El copago es, sin duda, “la medida más eficaz en el control del gasto farmacéutico”, así lo asegura el informe de análisis el Observatorio del Medicamento correspondiente al mes de noviembre, elaborado por la Federación Empresarial de Farmacéuticos Españoles (Fefe).
El aunque el Observatorio considera que el copago “no es un asunto sencillo”, y “hay políticos que aprovechan su complejidad para oscurecer su perfil real e inducir un fácil rechazo popular”, sin embargo, puede ser necesario para evitar el llamado “riesgo moral” y el “síndrome de la barra libre” que conlleva la falta de copagos.
Como dato, el informe recuera de que “la modificación del año 2012 abocó a un descenso en los dos años inmediatos de más de 150 millones de receta y que se ha tardado en recuperar el consumo inicial más de 10 años”.
Los cambios en el sistema de copago farmacéutico introducidos en los últimos años para eximir a nuevos colectivos como los menores con discapacidad mayor del 33% o los pensionistas con rentas más bajas han elevado el número de personas que no deben pagar por sus medicamentos. Representan ya el 15% de las tarjetas sanitarias en vigor en 2022 según datos del Ministerio de Sanidad, frente al 4,4% que representaban en 2018.
En concreto, de las 47,3 millones de tarjetas sanitarias contabilizadas en 2022 (incluidas las de no asegurados o extranjeros con convenio), 7,3 millones de personas disponían del código TSI 001, el reservado a las personas exentas de copago farmacéutico, lo que supone 5,2 millones más de personas en esta situación que hace tan sólo cinco años.
Otro factor a tener en cuenta, aseguran “es la existencia de medicamentos con aportación reducida con un gran impacto en el consumo, ya que en su mayor parte son tratamientos de larga duración. Ni el Ministerio, ni las Comunidades Autónomas, informan sobre cuanto representan los medicamentos con aportación reducida”.
Aumentar el copago” se juzga políticamente inviable, sin embargo, en los principales Estados de la Unión Europea la cantidad real pagada por los usuarios es mucho mayor”, indica el informe.
2022, razonablemente bueno
El Observatorio concluye en su informe de noviembre que “desde el punto de vista del crecimiento del mercado, el año 2022 ha sido razonablemente bueno y terminará con un incremento anual en torno al 5%, una cifra que no es para tirar cohetes, con una inflación del 8%, pero que proporciona un cierto confort a muchas farmacias”.
Igualmente señala que la incógnita más importante para el año 2023 es una anunciada reforma de la Ley del Medicamento que podría llevar a cabo una modificación importante en el sistema de precios de referencia, aunque nada de esto se sabe en concreto. Eso sí, recuerda, “hay muchas cuestiones a la espera de decisiones, como la implantación de los precios notificados en atención primaria y la eliminación del cupón-precinto, que todavía están pendientes de una cuestión prejudicial en el Tribual de Justicia de la Unión Europea, por lo que no puede asegurarse que queden resueltos en 2023”.
Con respecto a la elaboración de SPD, el Observatorio considera que “lo razonable sería que todas las farmacias puedan hacer SPS, aunque también puedan encargar esta tarea a otras farmacias, como ocurre con las fórmulas magistrales. La Ley de Ordenación y Atención Farmacéutica de Madrid, no lo prohíbe expresamente, aunque ya hay un documento de la Aemps que taxativamente no lo permite. A nuestro entender esta función no debería salir del canal farmacéutico, pero tampoco obligar a que sea cada farmacia quien elabore las SPD para sus pacientes, dadas las exigencias técnicas que se imponen, lo que haría inviable que algunas farmacias con pocos pacientes lo hagan”, concluye.
Nicolas Gonzalez Casares: