“Hemos trabajado un plan para tratar de controlar, anticipar y prevenir problemas” en el consumo de los medicamentos que están muy demandados por los hospitales para atender a los pacientes con covid-19. Son palabras del jefe del Departamento de Medicamentos de Uso Humano de la Agencia Española de Medicamentos (Aemps), César Hernández, a Diariofarma para resumir todas las actividades que han realizado para garantizar que los pacientes accedan a los medicamentos que sean necesarios durante la pandemia por el coronavirus.
Según Hernández, este plan está permitiendo una normalidad casi total en la farmacia comunitaria y servir a los hospitales nacionales una demanda creciente de algunos productos de vital importancia para los pacientes con covid-19. Un aumento que, en algunos casos, supone “estar sirviendo siete veces más que el consumo habitual”, pero no solo eso. El objetivo es “poder acomodar incluso una demanda superior en camas de cuidados intensivos”. Por ese motivo, para Hernández es importante trasladar un mensaje de trabajo y tranquilidad puesto que hay planes para abordar los retos de la situación y “no queremos que se extienda una sensación de pánico” entre los profesionales o pacientes, explica.
El representante de la Aemps es consciente de la situación que se vive en los hospitales, pero quiere trasladar un mensaje de tranquilidad dentro una situación extremadamente complicada como la que vivimos. “Ahora mismo no tenemos ningún medicamento del que no tengamos reservas, aunque es cierto que hay retrasos o que se sirven pedidos no completos”. ¿Y por qué sucede esto? porque según Hernández hay que realizar una distribución equitativa y eficiente en todo el territorio para asegurar que los centros con mayor demanda en cada momento dispongan del producto y evitar que pueda haber almacenamiento en aquellos con menor demanda. “Es cierto que esta situación ha roto la dinámica con la que los hospitales se aprovisionan de medicamentos en condiciones normales, en algunos productos hay que ir poco a poco porque tenemos que acoplar fabricación con disponibilidad y uso en pacientes”, explica al tiempo que asegura que trabajan para que no falten medicamentos clave para covid-19.
“Trabajamos para tratar de controlar variables externas que, a veces, son difíciles de prever como el correcto funcionamiento de la fabricación en un entorno en el que la enfermedad también está afectando a sus trabajadores o aspectos relacionados con el comercio internacional”, explica. Aun así, si hubiera factores externos que pudieran afectar negativamente, la Aemps seguirá trabajando en búsqueda de las mejores alternativas.
Cada medicamento al detalle
Hernández es claro: “Ahora mismo tenemos fabricantes trabajando todos los días para garantizar que los hospitales van seguir teniendo cisatracurio, rocuronio o midazolam”. Lo mismo afirma en relación con la hidroxicloroquina, de la que asegura no haber problema de stock en el momento actual. “Todo depende del horizonte de tratamiento que resulte de los ensayos clínicos en marcha, pero con las existencias actuales –aun sin continuar la producción ni medicamento extranjero adicional, cosa que no va a ocurrir– tendríamos para cubrir las necesidades de miles de nuevos pacientes cada día de covid-19 más los 80.000 al mes que lo toman habitualmente por otras enfermedades. Hernández tranquiliza a los centros: “Ahora es posible solicitar más cantidades por los hospitales. Somos conscientes del aumento de carga de trabajo de las farmacias hospitalarias e intentaremos ser lo más ágiles posibles y apoyarlas en todo lo necesario”, explica.
Sí que reconoce problemas con la azitromicina intravenosa, por lo que se instó a su sustitución por formas orales administradas mediante sonda nasogástrica. Pero lo que no admite que haya habido falta de previsión. Se está utilizando este medicamento en combinación con la hidroxicloroquina en base a los resultados de un pequeño estudio de seis casos que hablaba de aclaramiento en nasofaringe del virus. “Esto no se podía prever”. Aun así, hay suficiente azitromicina oral y se ha importado medicamento extranjero para cubrir la demanda de la azitromicina parenteral.
Con respecto a otros medicamentos, se trata de mantener en un alto nivel la fabricación en España de productos como cisatracurio o rocuronio, y conseguir unidades adicionales de aquellos que no se fabrican en nuestro país. Hay también situaciones en las que es posible que existan dificultades transitorias, como por ejemplo con el stock de metilprednisolona que ya tenía problemas antes de la crisis, pero Hernández explica que es posible su sustitución por dexametasona, de la que hay un importante stock. Algo parecido ocurre entre cloroquina e hidroxicloroquina que, aunque tienen diferente perfil de seguridad en tratamientos crónicos, sin embargo, podrían ser intercambiables en tratamiento cortos como los que se usan en covid-19. Todas estas situaciones, para el responsable de la Aemps “no es cambiar los protocolos, es buscar alternativas en momentos en que puede haber tensión”, algo que no deja de hacerse de forma frecuente en los hospitales, incluso en situaciones de normalidad, señala.
Hernández también quiere dejar claro que, en esta situación y transitoriamente, es posible que haya que cambiar algunas formas de trabajar tanto de la farmacia hospitalaria y de los laboratorios en cuanto a los pedidos. Es posible que el proveedor habitual de un hospital para un medicamento no lo tenga en stock, pero que haya fabricantes alternativos. Igualmente, el responsable de la Aemps quiere que las compañías comprendan que no pueden discriminar en el envío de sus medicamentos a quienes sean o no clientes. “Ahora tenemos que romper esa inercia. El pool de medicamentos que hay es para todos. Y en esto estamos trabajando. Vamos a decir a las compañías qué cantidades tienen que distribuir a qué comunidad autónoma” y serán estas las que lo repartan entre sus hospitales. Eso sí, Hernández recuerda que esto es excepcional para los medicamentos de distribución restringida ya que no quieren alterar más de lo necesario la dinámica habitual de abastecimiento de los hospitales.
Colaboración plena de la industria
El responsable de la Aemps también quiere dejar muy clara la plena disposición que están teniendo por parte de las compañías farmacéuticas. “Muchas compañías ya se han puesto a trabajar fantásticamente bien, cambiando líneas de producción y están liberando producto todos los días”. Por ese motivo, Hernández asegura que “si tenemos garantizado la materia prima, tendremos las máquinas en marcha”.
El plan de la Aemps también les ha llevado a estar en contacto permanente con fabricantes de productos intermedios, como el vidrio, para buscar alternativas que puedan incrementar la capacidad de producción actual. Del mismo modo, en caso de falta de materia prima se ayuda a buscar nuevos proveedores y se realizan las validaciones y evaluaciones de forma urgente “para que no paren las líneas de producción”.
Por ese motivo, explica que tienen teleconferencias frecuentes con el sector, con el que van analizando todas las incidencias que pueden ir apareciendo.
Del mismo modo, pone en valor la colaboración con otros agentes de la cadena, como la distribución y la farmacia, con quienes han establecido indicadores de alarma temprana para que dé tiempo a tomar medidas.
Más allá del aseguramiento de los medicamentos para abordar el covid-19 y los medicamentos necesarios para la estancia en UCI y la intubación, Hernández explica que también han trabajado en los últimos meses en garantizar suministro de medicamentos habituales. “Ya empezamos en enero con la posibilidad de que China paralizara la producción, se le sumó el cierre de India, lo que afecta por Italia y ahora Estados Unidos”, explica.
Con todo, este experto no recuerda haber vivido una situación de tanta tensión en los hospitales. Ni en el 11-M, porque esta situación parece un 11-M continuo, ni en el síndrome tóxico por el aceite de colza, ni el inicio del VIH ya que no era tan agudo como la situación actual.