Castilla y León confirma su apuesta “decidida y prudente” por la introducción de los biosimilares. Así lo pusieron de manifiesto tanto el director general de Asistencia Sanitaria de la Gerencia Regional de Salud (Sacyl), José Jolín, como la directora técnica de Farmacia de la consejería, Nieves Martín Sobrino, en el marco del Encuentro de Expertos ‘La gestión de los biosimilares en Castilla y León’ organizado por Diariofarma en Valladolid, donde también intervinieron especialistas de los hospitales de León y Salamanca, así como representantes de pacientes e industria.
Los responsables sanitarios de Castilla y León ven en los biosimilares una “oportunidad” para avanzar en la eficiencia ya que su irrupción supone un abaratamiento de los costes a consecuencia del aumento de la “competencia, que facilita el acceso”, lo que a su juicio redunda en una mejor atención a los pacientes. Martín Sobrino destaca que la entrada de estos nuevos medicamentos se produce de una forma progresiva y razonable, una circunstancia que vincula a la implicación y la responsabilidad de los propios profesionales.
Castilla y León ya cuenta con datos de la evolución y en el agregado de 2017 en los tratamientos donde hay la opción de incorporar biosimilares su uso ya alcanza un 30 por ciento, según las cifras facilitadas por la directora técnica de Farmacia, y en algunos meses ya ha llegado al 40 por ciento. Además, tal y como explicó Martín, al inicio de la introducción de los biosimilares, su penetración era muy irregular en los distintos hospitales, aunque con el tiempo se han ido reduciendo las diferencias.
Para mostrar la contribución de los biosimilares a la sostenibilidad del sistema sanitario, Nieves Martín aporta datos concretos sobre infliximab con datos de 2014 y las previsiones para 2017. En este periodo, su precio se ha reducido un 45 por ciento y su utilización en Castilla y León ha pasado de 19.000 unidades a 27.000 dispensaciones con las que se espera terminar el año, con un coste para la arcas públicas de ocho millones de euros frente a los nueve de 2014. “El impacto es innegable, si lo hubiéramos comprado al precio de entonces, nos habría costado nueve millones de euros más”, resalta.
Además de los representantes de la administración autonómica, el encuentro de expertos contó con la participación de la jefa del servicio de Reumatología del Complejo Asistencial de León, Trinidad Pérez, y de Fernando Muñoz, del servicio Digestivo del Complejo Asistencial Universitario de Salamanca; junto a la directora del departamento de Farmacia de Sandoz, Gracia Espuelas y el presidente de la Asociación de Diabéticos de Valladolid, Javier García, en representación de los pacientes.
Todos ellos ven en la entrada de los biosimilares una oportunidad para el sistema sanitario ya que “permitirá tratar más pacientes”, tal y como recordó Muñoz, y consideran que aún hay un amplio margen para su desarrollo. En este sentido, Gracia Espuelas considera imprescindible que las administraciones autonómicas los contemplen dentro de sus estrategias de los planes de salud. “Deben dar al biosimilar el valor que tiene más allá de su contribución a la reducción del precio y reconocer la innovación que aportan, que redunda en el profesional y en el paciente”, indica la representante de la industria.
Por su parte, el presidente de la Asociación de Diabéticos de Valladolid, cree que todas las ventajas redundarán finalmente en los propios enfermos: “Gracias a los biosimilares se podrá tratar a más personas y mejor”, opina, al tiempo que demanda una estrategia nacional para que todos tengan las mismas oportunidades, con independencia de la comunidad en la que residan. “Pedimos un mismo criterio a nivel nacional”, explicó García.
Además, el representante de los pacientes pidió que la información sobre los biosimilares para los pacientes se desplace desde los especialistas, a los que visitan cada seis meses, hacia los médicos de primaria o incluso los farmacéuticos, que “pueden ser una fuente de información”.
Uno de los puntos de debate se centra en la decisión de administración de un tratamiento biosimilar o uno biológico. En este aspecto, la jefa del servicio de Reumatología del Complejo Asistencial de León, Trinidad Pérez, considera necesario un pacto entre clínicos y farmacia para que los cambios de la variación de la medicación se realicen siempre con el conocimiento y consenso de médico especialista.
Observatorio sobre biosimilares
Otra de las cuestiones que se plantearon en el debate fue la idoneidad de crear un observatorio de políticas, estrategias y datos sobre el uso de biosimilares en el Sistema Nacional de Salud.
Los clínicos explicaron que ya existen en la actualidad registros de pacientes asociados al uso de determinados medicamentos, entre ellos algunos con biosimilares, pero coincidieron en que sería muy útil un registro de estrategias. En este sentido, Martín Sobrino explicó que la Asociación Española de Biosimilares (Biosim) está recopilando información sobre las estrategias de introducción de biosimilares tanto en España como a nivel internacional.
El director general de Asistencia Sanitaria de la Gerencia Regional de Salud consideró necesario avanzar en la transparencia para lograr un observatorio de estas características. Jolín también consideró que disponer de registros permite mejorar ya que “lo que más hace cambiar las cosas es la calidad y, tras ella, la eficiencia”.
Texto y fotos: Pablo Álvarez