Política

Contratación basada en valor, un reto para la industria y la administración

Analizar las claves de la contratación pública basada en el valor fue el objetivo de un debate online organizado por la sección de Derecho Farmacéutico del Colegio de Abogados de Madrid (ICAM).

La contratación pública basada en valor es una de las cuestiones que está siendo objeto de análisis y debate por expertos del sector sanitario ya que, a pesar de que se apuesta de forma unánime por su idoneidad en el ámbito sanitario, su aplicación e inclusión en los pliegos de contratación no está exento de complejidad. Este es uno de los retos a los que se enfrenta la administración pública y la industria desde hace décadas, ya que el criterio más utilizado para la compra pública ha sido, casi exclusivamente, el precio.

Con este objetivo, tras cuatro años de vigencia de la nueva Ley de Contratos del Sector Público (LCSP), las peculiaridades de su aplicación en el sector farmacéutico y los retos que deben afrontarse para que se evolucione hacía una compra basada en valor, la sección de Derecho Farmacéutico del Colegio de Abogados de Madrid (ICAM) ha organizado un webinar para analizar estas cuestiones. “La partida de adquisición de medicamentos es de las más importantes dentro del gasto sanitario, y por tanto, es esencial que su regulación y funcionamiento en la práctica sean de verdad eficientes para el Sistema Nacional de Salud”, destacó la moderadora del encuentro, Nuria Amarilla, presidenta de la sección del Derecho Farmacéutico del ICAM.

El encuentro ha contado con la participación de Helena Gómez-Acebo, abogada y Tender Manager-One Trade de Sanofi; Pilar Jimeno Alcalde, Customer Value & Public Tender Lead en AstraZeneca y asesora de la sección de Derecho Farmacéutico del ICAM y Pedro Novas, fundador de la consultora Canda Health Solution.

Amarilla destacó que los retos a los que se enfrenta el sistema “son muchos”, desde la compra de medicamentos exclusivos que tienen aún la patente en vigor, las terapias avanzadas, los medicamentos que llevan asociados prestaciones complejas o el suministro de genéricos o biosimilares en esta ecuación. “Son nuevas formas de colaboración pública o privada que es necesario analizar”, subrayó.

Durante su intervención, Gómez-Acebo destacó que el sector farmacéutico está muy regulado e intervenido en cuanto al precio, la prescripción y dispensación. Además, cuenta con unas “especificidades que deberían ser tenidas en cuenta en cualquier tipo de procedimiento de compra pública”. Esta experta destacó que en la exposición de motivos de la Ley de Contratos del Sector Público (LCSP) se reconoce el carácter estratégico de la contratación pública para conseguir los objetivos europeos, crecimiento inteligente, sostenible e integrador”. Además, añadió que se establece la obligación para los órganos de contratación de velar por que en “los diseños de los pliegos y criterios de adjudicación se permita la adquisición de obras, de suministros y servicios de gran calidad y que promuevan la innovación”.

Por ello, resaltó que la normativa ofrece herramientas para articular la compra pública basada en valor, ya que, introduce los contratos mixtos, la asociación para la innovación, las consultas preliminares al mercado y evoluciona del concepto tradicional de proveedor a un concepto más de socio estratégico. Todo esto, “bajo tres pilares”, como la protección de derechos laborales y sociales, la protección del medio ambiente y favorecer la innovación. 

Esta experta también hizo referencia al libro publicado recientemente por la EFPIA donde se recoge la eficacia de la contratación pública de medicamentos en la Unión Europea (UE) e hizo referencia a cuatro de las cuestiones que se señalan. Aspectos como la escasa participación del personal clínico en la elaboración de los pliegos en su fase preparatoria; el aumento de adjudicaciones basadas únicamente en el precio; además precios desproporcionados en cuanto a la estructura, es decir, condiciones contractuales desequilibradas y, por último, que no pocos pliegos recogen criterios cualitativos pero que cuentan con tan poco peso que no permite la diferenciación entre las ofertas que se presentan. 

Por todo ello, Gómez-Acebo reconoció que es una contratación compleja, pero “se están dando pasos para evolucionar hacía estos modelos de compra”, ya que cada vez se observan más consultas preliminares al mercado, que según dijo son “muy útiles”. Para esta experta, “antes de lanzarse a la compra pública por valor”, debería preguntarse al mercado qué hay y qué puede ofrecer para mejorar estos modelos. Al día de hoy, se encuentran muy centrados en tecnología sanitaria, pero desde su punto de vista, “nos darán el conocimiento y experiencia y terminará llevando a que estos modelos lleguen a la compra pública de medicamentos”. 

Para esta experta es clave apostar por el trabajo multidisciplinar, poner el foco en el paciente y elegir bien el resultado que se quiere conseguir. Es necesario comenzar a trabajar en estos modelos de compra basados en valor y mantener un diálogo abierto y transparente.

Contratos integrales que incluyan servicios

Por su parte, Pilar Jimeno focalizó su intervención en los retos a los que debe enfrentarse la industria. Para esta experta la LCSP es una ley generalista y puede ser un hándicap para la compra de medicamentos y, en línea con Gómez-Acebo, apuntó que el precio está regulado y el sector cuenta con unas características técnicas y cualitativas que hace necesario una normativa especializada. 

