Terapéutica

Las 10 claves de la SEFH en relación al acceso a medicamentos oncológicos

La Sociedad Española de Farmacia Hospitalaria (SEFH) ha hecho público un documento de posicionamiento en relación al acceso a estos nuevos tratamientos oncológicos en el que recogen diez acciones para mejorar el acceso y uso de medicamentos en el área de la oncología. Este documento, hecho público días después de la denuncia de la Sociedad Española de Oncología Médica (SEOM) sobre diferencias entre comunidades autónomas en el acceso, expone desde el punto de vista de los farmacéuticos hospitalarios las actividades a realizar para mejorar y acelerar el acceso a los tratamientos.

De este modo, la SEFH expone que en los últimos años la Agencia Europea de Medicamentos (EMA) ha autorizado un número creciente de medicamentos antineoplásicos. En este sentido explica que este amplio número de productos supone “un nuevo escenario para profesionales y pacientes”. La SEFH incida que muchos de estos productos se caracterizan por ser terapias dirigidas a dianas, por lo que es posible seleccionar los pacientes con mayor posibilidad de obtener beneficio clínico a través de la utilización de biomarcadores. No obstante, señala de que las dificultades de investigación en nichos pequeños de pacientes hace necesario que se tenga que “hacer un esfuerzo para establecer nuevas vías de investigación y disminuir aquellos costes que no aporten valor y produzcan complejidades”.

Según explican, el compromiso de la SEFH es “facilitar un acceso rápido del paciente a aquellos fármacos que le aportan un beneficio clínico, así como fomentar la equidad en el acceso a los recursos sanitarios”. Para lograrlo, la sociedad ha establecido “una metodología previa e inequívoca y trabajando estrechamente junto a oncólogos, hematólogos, administraciones públicas, industria y pacientes”, indican.

Además, en las últimas décadas, los farmacéuticos de hospital han avanzado hacia una “utilización más racional de los medicamentos y en la mejora de la información sobre los fármacos al paciente y a otros profesionales sanitarios”. Todo ello en un contexto en el que el incremento en los costes de los tratamientos oncológicos “supone un reto tanto para administraciones, como para profesionales, pacientes y sociedad civil, ya que es preciso mantener la viabilidad del sistema sanitario público”. Por ello, para la SEFH, es una prioridad “aunar esfuerzos para asegurar el acceso del paciente oncológico a aquella atención que aporte valor, entendiendo como valor un beneficio clínico”.

Medidas propuestas por la SEFH

  • Los nuevos fármacos antineoplásicos no aportan el mismo beneficio clínico para el paciente. Algunos de ellos incorporan importantes beneficios en salud, mientras que para otros sus aportaciones son marginales.
  • Todos los agentes implicados en el proceso de acceso a fármacos antineoplásicos debemos definir una escala de beneficio clínico para el paciente oncohematológico en las diferentes situaciones clínicas. La clasificación del fármaco dentro de la escala debería ser revisable periódicamente en función de nueva evidencia y de los resultados en salud que se obtengan.
  • Los procedimientos de evaluación de fármacos antineoplásicos a nivel nacional deben ser ágiles y seguir una metodología de trabajo sistemática, objetiva e independiente, que incluya evaluación farmacoeconómica de forma que se puedan establecer posicionamientos terapéuticos con condiciones de uso claras y concretas y financiación del medicamento estudiado. De esta forma dejarían de ser necesarias las evaluaciones posteriores por otras comisiones. El documento de posicionamiento inicial debería ser elaborado por un equipo de profesionales multidisciplinar con liderazgo científico técnico e independencia. En el documento de posicionamiento definitivo, deberían haber participado la Agencia Española del Medicamento y Productos Sanitarios, las Comunidades Autónomas y las sociedades científicas implicadas.
  • El periodo de tiempo transcurrido desde la autorización del fármaco por parte de la EMA y la aprobación de la financiación por el SNS, si procede, deberá ser tanto menor cuanto mayor sea el nivel de beneficio clínico aportado frente a las alternativas existentes. Deben establecerse procesos ágiles para aquellos fármacos que ofrecen un alto grado de beneficio clínico.
  • El coste del tratamiento y su financiación deberán venir condicionados por el beneficio clínico aportado y por la población susceptible de ser tratada, con revisión periódica.
  • La aprobación de nuevos medicamentos de alto impacto por parte del Ministerio debe venir acompañada de financiación específica.
  • Determinar resultados en salud, a nivel local, autonómico y nacional, debe ser una prioridad porque nos permitirá conocer la efectividad de los tratamientos antineoplásicos en la práctica clínica asistencial. Consideramos imprescindible diseñar sistemas centralizados de registro de pacientes que respeten la Ley de Protección de Datos. Además para su evaluación resulta fundamental el trabajo en equipos multidisciplinares que incluyan, como mínimo, oncólogos, hematólogos y farmacéuticos especialistas con capacitación en oncohematología que sumen esfuerzos.
  • Debemos potenciar todas las herramientas de gestión financiera que faciliten el acceso de los pacientes a fármacos antineoplásicos que aporten beneficio clínico.
  • La industria farmacéutica debe implantar estrategias para un mayor grado de corresponsabilización en la sostenibilidad del sistema nacional de salud. Apoyamos las iniciativas de partenariado establecidas en algunas Comunidades Autónomas.
  • Debemos eliminar acciones ineficientes en nuestro sistema sanitario para liberar recursos que fomenten el acceso a nuevos antineoplásicos que aporten beneficio clínico, permitan el máximo aprovechamiento de los recursos y faciliten la sostenibilidad del sistema.

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