La Agencia Europea de Medicamentos (EMA) ha informado de su actividad en estos tres meses de localización transitoria en Sloterdijk, Ámsterdam, antes de su instalación final en Zuidas. Espera que las obras del nuevo edificio concluyan en noviembre de 2019 y que el equipo esté ya instalado el 6 de enero de 2020. Un equipo que, informan, ha perdido efectivos en el traslado: a finales de 2018, contaban con 901 empleados, mientras que en junio ese número ha caído hasta los 776. De ellos, 464 ya están en Holanda, mientras que otros 312 permanecen trabajando mayoritariamente en Londres por sus circunstancias personales. De hecho, tienen un proceso de selección en marcha para poder sustituir a los que finalmente decidan no trasladarse a la nueva ubicación.
Esta pérdida de recursos ha hecho que algunas de las actividades suspendidas a final de 2018 no se hayan reactivado aún (quedan fuera de ese grupo las relacionadas con la lucha contra las resistencias antimicrobianas, la minimización del impacto de los desabastecimientos, la dinamización de la llegada de terapias, especialmente en el ámbito pediátrico, o el reforzamiento de la farmacovigilancia, entre otras). Entre las que sufren parálisis están el desarrollo de guías, la celebración de reuniones de grupos de trabajo, la implicación en eventos de ámbito internacional o la publicación proactiva de resultados clínicos. Está previsto que la Junta haga una revisión todas ellas en octubre de 2019.
De ese conjunto, algunas comenzarán a ser reintegradas, siendo prioritarias aquellas que van dirigidas a mejorar la eficiencia en las operaciones de la EMA y que aseguren que pueden cumplir su misión en el largo plazo: un ejemplo es el desarrollo de sistemas de información para la evaluación de medicamentos, o la digitalización de los procesos administrativos.
Adaptación a las nuevas regulaciones
Además de compensar la pérdida de empleados por la relocalización y el desvío de recursos para amortiguar el golpe del Brexit, la Agencia tendría ante sí el reto de adaptar su actividad a nuevas regulaciones que han surgido, entre ellas las referidas a los dispositivos médicos y para el diagnóstico in vitro, la protección de datos o la referida a los productos veterinarios, una adaptación que debería comenzar ya, pero que estará sujeta, dicen, a los recursos disponibles.
En relación con la preparación para el Brexit, informan de los avances realizados por la industria. Así, de los 400 autorizaciones de comercialización que tendrán que ser transferidas de Reino Unido a un país de la UE, sólo tres están pendientes. Un poco más retrasado va el proceso de traslado de los responsables de farmacovigilancia y los archivos maestros con datos de seguridad de los medicamentos, así como de los puntos de liberación de lotes. La EMA indica, a este respecto, que "las compañías han asegurado que los planes ya están en marcha", pero recuerda que es su obligación realizar los cambios a los que les obliga la ley "lo antes posible".