Jimeno refirió que la industria, una vez asumido el modelo de compra en el que se implantan los contratos de riesgo compartido, debería evolucionar “a un tipo de compra integral donde se adquieren los productos y servicios”. Según ella, “es necesaria una visión de futuro, más ambiciosa y poder presentar servicios integrales a la administración”. No obstante, también reconoció que, en este recorrido, la industria farmacéutica se enfrenta a “retos internos que en muchas ocasiones ofrecen resistencia por una cuestión cultural y se continúa vendiendo el producto como tal y no se ofrece ese valor añadido”. Para este cambio interno, Jimeno también puso encima de la mesa la necesidad de trabajar con los departamentos de compliance, además de evaluar la manera de cómo se transmite internamente este concepto.

La asesora de la sección de Derecho Farmacéutico del ICAM señaló que incorporar estos mensajes en la industria es un reto ya que existe la necesidad de que “se pueda medir” y “ver este impacto”. Además, consideró “esencial” contar con esa visión multidisciplinar y ser socio de la administración en busca de una solución, “no se puede trabajar en silos, y el paciente debe estar en el centro de la ecuación”, apuntó.

Para esta experta es esencial “trabajar juntos” en la elaboración de pliegos y definición de los criterios técnicos que “hacen que el producto o el valor tenga más sentido y se evolucione”. Además, remarcó la necesidad de alinear propuestas y escuchar al cliente para crear estrategias enfocadas a ese valor a medio o largo plazo. Ya que, según dijo, el plazo de “cinco años” que recoge la ley para determinadas contrataciones es uno de los problemas para la compra basada en valor, por ello, es necesario buscar fórmulas para conseguir aunar las necesidades de la administración y las propuestas de la industria. 

Por su parte, Pedro Novas puso sobre la mesa que “es falso” que la nueva ley haya ayudado “a cambiar el modelo”. Según él, la anterior ley de contratos “servía igual, ya que contemplaba los contratos mixtos y de servicios” y justamente son los que se están utilizando para la contratación basada en valor. Novas añadió que “está muy bien el intento de las directivas que están ayudando a este cambio de modelo y que no todo se base en el precio, pero antes también se podían hacer cosas innovadoras”.

El responsable de Canda Health Solution señaló que, hasta ahora, la industria farmacéutica “no ha tenido que centrarse en estas cuestiones, como la compra basada en valor o aportar algo más”. Este experto reconoció ser “bastante crítico respecto a esta cuestión” que, según dijo, “tiene que cambiar”, ya que, desde su punto de vista, “la industria ha vivido, en cierta medida de las rentas”. No obstante, en línea con Gómez-Acebo, aseguró que “hay mucha más contratación basada en valor o más evolucionada”, pero ello, según él, es debido a que existe más competencia y ha hecho que se tengan que “buscar nuevas vías, buscar el valor y diferenciarse, ya que yendo al precio poco se puede aportar, por ello, la industria farmacéutica se tiene que reinventar”, aseguró. 

Otro de los aspectos que resaltó Novas fue la importancia de la “memoria justificativa” que en los últimos tiempos ha cogido “un peso muy importante”. Para este experto es posible “contratar lo que se quiera desde la administración” y no debe olvidarse el concepto de “discrecionalidad técnica de la administración” que ampara a la misma para elegir la solución que estime oportuna.

Por otro lado, Novas puso sobre la mesa la importancia del trabajo multidisciplinar para abordar este tipo de contratación. Según dijo, “los objetivos están desalineados y ello complica que se pueda evolucionar”. Para este experto, con larga experiencia dentro de la administración, la contratación es llevada por personal administrativo, que pueden contar con una base jurídica, pero “si realmente se quiere avanzar y cambiar la manera de contratar”. A este respecto, mostró su “sorpresa” por que se cuente solo con “meros administrativos para muchas cuestiones de contratación que son cuestiones muy estratégicas”.

Para dar respuesta a estos retos de la contratación, según Novas es esencial que este trabajo se aborde por un equipo multidisciplinar, “que no existe en la administración”. Dentro de este equipo es necesario contar con clínicos, farmacéuticos y abogados que trabajen en el proceso asistencial, abordando los resultados en salud.

Novas también puso sobre la mesa la importancia de la contabilidad presupuestaria dentro de la administración que se “complica mucho el cambio de modelo”. Según dijo, “faltan incentivos y experiencia”, por lo que es necesario empezar a formar a las personas de la propia administración que gestionan el presupuesto, ya que son “los que tienen la llave”. A este respecto, resaltó que los sistemas de salud deben formar a sus directivos e incluir a los clínicos, “que entienden perfectamente lo que es la compra basada en valor”. Este experto resaltó la mejora que se ha producido respecto al diálogo, ya que, según dijo, lo importante es “saber qué se quiere contratar”, ver cómo se puede realizar y posteriormente monitorizar el éxito.

Por último, y a preguntas de la moderadora, los expertos coincidieron en la necesidad de formación de los profesionales responsables de la redacción de los pliegos e implantar una visión estratégica dentro de la propia administración, siendo un tema cultural y se destacó que la administración debe interiorizar estos nuevos modelos de compra, priorizar y dedicar el tiempo necesario para la elaboración de los pliegos. 

Novas hizo hincapié en la necesidad de formación y conocimiento para la redacción de pliegos, como ejemplo, puso sobre la mesa el método instaurado a nivel institucional en Holanda, donde han puesto en marcha un modelo de compra basado en valor a nivel estatal, con el fin de facilitar herramientas que ayuden al cambio de modelo

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