El Partido Popular ha presentado en el Senado una moción en la que se “insta al Gobierno a tomar todas las medidas necesarias para articular una regulación específica en materia de intercambiabilidad entre medicamentos biológicos y biosimilares y de su prescripción”.
Según indica en la exposición de motivos, “los medicamentos biosimilares, autorizados de modo centralizado por la Agencia Europea de los Medicamentos (EMA), están dotados de calidad, de seguridad y de eficacia después de seguir procedimiento riguroso, ya que las diferencias con respecto a los medicamentos originales pueden tener consecuencias clínicas de reconocimiento, cinética, estabilidad, inmunogenicidad, diferente eficacia, etc...”.
En este sentido, y dado que existe una Orden Ministerial que regula la sustitución, para los populares “se hace, pues, necesario disponer de orientaciones y de criterios objetivos y comunes para el conjunto del Sistema Nacional de Salud a fin de garantizar que la intercambiabilidad se lleva a cabo en condiciones de Calidad, de Seguridad y de Eficacia y de modo acorde con el derecho de información de los pacientes sobre las alternativas terapéuticas disponibles y en consonancia con las obligaciones del Código de Deontología Médica, velando por la eficiencia económica y contribuyendo a que los costes de estos medicamentos sean compatibles con la sostenibilidad del sistema sanitario público”.
Estas orientaciones y criterios sobre intercambiabilidad de biológicos “habrían de ser, por tanto, objeto de regulación específica, cumplimentando así, cuanto antes, el mandato legal vigente”. Para los populares, “hacerlo así dará plena cobertura a los derechos de los pacientes, contribuirá al recto ejercicio de la función prescriptora de los médicos y a la sostenibilidad del sistema sanitario público”.
El objetivo que buscaría la creación de una regulación específica sería que “quede plenamente garantizado el mejor acceso de los pacientes a estos medicamentos, una mejor calidad asistencial, la seguridad y la calidad y el fomento de la competitividad transparente entre los medicamentos biológicos innovadores con patente vencida y los biosimilares, e incluso entre los propios biosimilares, ya que la competencia se traducirá en beneficiosos ahorros para la sostenibilidad económica de nuestro sistema sanitario”.