La ministra de Sanidad, Mónica García ha anunciado este lunes a través de las redes sociales su intención de presentar su candidatura para integrar el Consejo Ejecutivo de la Organización Mundial de la Salud.
Según ha indicado desde su cuenta particular de X, los motivos que le impulsan a ello son que ya “es hora de que España tenga más relevancia en las políticas de salud mundiales, en señalar los determinantes sociales que inciden en ellas y en asegurar su protección ante el cambio climático”.
El Consejo Ejecutivo de la OMS, según indica la organización en su página web está integrado por 34 personas calificadas en materia de salud y designadas cada una de ellas por un Estado miembro facultado para ello por la Asamblea Mundial de la Salud. Su objetivo es ejercer de órgano ejecutivo de la asamblea, es decir aplicar la decisiones de este organismo y asesorar en materia de políticas sanitarias.
El perfil de estos integrantes suele ser el de técnicos sanitarios con responsabilidad política y su representación suele ser ponderada entre las áreas geográficas de Gestión de la OMS.
La decisión sobre la candidatura de Mónica García se tomará a lo largo de esta semana, si bien no se dará a conocer hasta el mes de octubre. Su periodo de vigencia, de producirse, será entre 2025 y 2028.
España no cuenta con un representante en este comité desde hace 19 años, en 2005, por ello la llegada de la candidatura ha sido bien recibido desde diversos sectores, aunque deja en entredicho a aquellas voces que planteaban un retorno de Mónica García a la Asamblea de Madrid y a las labores de su formación Política, al término de su mandato al frente de Sanidad
España ha mantenido a lo largo de los últimos años, especialmente en la pandemia una actividad más intensa de relaciones con la OMS, especialmente en iniciativas como Covax, para la distribución de vacunas frente al Covid-19 y en diversas ocasiones, tanto el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, como los diferentes ministros de Sanidad de las dos últimas legislaturas han planteado la oportunidad de ‘exportar’ el modelo del SNS al modelo global de atención sanitaria.