Muchos de los nuevos medicamentos contra el cáncer aportan poco valor a los pacientes respecto al tratamiento estándar y pocas veces se justifica su coste adicional, según dos estudios que analizan la relación entre beneficio clínico y precios en Europa y Estados Unidos y se presentan el lunes 30 de octubre en el congreso anual de la Sociedad Europea de Oncología Clínica (ESMO2019) que se celebra estos días en Barcelona.
Los estudios en cuestión analizaron si el coste mensual del tratamiento con medicamentos aprobados en los últimos 10-15 años para tumores sólidos guardaba relación con las escalas de beneficio clínico en términos de supervivencia, calidad de vida y complicaciones cuando se comparaba con el tratamiento convencional.
La mayor parte de los nuevos fármacos tenía un valor añadido “bajo”, de modo que médicos y pacientes no deberían dar por hecho que, porque un fármaco sea nuevo, va a ser mejor, ha declarado Marc Rodwin, coautor de uno de los estudios y profesor en la Universidad Suffolk de Boston. Su trabajo se centró en los fármacos aprobados en Francia.
En su trabajo, casi la mitad de los nuevos anticancerígenos aprobados en Europa entre 2004 y 2017 (considerando los indicados para tumores sólidos) ofrecían poco valor añadido en la escala de beneficio clínico diseñado por ESMO (ESMO-MCBS).
Por otro lado, más de dos tercios de ellos tenían también un valor añadido limitado según la escala de beneficio terapéutico adicional que emplean las autoridades francesas (ASMR). Como media, los nuevos medicamentos costaban 2.525 euros más al mes que los medicamentos que se emplearon en la comparación para el tratamiento del mismo tipo de tumores.
“Es el primer estudio en Francia que contrasta el precio con escalas de valor añadido independientes y reconocidas, y muestra que, aunque hay una asociación entre coste y valor añadido, el vínculo entre ambos es débil”, añade el investigador.
El segundo análisis incluía fármacos aprobados para el tratamiento de tumores sólidos en adultos en Europa y Estados Unidos entre 2009 y 2017. En este trabajo no se observó relación entre el coste y el beneficio clínico. Se emplearon dos escalas: la ESMO-MCBS y la de la Sociedad Americana de Oncología Clínica (ASCO-VF).
El precio medio de los medicamentos en Europa era más bajo que el de Estados Unidos. El coste mensual en fármacos con puntuaciones bajas en la escala ESMO-MCBS oscilaba entre 4.361 y 5.273 dólares en el continente, mientras que en Estados Unidos la media era de 12.436 dólares.
Los investigadores no pudieron encontrar una asociación entre la puntuación en la escala de beneficio clínico y el coste en ninguno de los países incluidos en el análisis. Por ejemplo, algunos de los medicamentos más caros para el cáncer de próstata y el de pulmón comercializados en Suiza eran los que peor parados salían en la escala ESMO-MCBS, mientras que había terapias con mejores puntuaciones cuyo precio era más reducido, según ha explicado Kerstin Vokinger, de la Universidad de Zúrich, parte del equipo que llevó a cabo esta investigación.
“Es importante que el precio de los medicamentos esté alineado con su valor clínico, y que nuestros recursos, que son limitados, se dediquen a medicamentos innovadores que ofrezcan mejores resultados en salud”, ha declarado.
Barbara Kiesewetter, miembro del grupo de trabajo de ESMO-MCBS y profesora de la Universidad de Viena, ha apuntado que estos nuevos estudios ponen de relieve la importancia cada vez mayor de la escala ESMO-MCBS en la práctica clínica, como apoyo a los médicos y a los pacientes a la hora de debatir y adoptar decisiones en cuanto al tratamiento.
“La escala es muy fácil de usar y cualquiera puede ir a internet para comprobar cuáles son las puntuaciones de los medicamentos contra el cáncer, entendiendo los factores que se emplean para asignar puntuaciones en cuanto a beneficio clínico. Es muy importante que contemos con esta escala validada, no solo para la adopción de decisiones en el día a día, sino también para ejercer influencia sobre las decisiones de reembolso y para reducir las desigualdades en el tratamiento del cáncer”, ha añadido.
“El coste es uno de los principales motivos por los cuales los pacientes pueden encontrar dificultades en el acceso a los nuevos medicamentos contra el cáncer, y podemos emplear la escala ESMO-MCBS para demostrar claramente qué fármacos proporcionan mayores beneficios a los pacientes. Mostrando cuáles son los agentes que con mayor probabilidad merecen un mayor coste, esperamos poder mejorar el acceso a los medicamentos con mayor valor, para que los pacientes reciban terapia estandarizada y óptima, vivan donde vivan”, ha añadido Kiesewetter.