Los avances en innovación biomédica, sumados a las herramientas actuales disponibles en España, permitirían poner fin a las nuevas infecciones por VIH antes de 2030, si se garantiza un acceso real, equitativo y libre de estigma en todo el país, en colaboración con las redes comunitarias y con enfoque culturalmente competente. Así lo han señalado los expertos que han participado en la XII Jornada ‘Salud Pública y VIH: Más allá del 2030’, celebrada en el Ministerio de Sanidad.
Javier Padilla, secretario de Estado de Sanidad, apuntó que “el principal reto es político” y que “si bien científicamente estamos más cerca que nunca de acabar con el VIH como problema de salud pública más allá de 2023, políticamente estamos más lejos que nunca”.
La jornada, organizada por Gilead con la colaboración con la Fundación Seisida, en el Ministerio de Sanidad, permitió a profesionales de la salud pública, responsables públicos y representantes de la comunidad debatir sobre las estrategias innovadoras para la prevención, diagnóstico, monitorización y tratamiento del VIH en España con la vista puesta en alcanzar el objetivo 95-95-95-95 y cero discriminación de ONUSIDA.
Por su parte, Pablo Ryan, presidente de la Sociedad Española Interdisciplinaria del Sida (Seisida), subrayó la importancia de trabajar en paralelo. “La evidencia es inequívoca: indetectable = intransmisible (I=I). El acceso temprano al tratamiento salva vidas y corta la cadena de transmisión”.
Asimismo, hubo unanimidad entre los participantes a la hora de destacar la importancia de garantizar el acceso a la atención médica para todas las poblaciones, especialmente a aquellas más vulnerables, como las personas migrantes “El desarrollo de estrategias inclusivas es esencial para superar las barreras que enfrentan estos grupos” afirmó Ryan.
La monitorización regular y la promoción de la adherencia al tratamiento son pilares fundamentales para el éxito a largo plazo en la gestión del VIH, subrayó Julia del Amo. Además, “la prevención combinada, que incluye educación sexual integral y acceso a la profilaxis pre-exposición (PrEP), sigue siendo una prioridad”.
“Necesitamos que las tres puertas — la prevención, el cribado y el tratamiento— se abran en el mismo punto de atención, con un enfoque neutral que no se centre en si una persona es VIH positiva o negativa, sino en qué necesita hoy para estar bien, y para no adquirir ni transmitir el virus. Este enfoque centrado en la persona ya se está aplicando con éxito en iniciativas como Fast-Track Cities, donde se integran servicios de prevención, diagnóstico y atención en un mismo espacio accesible y libre de estigmas”, destacó Ryan.
En este sentido, María Río, vicepresidenta y directora general de Gilead España y Portugal, añadió la necesidad de “priorizar la prevención del VIH al mismo nivel que el cribado y el tratamiento, porque solo así conseguiremos un impacto real y significativo en la salud pública”.
Para lograr avances significativos en la lucha contra el VIH, apuntó Julia del Amo, también “es crucial fomentar la colaboración interdisciplinaria y la participación activa de todas personas profesionales de la salud, incluyendo enfermería, farmacia, trabajadores sociales, y representantes de las organizaciones no gubernamentales especializadas en VIH/SIDA y la industria farmacéutica”.
En este aspecto coincidió María Río, quien destacó también el papel de la innovación desde el inicio de la epidemia: “estamos de nuevo en un momento en el que la innovación puede cambiar la historia del VIH, porque va a permitir transformar la prevención, mejorando significativamente la adherencia y, por ende, la eficacia, en aquellas poblaciones que más lo necesitan”.
Punto que comparte también el presidente de Seisida quien aseguró que las últimas innovaciones en PrEP acercan el fin de la epidemia del VIH. Y añadió, “para cumplir con el objetivo de ONUSIDA de alcanzar 10 millones de personas en PrEP en el mundo para 2025, es fundamental que España continúe reforzando el acceso y la financiación de la PrEP, facilitando su disponibilidad en farmacias, centros comunitarios y entornos penitenciarios”.
En este sentido el secretario de Estado recordó que necesitamos “avanzar hacia una expansión dirigida y selectiva, que nos permita mejorar lo que ya estamos haciendo. Los long acting están desterrando el debate de la vacuna y es algo que aspira a ser relativamente similar a la vacuna de la gripe con mayores tasas de cobertura” Y añadió, “tenemos que garantizar que, allí donde tiene que llegar, llegue lo no está llegando”.
Otro punto fundamental es la educación. “Educar sobre que el VIH es prevenible y controlable —y que las personas con carga viral indetectable no lo transmiten (I=I)— es tan importante como la innovación científica. Combatir el estigma sigue siendo una prioridad de salud pública, como confirman estudios como ‘Experiencia de estigma de las personas con el VIH en España, realizado por Mª José Fuster”. En este sentido, Ryan añadió que cuando hablamos del manejo del VIH, ya no basta con medir la carga viral: la calidad de vida y la salud mental deben formar parte del estándar de atención de las personas con VIH. “Adaptar la respuesta a las nuevas realidades sociales es clave para avanzar”, apuntó Ryan.
La jornada ha servido para tener una visión comprensiva y actualizada del estado de la epidemia, subrayando tanto los avances logrados como los desafíos pendientes, y reafirmando la necesidad de adaptar las estrategias a las realidades cambiantes y a los avances científicos.