La Dirección General de Asistencia Sanitaria del Servicio Extremeño de Salud (SES) ha hecho público el documento que contiene la 'Estrategia de Prevención y Atención a Personas con Enfermedades Crónicas de Extremadura'. La estrategia es fruto, explican, de un análisis de la realidad demográfica, de la morbilidad y la mortalidad de la población extremeña y, a partir de él, se han planteado objetivos y acciones en tres áreas estratégicas diferenciadas: 'Promoción de la Salud y Prevención de la Enfermedad Crónica', 'Atención a la Persona con Enfermedad Crónica' y 'Atención al Paciente Crónico Complejo'. Dentro de la tercera de esa áreas, hay un apartado específico dedicado a 'Farmacia', en el que se esgrimen algunas líneas de acción para optimizar la farmacoterapia. Dentro de ellas puede verse que la Consejería aboga por el trabajo en coordinación de los farmacéuticos de todos los niveles asistenciales, incluido el comunitario.
En el documento, fruto del trabajo de más de 100 profesionales sanitarios y expertos de otras disciplinas durante dos años, se indica que, "en el caso de las personas con enfermedades crónicas, que precisan en su mayoría tratamientos farmacológicos durante largos periodos de tiempo para mantener la situación de estabilidad de su condición o la recuperación tras una reagudización, es muy frecuente la polimedicación, aumentando el riesgo de iatrogenia y/o inadecuación del esfuerzo terapéutico". Por eso, los promotores de esta estrategia consideran que las intervenciones a este nivel deben perseguir unos resultados concretos "que mejoren la calidad de vida del paciente", manteniendo tanto la "seguridad, como la eficacia y eficiencia del tratamiento prescrito". En este sentido, abogan por las actuaciones "coordinadas entre los distintos actores y escenarios en los que se atiende al paciente" y, al mismo tiempo, "una coordinación de sistemas de información entre niveles, que reúna toda la información relacionada con la farmacoterapia y que garantice el acceso por igual para la totalidad de profesionales, desde los diferentes ámbitos".
Para conseguirlo, se establecen una serie de líneas de acción en los distintos ámbitos. Véanse, entre ellas, la de fomentar intervenciones de educación a población sana sobre el uso racional del medicamento en todos los ámbitos de atención; impulsar la adecuación farmacoterapéutica, tanto en el ámbito de la Atención Primaria, de Atención Hospitalaria, y también en el espacio sociosanitario y a nivel comunitario; fortalecer la adherencia al tratamiento en el paciente y, cuando se requiera, implantar sistemas personalizados de dispensación como medida de apoyo, y desarrollar la Cartera de Servicio de Uso Racional del Medicamento de los farmacéuticos de Atención Primaria, como elemento imprescindible para la coordinación y desarrollo de la atención farmacéutica interniveles.
Historial farmacoterapéutico único
Asimismo, en aras de garantizar la coordinación y comunicación entre profesionales, equipos y pacientes, apuestan por crear un historial farmacoterapéutico único visible desde todos los ámbitos, para quienes trabajen vinculados a la terapia farmacológica y no farmacológica de las personas con enfermedad crónicas; establecer un plan terapéutico con base en los objetivos en salud que se pretenden alcanzar para cada paciente; promover la revisión farmacoterapéutica en todos los ámbitos asistenciales; sistematizar la conciliación de la medicación en las transiciones asistenciales; implantar el seguimiento farmacoterapéutico por parte de los farmacéuticos en todos los ámbitos de atención; establecer mecanismos de coordinación y comunicación de las intervenciones farmacoterapéuticas entre profesionales de un mismo ámbito y entre ámbitos diferentes y el paciente o cuidador; , y dotar a los profesionales involucrados de herramientas informáticas que ayuden en las diferentes intervenciones que requiera el paciente, incluidas ahí la educación, la adecuación, la adherencia, la conciliación, la revisión, el seguimiento y la deprescripción.
Finalmente, la Estrategia incluye, en lo que respecta a las intervenciones relacionadas con terapias farmacológicas, la evaluación de los resultados conseguidos con éstas en relación con unos objetivos que deben ser fijados previamente. A este respecto, la línea de acción consistiría en establecer indicadores de resultados, que permitan después medir si se han alcanzado los objetivos establecidos en el plan terapéutico de cada paciente.