José Manuel Martínez Sesmero, farmacéutico del Departamento de Pacientes Externos del Complejo Hospitalario de Toledo, ha sido designado como nuevo director del Grupo de Investigación e Innovación de la Sociedad Española de Farmacia Hospitalaria (SEFH). Con motivo de su elección, ha concedido una entrevista a Diariofarma para desgranar su visión sobre esta área de actividad estratégica para el sistema sanitario.
Pregunta. ¿Qué han hecho bien y en qué pueden mejorar la farmacia de hospital española y la propia SEFH en lo que respecta a investigación?
Respuesta. Una cosa que ha hecho bien la anterior directora de Investigación e Innovación de la SEFH ha sido la difusión del mensaje que dice que investigando aportamos valor. Eso es algo que yo voy a trabajar, y quiero que la investigación comience en los residentes, los adjuntos... Por otro lado, si volvemos la vista atrás, tanto la SEFH como la farmacia de hospital han estado muy centrados en estudios de utilización de medicamentos, para evaluar cuestiones como la eficacia y la seguridad. Creo que ahí hemos hecho bien los deberes. En cambio, en los últimos años hemos ido aproximándonos más al paciente, aunque nos queda camino por recorrer. Por ejemplo, en lo que respecta a la obtención de conocimiento sobre su satisfacción con el tratamiento y su percepción de la calidad de vida.
P. ¿Qué pueden aportar esos datos de vida real?
R. Estos pueden ser determinantes en la toma de decisiones. Hay estudios que nos dicen que la satisfacción tiene un impacto en la adherencia, por ejemplo. Esa satisfacción, a su vez, depende de muchos factores, como el poder adquisitivo, y no es sólo una cuestión relacionada con la intervención sanitaria. Otra aportación importante es la de conocer los cambios que se van dando en esas percepciones de los pacientes con respecto a su tratamiento, ya que éstas no son fijas.
P. ¿Es la falta de modelos validados el principal obstáculo para investigar esa información?
R. Yo no creo que sea una cuestión metodológica. Creo que basta con llevar el estudio de la mejor manera, que la calidad del dato sea bueno. Seguimos teniendo como gold standard al ensayo clínico, pero también hay algunos con problemas de diseño y un estudio observacional con una muestra poblacional grande puede ser muy bien valorado. Creo que las carencias en este sentido se dan más por la falta de coordinación de los distintos actores para explotar toda la información que se va generando. Los datos están ahí, pero es complicado extraerlos porque la información está en silos.
P. ¿Alguna otra 'debilidad'?
R. Sin duda acusamos la falta de tecnificación en algunos hospitales. ¿Cuántos tienen historia clínica electrónica? Nos llevaríamos una sorpresa con grandes hospitales que siguen con la historia clínica manual. En primaria, todavía hay centros de salud que no tienen implantada la receta electrónica. Los resultados de la transformación digital nos permitirían trabajar mejor, con más sentido y con más calidad.
P. Vistas las carencias, ¿qué fortalezas percibe?
R. Por un lado, tenemos muchos datos de valor, generados por profesionales bien capacitados. De hecho, creo que el capital humano es lo más rico de nuestro sistema sanitario, aunque se ha visto mermado en este contexto de constricción económica y de falta de gestión. Porque lo fácil es meter la tijera y no acometer medidas con un análisis previo… Muchos estudios lo demuestran, que el sistema ha aguantado pese a la crisis y recortes gracias a los profesionales sanitarios.
P. Antes hablábamos de la generación de datos de vida real, que es uno de los retos de su mandato. Otro tiene que ver con el impulso de colaboraciones con sociedades científicas y pacientes.
R. Claro. Es que creo que si conseguimos desarrollar proyectos en el uso de medicamentos que incluyan al clínico y al farmacéutico seguro que vamos a ser capaces de aportar más valor, ya que éstos nos ayudan a generar nuevas preguntas. Y ésta misma idea es la que prevalece con los paciente. Éste nos puede ayudar a saber qué es lo que a él le preocupa en cada momento. Por ejemplo, en el desarrollo de una metodología de una encuesta de calidad de vida o satisfacción. Ahí su visión lo es todo.
P. Esa vocación relacional va más allá de nuestras fronteras, ¿no es así?
R. La SEFH tiene entre sus líneas la internacionalización. Tenemos ya proyectos de colaboración con la sociedad europea y la americana. El nivel diferente de desarrollo de la farmacia de hospital en los diferentes países europeos hace que lo primero sea converger, para después colaborar. Se me ocurre que estudio interesante, volviendo a los datos de vida real, podría ser el de conocer las diferencias entre pacientes con características similares frente a un mismo tratamiento, qué valoran unos y otros, y si esas diferencias, si se dan, tienen que ver, por ejemplo, con aspectos socioculturales. Es sólo un ejemplo hipotético. En el ámbito europeo, con la 'Estrategia 2020', la UE ha dejado unos fondos nada desdeñables que podrían servir para desarrollar estos proyectos.
P. También se propone impulsar el desarrollo de patentes y modelos de utilidad. ¿Cómo piensa hacerlo?
R. Lo primero de todo es la creación de una cultura de la innovación patentada. Muchos compañeros han resuelto problemas en su día a día y no han compartido los resultados de su descubrimiento, porque no han percibido el valor del concepto patente. Además de una serie de beneficios que puedes reinvertir, lo que nos ofrece es la posibilidad de generar una innovación y poder compartirla con el resto de profesionales y la sociedad. Y eso tiene mucho valor.
P. Además de un cambio cultural, ¿faltan recursos?
R. Bueno, para facilitar esto tendríamos que disponer de un soporte técnico-administrativo, porque esto tiene unos requerimientos que no son fáciles de cumplir y hay que dedicarles tiempo, aunque hay ejemplos dentro del sistema sanitario español de que se puede hacer.
P. Por último, quería conocer su visión de la investigación que se lleva a cabo de la mano de la industria. ¿Cómo lo ve usted?
R. A la SEFH le vendrá bien que algunos proyectos los pueda financiar la industria, pero también nos interesa concurrir a convocatorias. Ocurre que cuando la industria te da un dinero para investigar suele tener que ver con sus productos… aunque no siempre pasa. Lo que sí sabes es que cuando hay una convocatoria pública ésta es independiente de los intereses de los laboratorios. Creo que hay varios caminos y que todos son complementarios. La propia SEFH acude algunas veces a la industria con algunos proyectos para ver si les resultan interesantes. Yo veo una relación sana y un intercambio de valores.
P. ¿Está satisfecho con la realización de ensayos clínicos en hospitales españoles y con la participación del farmacéutico en ellos?
R. Pues ahí yo diría que estamos en la media, pero hay mucha diferencia entre hospitales, según los tamaños. La participación del farmacéutico de hospital está muy acotada por la legislación y nos gustaría que se nos diera más cancha, aunque nosotros tenemos que demostrar que podemos asumir más responsabilidades de las que nos delega la ley. Hay farmacéuticos que colaboran y participan, que se implican mucho. De hecho, en hospitales grandes hay algunos que se dedican casi íntegramente a esta actividad. En todo caso, aquí me gustaría apuntar que, además de la investigación farmacoterapéutica que realizan las entidades privadas, sería muy deseable que aumentaran los presupuestos de I+D+i dentro del sistema sanitario.