A pesar de que en 2015 el gasto sanitario total fue similar al de 2008, la distribución de los fondos entre las distintas actividades que realiza el sistema sanitario desvela una importante orientación de la Sanidad hacia los servicios hospitalarios y especializados en los últimos años. Una realidad que contradice las palabras de impulso de la atención primaria que, desde hace mucho tiempo, resuenan en el sistema.
Entre 2008 y 2015, según se recoge en los datos de la Estadística de Gasto Sanitario Público del Ministerio de Sanidad, el gasto en farmacia habría descendido un 17,3%, pasando de representar el 19,9% del total a solo el 16,5%. La Salud Pública perdió cerca del 14% del presupuesto y del peso dentro del gasto total al pasar de representar el 1,1% del gasto al 0,9%. El tercer gran damnificado fue la Atención Primaria, que perdió un 7,7% al pasar del 14,6% al 13,4%.
De este modo, en esos siete años caracterizados por la crisis y su superación posterior, el gasto en servicios hospitalarios y especializados habría subido 3.927 millones de euros (hasta alcanzar 38.528 millones en 2015), mientras que el gasto en farmacia se habría reducido en 2.155 millones (pasando de 12.144 a 9.988 millones de euros); la atención primaria habría perdido 733 millones (de 8.875 a 8.142 millones) y el resto de gastos sanitarios (traslado, prótesis y aparatos terapéuticos, servicios colectivos de salud y gasto de capital) perdieron 1.299 millones de gasto, pasando de suponer un 7,7% del gasto total a un 5,6%, una reducción del 27,3%, pasando de una cuantía de 4.678 a 3.378 millones de euros entre 2008 y 2015.
Si se realiza la comparación entre el gasto de 2014 y 2015 cabe destacar que es en este último ejercicio cuando se ha realizado el mayor impulso a la atención hospitalizada. De los 3.506 millones de euros de gasto superior en 2015 respecto al año anterior, el 81,3%, 2.850 millones, se dedicaron a esta partida. La Atención Primaria subió un 7,6%, 267 millones, Farmacia un 2,7%, 94 millones.
Grandes diferencias por CCAA
Pero más allá de lo que ha pasado de forma general en la suma de los gastos de las comunidades autónomas, resulta muy interesante analizar lo que ha ocurrido en cada una de las principales áreas de gasto sanitario en cada región. En este sentido, es de destacar las importantes diferencias existentes al comparar la evolución del reparto del gasto entre 2008 y 2015, haciendo preguntarse cómo es posible unas diferencias tan grandes en un único sistema sanitario.
El incremento generalizado de los gastos en servicios hospitalarios y especializados presenta una gran dispersión, que se ve entre el crecimiento del 3,2% registrado en Murcia, hasta el 16,8% de Cantabria. A pesar de las grandes diferencias, los porcentajes de gasto final por comunidades autónomas de 2015 resultan tener una menor dispersión que el que había en 2008 al determinar su desviación estándar. Es decir, el gasto de las comunidades estaría convergiendo en los porcentajes de inversión en hospitales. En 2008 se movía entre el 50,1% de Extremadura y el 65% de Madrid y en 2015 los límites estarían entre 56,1% de Castilla-La Mancha y el 70,9% de Madrid.
Lo mismo habría sucedido en Farmacia, donde las comunidades que mayores gastos registraron habrían pasado del 25,6% de la Comunidad Valenciana en 2008 al 19,8% de Galicia en 2015. En cuanto a las regiones con menor gasto en recetas, se pasó del 15,7% de Baleares en 2008 al 13,2% de la misma región en 2015. En este caso, la dispersión de los gastos se habría reducido de forma importante. A pesar de ello, cabe señalar que en estos 7 años, la reducción del gasto en farmacia habría tenido unas grandes diferencias van desde la bajada del 27% en Cantabria o Comunidad Valenciana, hasta la reducción del 3,1% en Extremadura.
En lo que se refiere a la Atención Primaria, la situación es muy diferente a lo que sucedió con los servicios hospitalarios y farmacia donde la tendencia fue similar, aunque con diferencias, en todas las regiones. El comportamiento del gasto en Atención Primaria varía desde una reducción de su gasto en un 20,8% en Andalucía (que en realidad supone una reducción del presupuesto del 30% al pasar de 1.812 a 1.274 millones) al incremento del 14,4% en Murcia (que pasa de 246 a 285 millones de gasto) o el 12,3% en Castilla-La Mancha. Unas diferencias que son muy difíciles de explicar.
El gasto en Atención Primaria habría descendido de forma importante en Andalucía (-20,8%), Baleares (-12,7%), Cataluña (-12,2%), Aragón (-10,4%) y, por el contrario, habría subido significativamente en Murcia (14,4%), Castilla-La Mancha (12,3%) o Canarias (4,9%). Todo ello ha hecho que las diferencias entre regiones y su dispersión se haya incrementado en el periodo estudiado.
En lo que se refiere a la Salud Pública, se observan importantes diferencias que, no obstante, son históricas. De este modo, es posible encontrar regiones que dedican un 2,5% de su gasto a este ámbito, mientras que hay otras que solo destinan un 0,2%. Se trata de diferencias tan grandes que hace pensar si no hay diferencia metodológica en la recolección de datos.