La Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios (Aemps) ha informado de que la Agencia Europea de Medicamentos (EMA) está estudiando un posible riesgo de neoplasias malignas secundarias de células T asociado a terapias CAR-T (Chimeric Antigen Receptor T-Cell).
Desde finales de 2023, el Comité para la Evaluación de Riesgos en Farmacovigilancia europeo (PRAC, por sus siglas en inglés) ha evaluado 38 casos de neoplasias malignas secundarias, en su mayoría linfoma o leucemia de células T, notificados entre 42.500 pacientes que han recibido alguna de las terapias mencionadas. Esto supone menos de 1 caso por cada mil pacientes tratados.
En la mitad de los casos se realizaron pruebas adicionales, obteniendo resultados positivos en siete de ellas para el transgén CAR, lo que sugiere “que las propias células que se encuentran en las terapias administradas podrían estar involucradas en el desarrollo de la enfermedad. Las neoplasias secundarias tardaron en aparecer desde algunas semanas hasta años después de la administración de la terapia CAR-T”.
En España, estas terapias se administran solamente en los centros autorizados por el Ministerio de Sanidad, sin embargo, es posible que el seguimiento de estos pacientes se realice en su centro de origen. La Aemps informa de la importancia de realizar “una vigilancia durante toda la vida del paciente para detectar estas posibles neoplasias secundarias, es decir, diferentes al diagnóstico del cáncer original del paciente”. Esta recomendación es aplicable también a las terapias de fabricación no industrial (actualmente la terapia avanzada de fabricación no industrial autorizada en España es el ARI-0001).
La Aemps igualmente ha advertido de la importancia de notificar todas las sospechas de reacciones adversas de medicamentos de uso humano al Centro Autonómico de Farmacovigilancia correspondiente.