El presidente y CEO de Pfizer, Albert Bourla, ha destacado los avances de la compañía americana en el Plan de 5 Puntos que se han propuesto para contribuir, junto con otros compañeros de la industria e instituciones académicas, a desarrollar enfoques novedosos para prevenir y tratar el COVID-19.
En ese sentido, Pfizer habría puesto el ojo en el potencial de los inhibidores de la proteasa SARS-CoV-2 tipo 3C (3CL) contra el coronavirus y va a iniciar estudios preclínicos con un perfil antiviral adicional y una evaluación de la idoneidad de la molécula principal para la administración clínica intravenosa. Paralelamente, están invirtiendo para acelerar el inicio de un posible estudio clínico de esta molécula en el tercer trimestre de 2020, en caso de obtener datos positivos en los estudios preclínicos.
La firma norteamericana llegó además a un acuerdo de colaboración con BioNTech el pasado mes de marzo, para el desarrollo conjunto de la vacuna de esta compañía biotecnológica basada en ARN mensajero para prevenir la infección por Covid-19. Ambas compañías planean realizar ensayos clínicos en múltiples centros de investigación de Estados Unidos y Europa a finales de abril de 2020, suponiendo la aprobación reglamentaria, y prevén que podrían suministrar millones de dosis a finales de 2020 si finaliza con éxito el programa de desarrollo y logra la aprobación por parte de las autoridades reguladoras. A partir de ahí, se lanzarían a aumentar rápidamente su capacidad de producción para contar con cientos de millones de dosis en 2021.
Unido a esto, los investigadores de Pfizer van a publicar una revisión de datos clínicos e in vitro sobre azitromicina como agente con propiedades antivirales en Clinical Pharmacology and Therapeutics, la cual, dicen, puede servir para facilitar el uso de azitromicina en futuras investigaciones sobre Covid-19, enfermedad para la que no está autorizada.
Pfizer también estaría trabajando con el Grupo de Investigación Clínica de Infecciones Respiratorias de la Escuela de Medicina Tropical de Liverpool para iniciar dos nuevos estudios que proporcionen información sobre la interacción entre Streptococcus pneumoniae y SARS-CoV-2, y esperan llegar a un acuerdo en los próximos días para proporcionar fondos y apoyo en pruebas de laboratorio.
Además, a finales de esta semana está previsto que dé comienzo en Italia un estudio en fase II iniciado por un investigador independiente para analizar el uso de tofacitinib, un inhibidor oral de la vía JAK, en pacientes con neumonía intersticial por SARS-CoV-2. La compañía también está en conversaciones con otras instituciones para realizar estudios adicionales con tofacitinib y otros moduladores del sistema autoinmune del portfolio de medicamentos, partiendo de la hipótesis de que la inhibición de la vía JAK podría mitigar la inflamación sistémica y alveolar en pacientes con neumonía relacionada con Covid-19 al inhibir la señalización de citocinas esenciales involucradas en la respuesta inflamatoria mediada por el sistema inmune que podría provocar daños en los pulmones, resultando en un síndrome de distrés respiratorio agudo en pacientes con neumonía relacionada con Covid-19.