Diversos expertos han reclamado al Ministerio de Sanidad una serie de medidas para mejorar el acceso a los medicamentos biosimilares e incrementar su cuota de mercado con el objetivo de que sean suficientemente rentables para sus compañías, de manera que continúen desarrollando y comercializando nuevos medicamentos biosimilares a la búsqueda de ahorros en el Sistema Nacional de Salud.
De este modo, el jefe del Servicio de Farmacología Clínica del Hospital Clínic de Barcelona, Gonzalo Calvo, solicitó “favorecer a los biosimilares porque mejoran la sostenibilidad e incrementan el acceso”. Con él coincidió el profesor titular de Fundamentos y Análisis Económico de la Universidad de Castilla La Mancha, Álvaro Hidalgo, que puso encima de la mesa la herramienta principal para conseguirlo: diferencial de precios entre biosimilar y original. Estas cuestiones y otras muchas más han sido abordadas en una nueva edición del ‘Libro Blanco de los Medicamentos Biosimilares en España: Innovación y Sostenibilidad’ elaborado por la Fundación Gaspar Casal, con el apoyo de Sandoz
Este documento, que ha sido presentado en el Ministerio de Sanidad, es un “documento esencial para afrontar con mayores garantías de éxito la presencia de los biosimilares en el mercado y para satisfacer las necesidades más complejas que necesitan los ciudadanos”, según las palabras que el secretario general de Sanidad, José Javier Castrodeza, pronunció en el acto de presentación del mismo.
Sus palabras fueron apuntaladas por las del director general de Sandoz, Joaquín Rodrigo, que aseguró que los biosimilares son una “herramienta de eficiencia y acceso” y, por ese motivo, desde su compañía impulsan el desarrollo de obras como el libro elaborado por la Fundación Gaspar Casal en la que se han recopilado un total de doce colaboraciones bajo la coordinación del farmacólogo Francisco Zaragozá.
El presidente del patronato de la Fundación Gaspar Casal, Jesús Millán, explicó que, desde la primera edición del Libro blanco en 2014, “se han dado pasos trascendentes” en el ámbito de los biosimilares, que permitirá hacer un uso cada vez “más eficiente de los recursos”. Para este experto, supone un “desafío científico, económico, político y hasta ético y social”. Por ese motivo, es “un gran avance” el uso de biosimilares, que combinan “la innovación con el beneficio clínico y el ahorro de costes”.
Calvo, que realiza la introducción en el libro abordando los nuevos biosimilares, sugirió que los biosimilares, que llevan en la clínica más de 11 años, “deben llegar para quedarse convenciendo, no imponiendo” ya que, según explicó, hay “experiencias muy negativas y tenemos que hacer que médicos, farmacéuticos y administración sean aliados”.
Casi 2.000 millones de ahorro hasta 2020
Por su parte, Hidalgo explicó que en su capítulo, que aborda el mercado de los biosimilares, se analizan dos documentos elaborados por la Fundación Webber que dirige. Para este economista el mensaje central de los biosimilares no debe ser el ahorro “sino el acceso”. Hidalgo realizó una estimación de ahorros que aportarán los biosimilares hasta 2020: un total de 1.965 millones de euros. De ellos, el 78% se obtiene por las bajadas de precio de los innovadores, mientras que el 22% se logra por la cuota de mercado de los biosimilares. “El efecto del biosimilar no es tanto por su introducción sino por el mecanismo de competencia que hace que el innovador baje de precio, bien por la regulación o voluntariamente”. Por ese motivo, reclamó “diferenciar precios para conseguir competencia” y obtener la cuota de mercado necesaria para “garantizar el retorno necesario para hacer su introducción atractiva”, explicó.
La visión del clínico que maneja biosimilares fue expuesta por el miembro del Comité de Expertos en Biosimilares de la Sociedad Española de Reumatología y coordinador de la Unidad de Reumatología del Hospital Virgen del Puerto de Plasencia, Miguel Ángel Abad. Este experto quiso poner en valor el papel de las agencias regulatorias a la hora de garantizar la calidad de los medicamentos. “Si me fío de cómo la EMA regula al innovador, cómo no me voy a fiar de los biosimilares”, explicó. Además, aseguró que las propias guías de la EMA no permitirían la aprobación de un medicamento biosimilar “más inmunogénico que el original, no sería autorizado”, aseguró. En relación a la polémica de la sustitución y la intercambiabilidad, este experto explicó que, aunque hay estudios de switch a largo plazo que no muestran diferencias, los médicos tienen “dudas” en cambiar a un paciente un medicamento que está “estable”.
El coordinador del libro, el farmacólogo Francisco Zaragozá, expuso que aún hay “bastantes dudas” sobre el manejo de los medicamentos biológicos, “no solo con el biosimilar sino también con el innovador”, por lo que este experto no hace “diferencias” entre ambos y ese es “el talón de Aquiles de ambos medicamentos”.