La Consejería de Salud de Navarra ha informado del reconocimiento de un total de 10 profesionales del SNS-O, que operan en las áreas de Medicina y Farmacia, como grupo satélite oficial para Europa del equipo Cochrane Hipertensión, formalizando así una colaboración que arrancó en 2010, cuando el grupo Cochrane Hipertensión contactó con profesionales del SNS-O que elaboran el Boletín de Información Terapéutica de Navarra para ofrecerles la posibilidad de colaborar en investigaciones conjuntas para apoyar a la actividad médica y de gestión en la mejora de tratamientos y la toma de decisiones.
Junto a esta noticia, Salud también ha informado de los resultados de un estudio realizado por este grupo de profesionales, basado en el cribado y revisión de cerca de 6.000 estudios sobre hipertensión realizados en todo el mundo, y en el que han concluido que mantener un nivel de tensión arterial más bajo del habitualmente recomendado en personas hipertensas con enfermedad cardiovascular no reduce el riesgo de mortalidad o de sufrir eventos adversos graves.
Las conclusiones de este ambicioso análisis, publicadas recientemente publicadas por el grupo Cochrane, son fruto de un proceso de investigación que ha partido de el cribado previo de los miles de estudios que existen sobre los efectos de una determinada práctica clínica a nivel mundial, con el objetivo de establecer con precisión sus efectos beneficiosos y/o perjudiciales y extraer conclusiones que contribuyan a mejorar los tratamientos médicos vigentes.
Un análisis que parte de 6.000 estudios
Concretamente, partieron de una base de cerca de 6.000 estudios internacionales relacionados con el tratamiento de la hipertensión. De esos, seleccionaron los más adecuados a los objetivos de la investigación, analizando más a fondo un total de 171 artículos, para centrarse finalmente en seis ensayos clínicos basados en el seguimiento de unos 10.000 pacientes durante una media de 3,7 años.
Al analizar estos seis estudios habrían apreciado una ligera disminución en la aparición de eventos cardiovasculares entre los pacientes que siguieron un tratamiento más intensivo (≤135/85 mmHg), en comparación a los que mantenían una tensión arterial estándar (≤140-160/90-100 mmHg). Sin embargo, no se encontraron diferencias en los aspectos de mayor relevancia, como son la mortalidad o el conjunto de eventos adversos graves medidos de forma global. Los investigadores concluyen que "en la actualidad, no hay pruebas suficientes para justificar objetivos de presión arterial en personas con hipertensión y enfermedad cardiovascular establecida, por lo que se necesitan más ensayos".