El Centro de Farmacovigilancia de Aragón y los colegios de farmacéuticos de la región han organizado el curso ‘Formación en Farmacovigilancia y seguridad de las vacunas frente a covid-19’ en el que han participado más 100 farmacéuticos.
El curso se enmarca en la iniciativa de la Agencia Española del medicamento, a través de su Plan de Vigilancia y su objetivo es concienciar de “que con las vacunas frente a la covid-19 que se van administrar a la población en general en un corto espacio de tiempo, es necesaria la participación de todos los profesionales sanitarios para poder identificar y notificar nuevos posibles acontecimientos adversos”, señalan desde los colegios de farmacéuticos.
Tal y como indican, la profesión farmacéutica desempeña un importante papel para garantizar el seguimiento en aspectos relativos a la seguridad de la vacuna covid-19, dada la capilaridad de la red de farmacias en Aragón, tanto en el medio urbano como rural, y su especial capacitación. Por ello, gracias al contacto directo con el paciente, “el farmacéutico posee un papel privilegiado en la identificación y notificación de las reacciones adversas a cualquier medicamento”, aseguran.
Como señala Mercedes Arias, vocal de Atención Farmacéutica del COF de Zaragoza, “es esencial que los farmacéuticos, como profesionales sanitarios más próximos y accesibles a los ciudadanos, dispongan de toda la información actualizada sobre vacunas, especialmente, en una cuestión de tanta actualidad como las vacunas frente a la covid-19 y que genera muchas consultas a las oficinas de farmacia”.
Hasta ahora no se ha identificado ninguna reacción adversa desconocida que pueda ser motivo de preocupación. Las reacciones que más se notifican siguen siendo los trastornos generales (fiebre, fatiga, escalofríos, cefalea, dolor muscular y articular, náuseas, dolor, hinchazón y enrojecimiento en el punto de inyección). Reacciones de intensidad leve o moderada y que se resuelven en un plazo de pocos días tras la vacunación.
La farmacéutica Mercedes Arias, recuerda que si siente dolor en el lugar de inyección, la aplicación de frío local puede ayudar y que si sube la fiebre, es importante beber abundante líquido y no abrigarse demasiado para favorecer la pérdida de calor, así como tomar un analgésico antitérmico.
Por último, Arias recuerda que se debe seguir haciendo uso de las medidas de prevención (mascarilla, distancia social y lavado frecuente de manos), aunque estemos vacunados.