A lo largo de los últimos años son más los trabajos y estudios innovadores que ponen de relevancia la necesidad de incorporar al farmacéutico de hospital en los equipos asistenciales de estos centros sanitarios. Uno de los más recientes acaba de ser publicado en la revista Farmacia Hospitalaria, organo divulgativo de la Sociedad Española de Farmacia Hospitalaria (SEFH). El trabajo se denomina SCAVINFA, ha sido elaborado con la colaboración de los servicios de FH cuatro hospitales madrileños (Gregorio Marañón, La Princesa, Fuenlabrada y Príncipe de Asturias) y en él se recoge la percepción de la calidad de vida de pacientes con enfermedades inflamatorias inmunomediadas tratados con terapias biológicas.
Esther Chamorro, farmacéutica del Gregorio Marañón explica que “los resultados del estudio SACVINFA reflejan de forma clara el gran impacto que tienen las IMID en la calidad de vida de los pacientes”. En su valoración, “ llama particularmente la atención el impacto que presenta la dimensión de dolor/malestar del cuestionario EQ-5D-5L en estos pacientes, algo que, aunque esperable, adquiere una mayor relevancia cuando lo observamos cuantificado en una cohorte amplia y diversa”.

Igualmente indica que “llama la atención cómo la gravedad de la enfermedad o el número de tratamientos previos inciden negativamente”. Todo ello, a su juicio, subraya la necesidad de "un abordaje más global del paciente”.
El estudio como tal, “pone en evidencia que el dolor sigue siendo una dimensión infratratada o no suficientemente abordada en muchos pacientes con IMID, a pesar del uso de terapias biológicas”. Desde el punto de vista del farmacéutico de hospital, “esto supone una gran oportunidad para integrarse más activamente en la evaluación del control sintomático del dolor, y colaborar en la optimización terapéutica. No solo desde la farmacología pura, sino también participando en decisiones sobre escalado, cambios o combinaciones terapéuticas según perfiles de respuesta individualizados”.
Chamorro es clara a la hora de señalar que “el farmacéutico hospitalario debe dejar de ser visto como un profesional exclusivamente enfocado en la logística o la dispensación, y pasar a desempeñar un rol activo y clínico dentro del equipo asistencial”.
Para ello, la farmacéutica alude a que “el conocimiento que tenemos de los tratamientos, especialmente de terapias biológicas y dirigidas, nos convierte en una figura clave dentro de los equipos multidisciplinares”. “Podemos y debemos estar en la toma de decisiones clínicas junto a reumatólogos, digestivos y dermatólogos”, asegura.
De cara a la atención que se presta al paciente, Chamorro asegura que es necesario seguir introduciendo criterios de atención personalizada. “Los pacientes con IMID son muy heterogéneos tanto en las manifestaciones clínicas como en la respuesta a los tratamientos. La Farmacia Hospitalaria puede aportar mucho en esa atención personalizada mediante la evaluación de resultados en salud, la farmacoterapia de precisión, con herramientas como farmacogenética y farmacocinética o el uso de o apps de comunicación y seguimiento”. Por otro lado, recalca “resulta fundamental el papel del farmacéutico de hospital en la promoción y mejora de la adherencia y persistencia a los tratamientos. En este estudio hemos visto que la calidad de vida mejora cuanto más tiempo se mantiene el tratamiento biológico actual, especialmente en pacientes con EII y psoriasis”.
La farmacéutica resalta también el papel de las consultas externas de farmacia. “La mayoría de pacientes incluidos eran pacientes externos, lo que refuerza el papel central que tienen nuestras consultas externas. Estas consultas cada vez más tienen una forma más clínica y menos centrada en la logística, con mayor tiempo para la atención individualizada y el trabajo en red con otros profesionales. En ellas realizamos seguimiento farmacoterapéutico activo, educación sanitaria, detección de efectos adversos, prevención de interacciones y recogida de PROs (resultados percibidos por el paciente) además de la dispensación de la medicación.
Finalmente Chamorro recuerda que “SACVINFA no es únicamente un estudio observacional; representa también una apuesta firme por el papel activo del farmacéutico en la mejora de los resultados en salud. La Farmacia Hospitalaria está en un momento de transformación, donde debe ampliar su alcance, no por necesidad de crecimiento estructural, sino porque el modelo de atención lo exige. Trabajos como este son clave para aportar evidencia sólida que respalde y guíe esta transformación”.
En ese sentido y como líneas de futuro la farmacéutica abora por seguir trabajando en cuestiones como la investigación clínica orientada a resultados en salud reales; la digitalización y seguimiento a distancia: usar herramientas tecnológicas para un seguimiento más ágil y personalizado; la medición sistemática de la calidad de vida y experiencia del paciente, la incorporación de PROs y PREMs como parte rutinaria de la consulta y la potenciación del trabajo colaborativo, no solo con otros clínicos, sino también con asociaciones de pacientes.