“En el Servicio de Salud tenemos que ofrecer la atención más eficiente posible a nuestros pacientes, entendiendo por eficiencia dar la mejor calidad de atención al mejor coste posible. Y si los biosimilares están en esta línea, debemos apostar por ellos”. Así de contundente se mostró Juli Fuster, director general del Servicio de Salud de las Islas Baleares, durante el Encuentro de Expertos ‘La gestión de los biosimilares en Illes Balears”, organizado por Diarofarma en Palma de Mallorca.
Los biosimilares suponen “un cambio cultural”, coinciden los expertos
Un encuentro moderado por José María L. Alemany, director del periódico, en el que, además de Fuster, también participaron Nacho García Pineda, director de Asistencia Sanitaria del IB-Salut; Luis Espadaler, jefe de Servicio de Reumatología del Hospital de Son Espases y presidente de la Sociedad Balear de Reumatología; Carlos Dolz, jefe del Servicio Digestivo del Hospital Son Llàtzer; Gracia Espuelas, directora del departamento de Farmacia de Sandoz; y Juan Porto, presidente de la Asociación de Enfermos de Crohn y Colitis Ulcerosa de Mallorca.
Durante el encuentro, los responsables sanitarios de Baleares hablaron sobre las posibilidades que ofrecen los biosimilares, además de ofrecer algunos datos sobre su índice de penetración en la comunidad autónoma.
“La implantación de los biosimilares es muy variable, porque cada hospital tiene diferentes médicos y cada uno tiene una sensibilidad diferente. Tenemos implantaciones que superan el 40% y otras, que no llegan al 20%”, expuso el director de Asistencia Sanitaria del IB-Salut.
Así, el jefe de servicio de Asistencia Sanitaria del IB-Salut explicó que ante la reconocida eficacia de este tipo de medicamentos, el Servicio de Salud de las Islas Baleares ha establecido una estrategia en materia de biosimilares con el fin de potenciar su índice de penetración.
“Hemos propuesto que, en los contratos de gestión, documento que acordamos tanto con los servicios hospitalarios como con atención primaria, todo aquel fármaco que tenga un biosimilar disponible tenga una prescripción de al menos un 50%. Estamos apostando para que el biosimilar sea una alternativa”, recalcó García Pineda. Esa misma visión fue apuntalada por Fuster que confirmó que consideran que los Contratos de Gestión son la mejor herramienta para su impulso.
Una alternativa que debe luchar contra cierta incertidumbre que todavía tienen los profesionales médicos. En este sentido, el director de Asistencia Sanitaria del IB-Salut reclamó una postura más contundente por parte de la Agencia Española del Medicamento en relación a sus recomendaciones en relación al uso de biosimilares. “La propia agencia, cuando le toca dar seguridad, dice que conviene que haya consenso, lo que crea un escenario de incertidumbre, cuando lo que debiera es generar tranquilidad”.
Respecto a Europa, los participantes coincidieron en apuntar que el índice de penetración de los biosimilares en España es muy parecido al del resto de países de la Unión Europea, que fue la primera en regular el concepto de biosimilares.
“La situación que vivimos en España es similar en el resto de Europa. Quizás en los países escandinavos estén más implantados, pero en general estamos por el estilo. En Europa tienen todavía un recorrido la implantación de biosimilares, igual que en nuestro país”, apuntó Carlos Dolz, jefe del Servicio de Digestivo del Hospital Son Llàtzer.
Por su parte y como representante de los pacientes, Juan Porto recalcó la necesidad de contar en todo momento con el paciente y mantenerle informado pues, según expuso, a veces se le cambia la medicación sin aviso previo.
“Hasta ahora la información que tenemos es muy poca. Por eso nosotros estamos con el pie en el freno. Los pacientes nos transmiten su pesar por la poca información de la que disponen. Hay que informar al paciente y a la sociedad”, insistió. Con él coincidió Dolz que reclamó extenderla también a los profesionales.
Como representante de Sandoz, compañía colaboradora en el debate, Gracia Espuelas manifestó que por parte de la industria consideran fundamental contar con el apoyo de la Administración para establecer el marco normativo que permita y favorezca la introducción del biosimilar, así como también con la confianza de los clínicos.
“La Agencia Europea tiene ya 13 años de experiencia con biosimilares y esto demuestra las garantías de calidad, seguridad y eficacia de estos medicamentos. Para nosotros los biosimilares son una oportunidad de un mayor acceso de los pacientes a terapias que son costosas y de impacto”, argumentó la directora de Farmacia de Sandoz.
Espuelas expuso que además de regular el precio, se debe tener muy en cuenta el valor que aportan los biosimilares para el paciente. “A los biosimilares les pedimos también que aporten esa parte de innovación en cuanto a dispositivos de administración, en programas orientados a pacientes, en formación o en ayudar a los clínicos”.
Si bien es cierto que los biosimilares pueden reducir el coste de los tratamientos de los pacientes, los responsables de Salud de Baleares recalcaron que nunca el servicio de salud ha puesto ningún impedimento a los facultativos a la hora de prescribir un medicamento, por muy caro que éste sea.
“La Administración no es temeraria. No vamos a apostar por algo que suponga un perjuicio para los pacientes. El Servicio de Salud tiene unos médicos que tienen comisiones de farmacia y los profesionales debatimos para ver qué debemos comprar. No es una decisión que tome una persona, sino que se debate entre todos y parte desde el consenso. Y si existe una alternativa segura, eficaz y a un precio adecuado, perfecto”, esgrimió Nacho García Pineda, quien además indicó que en el IB-Salut realizan la compra de medicamentos de manera centralizada, si bien en determinados casos se permite a los hospitales que puedan hacer una demanda en particular.
Más allá de los criterios de calidad, seguridad y eficacia, la administración busca también la eficiencia, pero tal y como explicó el director gerente del IB Salut, el objetivo nunca es “ahorrar por ahorrar”, ya que “no hay que imponer el coste”. De este modo, el objetivo es conseguir “más calidad al menor coste”, aseguró Fuster.
Fotos y textos: María Antonia Cantallops