Terapéutica

SEF-C: “Las suspensiones temporales en los procesos de vacunación son una garantía”

La Sociedad Española de Farmacología Clínica (SEFC) asegura las paralizaciones temporales de las vacunas “es la forma de proceder oportuna” para que se pueda retomar la vacunación en mejores condiciones y en la población que más se pueda beneficiar de la inmunización, como ha sucedido en España y en la UE.

La Sociedad Española de Farmacología Clínica (SEF-C) asegura las paralizaciones temporales de las vacunas “es la forma de proceder oportuna” para que se pueda retomar la vacunación en mejores condiciones y en la población que más se pueda beneficiar de la inmunización, como ha sucedido en España y en la UE.

Así lo han manifestado en la segunda edición del Congreso Nacional Multidisciplinar de las Sociedades Científicas de España en torno a la covid-19, en el que la SEF-C, en el que junto a otras entidades científicas, ha realizado la aportación de su experiencia en torno a la pandemia.

Según explican desde esta sociedad, “la seguridad de las vacunas para la prevención de covid-19 ha sido uno de los temas clave en el congreso en un momento en el que el proceso de vacunación en Europa está bajo la lupa”. En concreto, la mesa de seguridad de las vacunas frente a SARS-CoV-2 ha enfocado en analizar cómo los sistemas de farmacovigilancia nacionales y europeos suponen una garantía para los ciudadanos.

“El funcionamiento del Sistema de Farmacovigilancia a nivel nacional y europeo permite generar lo que se conoce como ‘señales de farmacovigilancia’, que es necesario analizar y estudiar para valorar adecuadamente la relación beneficio-riesgo del medicamento”, ha explicado Mar García Sáiz, especialista en Farmacología Clínica del Hospital Universitario Marqués de Valdecilla, quien ha actuado como moderadora de esta mesa.

En relación con las paralizaciones temporales de la vacunación, García Sáiz ha explicado que esta forma de proceder es la oportuna para que se pueda retomar posteriormente la vacunación en mejores condiciones y en la población que más se pueda beneficiar de la inmunización, como ha sucedido en España y en Europa en general, donde se ha decidido restringir algunas vacunas a determinados grupos de edad.

Por su parte, Gloria Cereza, coordinadora del programa de Farmacovigilancia de Cataluña, quien también ha actuado como moderadora de la mesa, ha indicado que  “no debemos olvidar que una reacción adversa no es otra cosa que una enfermedad cuya causa es un medicamento, y, por tanto, se precisa de un diagnóstico certero”.

Cereza ha detallado los pasos de este proceso de farmacovigilancia que permite lograr este diagnóstico en relación a los efectos adversos. “En primer lugar, se requiere que los profesionales sanitarios y la población notifique las sospechas de reacciones adversas que se detectan. Si se observa que los casos detectados de un evento adverso son superiores a los casos esperados, se identifica una ‘señal’ que hay que seguir investigando. Se recopila toda la información de otros países y se solicita el asesoramiento de especialistas para un correcto diagnóstico. Para las vacunas de la Covid-19 la evaluación se realiza a nivel europeo en el Pharmacovigilance Risk Assessment Committee (PRAC)”, ha detallado.

“El resultado puede ser que el PRAC proponga una advertencia o un cambio en las condiciones de su autorización, con una modificación de la ficha técnica y el prospecto. Si el balance beneficio/riesgo no se mantiene, el PRAC podría proponer la suspensión de su comercialización, situación que no ha ocurrido hasta el momento con las vacunas”, ha concluido.

Otro de los ponentes, Juan Rodríguez, especialista en Medicina Preventiva y Salud Pública, ha explicado cómo la seguridad de las vacunas debe ser evaluada con mirada crítica en el marco de la mejor evidencia científica. En su ponencia ha hablado de la experiencia con otras vacunas y como se logró, a través de los estudios adecuados, descartar la supuesta relación de las mismas con el posterior desarrollo de algunas enfermedades.

De la misma manera, Dolores Montero, jefa de la División de Farmacoepidemiología y Farmacovigilancia de la Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios (Aemps) ha detallado los pilares que conforman el plan de vigilancia de la seguridad de las vacunas frente al Covid-19. Estos incluyen la identificación de potenciales nuevas reacciones adversas, el mecanismo de validación y evaluación, la integración de los datos procedentes de los laboratorios que comercializan las vacunas, la aportación de los estudios observacionales y las actividades de información y comunicación en forma de informes periódicos y notas específicas.

Mario González Ruiz, farmacólogo clínico y técnico del Centro de Farmacovigilancia de Cantabria, ha abordado el esfuerzo realizado por los técnicos del Sistema Español de Farmacovigilancia, constituido por el Centro coordinador y los 17 centros Autonómicos. “El Sistema ha vigilado aquellos acontecimientos de especial interés (AESI) en línea con otros países europeos, pero también se ha focalizado en la búsqueda de otros acontecimientos graves y desconocidos. Se han desarrollado e implantado en tiempo record herramientas, procedimientos y estándares de calidad para la gestión de un gran número de notificaciones”, ha explicado.

Nancy Ortega, especialista en Alergología, ha aportado su visión sobre el riesgo de reacciones alérgicas tanto de tipo anafiláctico como otras más leves, en relación con las vacunas frente al SARS-Cov-2. En su ponencia ha proporcionado datos sobre los casos de anafilaxia detectados con las vacunas de ARN mensajero, que oscilan entre los 2,4 y los 4,7 casos por millón de dosis en función de la vacuna analizada. En cualquier caso, unas cifras muy bajas.

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