de diversos comités y comisiones dentro del SNS.
Medir resultados y valor, clave para la incorporación de la innovación
El último de los diálogos entre industria y administración estuvo centrado en el valor de la innovación y lo mantuvieron José Manuel Martínez Sesmero, director de Investigación e Innovación de Sociedad Española de Farmacia Hospitalaria (SEFH) y Gabriel Galván, director General de Novartis Oncology España.
Para Sesmero, “el concepto de innovación no es lo importante, lo importante es el aporte de valor en forma de resultados de salud”, un análisis que, de forma óptima, “debe incorporar efectividad, seguridad, eficiencia, conveniencia, calidad de vida y percepción del paciente”. Además, según el farmacéutico hospitalario, “una manera de innovar también es reduciendo el coste”.
José Manuel Martínez Sesmero, director de Investigación e Innovación de Sociedad Española de Farmacia Hospitalaria y Gabriel Galván, director General de Novartis Oncology España
Según Galván, “hay que identificar y discernir entre innovaciones que generan un cambio en el paradigma de otras con una mejora marginal o sin ella. Este es el principal debate”, explicó. En este sentido, reclamó que se considere innovación todo lo que suponga un beneficio para el paciente en términos de eficacia, seguridad o conveniencia”. Además, coincidió con Sesmero al señalar que “el resultado en salud es lo más relevante. Si no tenemos un beneficio claro en este sentido, no estamos aportando”. No obstante, en numerosas ocasiones no es fácil de conocer lo que se aporta, especialmente si no se registran datos. Por ello, consideró “un paso importante empezar a medir de forma sistemática”.
El representante de la SEFH también consideró oportuno medir los resultados y los recursos utilizados ya que no es habitual seguir evaluando una innovación después de su incorporación. En este sentido, aseguró que es imprescindible “un proceso de evaluación continua para un proceso fundamental: desinvertir en lo que se ha quedado obsoleto para invertir en lo que aporta valor”.
Otro aspecto que destacaron los dos fue la necesidad de adaptación a la era digital. “La Sanidad no puede no estar en la transformación digital. Es la herramienta que nos va a permitir medir y ser más eficiente”, aseguró Sesmero. Galván apuntó que esa transformación “tiene que arrancar ya” puesto que “la forma de aportar eficiencia al sistema se hará a través de la información que tengamos”.