Actualmente se mantiene una disputa entre estados e industria farmacéutica en materia de transparencia en relación con la investigación y desarrollo de nuevos medicamentos. El objetivo es determinar si se han utilizado fondos públicos en los estadios iniciales del proceso y, de este modo, reclamar una reducción de los costes de adquisición a consecuencia de ello.
Esta situación tendrá una nueva derivada en el futuro, probablemente más importante que la anterior. Una vez que se apruebe el Espacio Europeo de Datos Sanitarios (EEDS) y, con la ayuda de nuevas técnicas de análisis de información se puedan desarrollar nuevos medicamentos a partir del uso secundario de datos, se planteará que la financiación de esos medicamentos, que se han favorecido de una información aglutinada por el sector público, tenga en cuenta esta circunstancia. Así lo ha explicado el secretario de Estado de Sanidad, Javier Padilla, durante una sesión del Master en Salud Pública y Gestión Sanitaria de la Escuela Andaluza de Salud Pública (EASP), donde realizó una conferencia el pasado miércoles tres de abril.
Padilla explicó que el espacio europeo de datos sanitarios y el espacio nacional de datos sanitarios va a desarrollar “unos lagos de datos tremendamente jugosos” para la investigación por parte de muchos entes tanto públicos como privados. Por ese motivo, consideró que “es fundamental” que estas herramientas “nazcan desde el inicio” con la perspectiva de que cualquier medicamento, tecnología, algoritmo, etc., que se produzca a partir de la cesión de datos para uso secundario por parte de las Administraciones, tenga un tratamiento diferente en el ámbito de los “criterios de financiación y de negociación”. Para él, esto es algo “fundamental”.
Para Padilla, estos desarrollos, al igual que los que se generan directamente en un ámbito investigador público que luego pasa a manos privadas, deben tener “cláusulas para que revierta y que no tengamos que pagar a precio de oro, un oro que ya habíamos construido nosotros previamente”.
Industria farmacéutica pública
Durante la conferencia, Padilla también volvió a insistir en que el planteamiento que ahora realizan acerca de la compañía farmacéutica pública se ha desplazado hacia dos ejes fundamentales. Por un lado, el ámbito de las terapias avanzadas, donde apoyan iniciativas como la del Hospital Clinic con sus diferentes fármacos ARI y donde la excepción hospitalaria tiene un gran impacto que él espera que se mantenga, o mediante el acuerdo alcanzado con Rovi e Insud Pharma para desarrollar una compañía de terapias avanzadas. Por otro lado, su objetivo también es que “lo público presente en toda la cadena de valor del medicamento”. Y eso va desde la investigación a la producción.
Según Padilla, con la pandemia se ha visto la necesidad de recuperar la autonomía estratégica de Europa en el ámbito de los medicamentos y eso “abre una ventana de oportunidad para que haya una reconfiguración del sistema de innovación biomédica con liderazgo público”.
Por ese motivo, rechazan que la compañía farmacéutica pública sea una especie de ‘banco malo’ que asume la producción de aquellos medicamentos que no sean rentables para el sector privado y, por el contrario, no pone límites: el ámbito en relación con la innovación biomédica tiene que tratar de “desarrollar absolutamente todas las cosas que tengan capacidad para ello con diferentes niveles de complejidad”, aseguró.
Estrategia de la industria farmacéutica
Padilla también analizó la situación de la Estrategia de la Industria Farmacéutica, cuyo desarrollo se inició en 2022 y se espera hacer pública próximamente. El secretario de Estado explicó que los acuerdos que se han celebrado históricamente entre Administración e industria farmacéutica se fueron “amortizando” con el paso de los años, por la “habilidad de la industria”. Por ese motivo, Padilla considera que en la actualidad lo que hay que tratar es de “generar un acuerdo que por un lado ponga las bases para que España sea un lugar donde se investigue, se haga I+D tanto básica como aplicada, y donde se fabriquen medicamentos, tanto de producción pública como privada” más allá de los elementos relacionados con acceso y sostenibilidad.
Para Padilla, la clave sería hacer posible “incorporar aquellas innovaciones que supongan un valor añadido para la población y que eso se haga sin que afecten profundamente al gasto farmacéutico y el presupuesto sanitario”.