Pocas comunidades autónomas han cambiado de signo político de su gobierno tantas veces en los últimos años como las Islas Baleares. En las cinco últimas legislaturas ha habido cambio de gobierno y cambio de presidente regional. El pasado junio, la presidenta actual, Francina Armengol, nombró a una enfermera como nueva consejera de Sanidad de la comunidad autónoma. Tras siete meses en el cargo, Patricia Gómez, explica a Diariofarma cuáles son sus objetivos a través de una entrevista.
Pregunta. Llevan unos 6-7 meses de gobierno, ¿qué balance hace de lo realizado hasta ahora?
Respuesta. Teníamos unos compromisos fundamentales con los ciudadanos y eran sobre todo devolver la condición de universalidad a la sanidad. Otros proyectos han sido reabrir o ampliar el horario de los centros de salud por las tardes porque expresa el cambio de modelo que queremos hacer en la atención primaria. Además, desde primeros de año, también dentro de nuestros compromisos de gratuidad de la sanidad, eliminamos la tasa por renovar o hacer la tarjeta sanitaria y lo incorporamos a la Ley de Presupuestos.
P. ¿Y en el ámbito farmacéutico?
R. En el ámbito farmacéutico, aprobamos un decreto para crear la Comisión Farmacoterapéutica de las Islas Baleares y para nosotros es muy importante y además está funcionando de una manera muy ágil ya que es importante evaluar todos estos nuevos medicamentos que se están introduciendo y especialmente en el ámbito hospitalario. En el ámbito de las farmacias teníamos pendiente sacar un concurso. En junio se aprobó el catálogo y sacamos a concurso 34 nuevas oficinas de farmacia. Además, para nosotros es prioritaria la gestión del medicamento en atención hospitalaria, nos está preocupando la gestión del medicamento y ver los mecanismos de compra, los criterios de utilización, es decir, favorecer que los medicamentos que sean utilizados por los pacientes sea según la efectividad y en el momento adecuado.
P. En este tema de medicamentos hospitalarios, la hepatitis C, lógicamente, ha sido un hito, ¿ha sido todo tan bonito cómo parecía?
P- Bueno, lo bonito de los medicamentos de la Hepatitis C es sobre todo los resultados que estamos viendo por lo que, en ese sentido, tenemos que estar satisfechos. Yo en el único Consejo Interterritorial que hemos tenido, solicité al Ministerio participar en la toma de las decisiones que se están tomando y que no estamos participando las comunidades autónomas. La hepatitis C ha supuesto un antes y un después, si el gasto crecía en un hospital comarcal en torno a un 9% , con los fármacos de Hepatitis C ha supuesto un 60% de incremento de gasto. Esto no es fácil de gestionar con un presupuesto cerrado, sin un incremento presupuestario. Pero al final, desde la comisión, se ha sido bastante ágil y estamos satisfechos con los resultados en salud de las personas.
P. ¿Cuántos pacientes se han visto ya beneficiados por los tratamientos nuevos?
R. Unas 500 personas.
P. y ¿está en la línea de lo que se esperaba para ese primer año? ¿Por encima o por debajo?
R. Se ha ido ajustando. Cuando nosotros empezamos, cada mes o cada vez que solicitaba el dato del coste económico, se disparaba en millones pero al final se ha ido ajustando y ha sido bastante previsible.
P. Cambiando de tema, ¿qué relación es la que tienen y prevén mantener con la industria farmacéutica?
R. Con la industria la relación creo que tiene que ser transparente y dirigida a buscar los resultados en salud. Hay que buscar nuevos modelos de gestión del medicamento. No tenemos ninguna decisión tomada en estos momentos, se van introduciendo algunos conceptos como el pago por resultados. Tenemos clarísimo que la innovación se tiene que ir introduciendo y necesitamos a la industria para ir de la mano pero también debemos garantizar la sostenibilidad. Es encontrar el equilibrio entre innovación y sostenibilidad y para eso esperamos contar con la industria farmacéutica sino, no vemos otra forma de hacerlo.
P. Y esa búsqueda de nuevos mecanismos de compra y gestión ¿lo harían de la mano de la industria o buscarían alternativas como las subastas, ATEs, etc. que tienen en contra a la industria
R. No estamos cerrados. Sí que es cierto que en las subastas tenemos que analizar los resultados que han ido ofreciendo desde Andalucía, pero no nos hemos planteado un modelo de subasta para la compra de medicamentos en esta comunidad por ahora.
P. Pero ¿tampoco la rechazan?
R. No nos lo hemos planteado, lo que estamos haciendo, como el resto de comunidades, es entender los resultados. Pero de momento, no nos hemos planteado ese modelo y pensamos que tenemos el riesgo compartido como un modelo de compra en función de resultados. Tenemos que ir avanzando hacia sistemas de compromiso por ambas partes para llegar a ese equilibrio de sostenibilidad.
P. El tema de las alternativas terapéuticas equivalentes como hacer concursos de compra para medicamentos por indicaciones, ¿se lo plantean?
R. Tenemos que avanzar hacia la eficiencia y no estamos cerrados a ningún aspecto en concreto pero siempre garantizando los resultados en salud por lo que no puede primar solo el precio, aunque la realidad nos ofrece ahora esa posibilidad. Hay que andar buscando estas alternativas que quizá con algunos medicamentos en algunos hospitales pues sí que se está empezando a plantear.
P. Con respecto a los biosimilares ¿qué postura es la que tiene?
R. Vamos introduciéndolos. Las reticencias vienen por parte de los facultativos, que a lo mejor les cuesta más, pero se va entendiendo también como una necesidad de innovación.
P. ¿Prevén establecer algún criterio centralizado en el tema de los biosimilares?
R. De momento no lo hemos planteado así. Es un área en la que hemos empezado a andar en todo el tema del medicamento, en la política del medicamento, la farmacovigilancia, la comisión farmacoterapéutica que se acaba de crear por decreto, las relaciones con las oficinas de farmacia… Es cierto que es un área con muchísimo potencial de desarrollo que diría que estamos dando los primeros pasos, sentando las bases para poder tomar las mejores decisiones. No puedo decir que estemos cerrados a ningún tema, al contrario, tenemos que tener que tener un amplio abanico.
P. Hablando de actualidad, ha sido una de las primeras CCAA (Baleares) en recurrir todo el tema de la prescripción enfermera, ¿cómo lo están sufriendo en los hospitales?
R. Cuando tuvimos conocimiento de la publicación del Real Decreto vimos que dificultaba la práctica asistencial e impide, en algunos casos, tanto a médicos como a enfermeros. Es un tema de asistencia sanitaria que afecta a toda red asistencial. Por ejemplo, atenta contra las competencias universitarias, contra el ejercicio profesional, obliga a los médicos a que existan esas guías y esas guías no existen y probablemente también invada competencias. La práctica asistencial del día a día está en otro punto, es decir, no se puede limitar mediante un decreto determinadas prácticas que se han estado haciendo durante mucho tiempo.
P. ¿Se puede poner en riesgo la atención o asistencia a los pacientes o a los profesionales por las actuaciones que han venido haciendo históricamente?
R. Yo lo que diría es que el Ministerio ha generado, de nuevo, un problema, donde había una situación que debía ser regulada. Y la irresponsabilidad de publicar un decreto en esos términos, se suple por la gran responsabilidad de los profesionales, que son conscientes que este decreto es inaplicable. Tenemos la suerte de contar con profesionales excelentes que esperan que a través de una vía jurídica se pueda suspender cautelarmente y a través de la vía política se pueda derogar.