No se puede saber si es real o simplemente táctico, pero sorprende el nivel de cercanía que muestran las portavoces de PSOE y PP en la Comisión de Sanidad. Ya hubo cruce de elogios y mensajes de afinidad cuando se cerró el Dictamen de Sanidad en la Comisión de Reconstrucción. Allí, las representantes de ambos partidos fueron capaces de aparcar las diferencias para sacar adelante lo que todos califican como un compendio de proposiciones no de ley. Ahora, Ana Prieto y Ana Pastor han repetido dichos gestos durante su intervención en el XX Encuentro de la Industria Farmacéutica y ambas se han mostrado partidarias de "un gran acuerdo" para apuntalar el sistema sanitario.
Pastor destacó, durante su discurso, los que para ella deberían ser los principales ejes de acción. Se refirió, en este caso, a la necesidad de reforzar el sistema de Salud Pública y, más concretamente, el de vigilancia epidemiológica. Una de las medidas que había pedido su Grupo es la de la creación de una Agencia de Salud Pública, que el Gobierno estaría barajando crear pero con forma de Centro Nacional. La representante popular sigue pensando que la figura de la Agencia presenta algunas ventajas, aunque reconoció que "la figura da igual, lo importante es reforzar esto mediante un sistema coordinado, que aproveche los sistemas de información" y que no esté disperso en varios organismos.
Siguiendo con la necesidad de coordinación, opinó que hay que "mejorar la gobernanza del sistema sanitario". Defendió la utilidad del modelo descentralizado para acercar la sanidad a los territorios, pero echó de menos una mejor coordinación por parte del Ministerio. En este punto, la diputada socialista, que aboga por la "cogobernanza y coordinación entre Ministerio y CCAA", ha admitido que "reforzar al Ministerio de Sanidad para que pueda desempeñar sus funciones" también es clave.
Otro punto de encuentro se dio, por ejemplo, en lo que respecta a la articulación de una estrategia de coordinación sociosanitaria, la cual, según Pastor, debería basarse en la fusión de las historias clínicas, dando lugar a una "compartida". Por su parte, Prieto puso el énfasis la importancia de contar con planes de contingencia "para planificar las actuaciones necesarias para garantizar la salud de los residentes, incluyendo la derivación de los residentes a centros sanitarios" ante situaciones como las vividas en esta pandemia.
También ambas conciben como prioridad el avance en la digitalización de la sanidad. En este punto, la diputada popular hizo referencia a la importancia de adoptar los avances en telemedicina para, por ejemplo, garantizar un servicio sanitario adecuado a zonas rurales. La socialista se mostró de acuerdo con la necesidad de transitar este camino y defendió la apuesta del Ministerio de Sanidad, anunciada el pasado 3 de septiembre, de poner en marcha una nueva estrategia de salud digital.
La coincidencia también se dio en lo que respecta a la necesidad de reformar el sistema de financiación, para, en definitiva, dotar al sistema sanitario de los medios necesarios para prestar un servicio de calidad, así como de impulsar la investigación biomédica, lo que, para Prieto, va a ser "clave para la reconstrucción del país". Pastor reconoció, a este respecto, que todos los grupos están de acuerdo en que hay que "llegar a ese 2% del PIB, teniendo claras las líneas estratégicas".
La diputada popular abogó también por "impulsar a la industria farmacéutica en España", mientras que la socialista llamó a "reforzar el papel de la farmacia comunitaria en todos los programas de salud donde el trabajo en equipo puede mejorar los resultados en salud". Hizo mención específica, en este punto, al seguimiento farmacoterapéutico.
El único punto de discordancia que surgió ni siquiera fue puesto encima de la mesa voluntariamente por las dos diputadas, sino que surgió de una pregunta realizada por una de las personas que seguían virtualmente la charla. Tuvo que ver con la medida incluida en el Dictamen, relativa a la prohibición de que la industria financie actividades formativas para profesionales sanitarios y pacientes. Pastor aseguró que su Grupo no está de acuerdo con ese punto (y algunos otros), pero que, al no tener el texto rango legal, se priorizó la transmisión de una imagen de consenso. "Apoyamos la ponencia porque es una PNL, aunque había elementos en los que no coincidíamos. Hemos presentado una proposición posterior, porque entendíamos que la redacción que se le dio no era afortunada. Pero merecía la pena un gran acuerdo. En caso de que hubiera sido una ley, habríamos tenido otro posicionamiento. Para nosotros, lo importante es que las compañías cumplan, como lo hacen, con el compliance, los principios éticos, la transparencia... Pero pensamos que la colaboración y participación de todos los sectores es fundamental", afirmó.
Prieto no quiso entrar en polémicas, y zanjó el tema defendiendo un modelo de colaboración con la industria que se desarrolle "con la mayor transparencia", y mostró su convicción en que "hay que trabajar para que la Administración tenga más peso en la formación".
A partir de aquí, los grupos parlamentarios se tendrán que poner a trabajar para materializar las medidas acordadas y que el Dictamen no quede en papel mojado. De cara a esa labor, Pastor aseguró que "son muchas las circunstancias que nos obligan a unir fuerzas para plantar cara a la situación actual y alcanzar un acuerdo de estado en materia sanitaria". A Prieto le gustaría "un acuerdo que incluya a todas las fuerzas políticas" que dé lugar a un sistema sanitario "público, de acceso universal, con cohesión y calidad". En su opinión, es clave un gran acuerdo para que "independientemente del color político (de quien gobierne), se pueda afianzar nuestro sistema sanitario y blindar la atención de calidad a toda la población".