Política

Farmaindustria urge a actuar “ahora” con medidas para impulsar la competitividad

Juan Yermo y Fina Lladós subrayan la necesidad de adoptar medidas adicionales, más allá de la Estrategia de la Industria Farmacéutica de 2024, para mantener la competitividad de España y Europa en un momento geopolítico clave.
Juan Yermo, director general de Farmaindustria.

La industria farmacéutica española considera que ha llegado el momento de actuar sin demora. Así lo expresó con claridad el director general de Farmaindustria, Juan Yermo, durante el Seminario ‘Industria Farmacéutica y Medios de Comunicación’, al subrayar que “el momento es ahora” para adoptar medidas adicionales que refuercen la competitividad del sector en España y Europa.

Según Yermo, el escenario actual “es crítico”, tanto por la incertidumbre geopolítica como por los cambios regulatorios y económicos que amenazan la posición de liderazgo de Europa en innovación biomédica. “Nos encontramos ante un cambio sistémico, estructural. Estas convulsiones geopolíticas que todos conocemos van a tener consecuencias en los próximos meses y años”, explicó.

Por todo ello, el responsable de la patronal advirtió de que, en este contexto, la financiación de la investigación biomédica puede verse comprometida. “Lo que puede ocurrir es que haya menos capital, menos financiación privada para la I+D biomédica en Europa”, señaló, destacando el riesgo de que el continente pierda capacidad de atracción de inversión frente a regiones que avanzan más rápido, como Estados Unidos o China.

Competitividad en riesgo

Por su parte, Fina Lladós, presidenta de Farmaindustria, insistió en la urgencia de aprovechar “una oportunidad que no podemos dejar pasar” pese a la incertidumbre internacional. “Estamos ante un momento clave para Europa y para España, pero debemos saber aprovecharlo aunque existan presiones geopolíticas”, apuntó.

En este sentido, Lladós recordó que, hace apenas dos décadas, Europa lideraba el lanzamiento de nuevos medicamentos al mercado, incluso por delante de Estados Unidos. “Sin embargo, en los últimos años hemos perdido terreno: Estados Unidos se adelantó gracias a un ecosistema muy bien organizado y, recientemente, China también nos ha superado”, explicó.

Fina Lladós, presidenta de Farmaindustria.

Según detalló, Europa ha perdido un 25% de los ensayos clínicos en la última década, un dato que, a su juicio, “debe servir como llamada de atención”. Aunque España mantiene ventajas competitivas en determinados ámbitos, “cuando miramos el entorno europeo estamos perdiendo competitividad”.

Lladós alertó además de que, mientras Estados Unidos lanza iniciativas para atraer inversión y China avanza con una estrategia sostenida de crecimiento en I+D, Europa continúa adaptando una legislación que podría haberse quedado atrás. “Quizás hay que pararse y repensar si la legislación europea que se escribió en su momento tenía la visión de futuro necesaria; hoy, esa reflexión es todavía más urgente”, sostuvo.

Un marco regulatorio que debe acompañar

Las referencias de Lladós apuntaron directamente a la revisión de la legislación farmacéutica europea y a los debates abiertos en torno al anteproyecto de Ley del Medicamento en España. “Tenemos esperanza en que se están incorporando enmiendas y esperamos una nueva versión que recoja las recomendaciones que hemos hecho desde la industria”, explicó.

Para la presidenta de Farmaindustria, el reto no es solo sanitario, sino también económico y estratégico. “Europa debe seguir siendo un lugar competitivo, capaz de atraer inversión y de proteger la innovación. Nos jugamos no solo la posición del sector, sino también la capacidad de Europa de mantener su liderazgo científico y tecnológico”, advirtió.

En ese sentido, Lladós reclamó una visión a largo plazo que refuerce la investigación biomédica y el acceso rápido de los pacientes a la innovación, “en un entorno en el que la protección del valor de la innovación sea un compromiso real de las instituciones”.

“El momento es ahora”

En su intervención, Juan Yermo puso el acento en la necesidad de actuar de inmediato. Tras analizar la situación con su equipo, explicó, Farmaindustria ha concluido que “se necesitan medidas adicionales que vayan más allá de lo propuesto en la Estrategia de la Industria Farmacéutica aprobada en diciembre pasado”.

El momento es ahora”, insistió. “Hay que enviar señales claras a la industria farmacéutica global de que España es un lugar donde se puede invertir y atraer más inversión”. Para el director de Farmaindustria, la oportunidad son la Ley de los Medicamentos y los reales decreto de Evaluación de Tecnologías Sanitarias y Precio y Financiación de Medicamentos que están en marcha, así como las normas europeas, como el Paquete Farmacéutico y la ley de Biotecnología.

Actualmente, según dijo, los CEOs de las compañías están “impactados” por la situación geopolítica y el anuncio de medidas en Estados Unidos y están buscando entornos que garanticen “predictibilidad”.

Yermo recordó que el informe Draghi, presentado a la Comisión Europea, identifica a la industria farmacéutica como uno de los pilares estratégicos de la economía europea y como un sector “que hay que proteger y promover”. En esa línea, subrayó que España debe consolidar su posición dentro de esta estrategia común, mediante políticas coherentes en materia de fiscalidad, regulación, acceso y estabilidad normativa.

Sin entrar en detalle, adelantó que la patronal ha definido siete medidas agrupadas en tres grandes bloques para fortalecer la competitividad del sector, agrupadas en el marco fiscal, el impulso a la investigación y la simplificación regulatoria.

España, polo de inversión

Durante su exposición, Yermo reivindicó el papel de España como potencia en investigación clínica, especialmente en ensayos en fases tempranas y en terapias avanzadas, pero advirtió del riesgo de perder ese impulso si no se adoptan reformas decididas. “Tenemos un ecosistema sólido, pero necesitamos reforzarlo con políticas estables que favorezcan la inversión sostenida”, indicó.

Añadió que España cuenta con una red hospitalaria y científica de primer nivel, así como con profesionales altamente cualificados, lo que la convierte en un país atractivo para la inversión internacional. “El reto no es solo mantener lo que tenemos, sino crecer. Y para eso hacen falta señales claras, estabilidad y un marco de confianza”, reiteró.

Impacto a medio plazo

Ambos representantes coincidieron en que la ventana de oportunidad que vive Europa puede cerrarse si no se toman las decisiones adecuadas a tiempo. “Lo que decidamos hoy marcará los próximos años del sector”, resumió Lladós, quien subrayó que la competitividad farmacéutica es también una cuestión de soberanía industrial y sanitaria.

“Europa tiene que ser un espacio donde la innovación se proteja y llegue a los pacientes”, añadió. “Nos estamos jugando no solo la posición del sector, sino el bienestar y la capacidad de nuestras sociedades para seguir liderando la investigación biomédica”.

Las siete medidas propuestas

Farmaindustria ha concretado en un documento siete medidas para reforzar la competitividad de la industria biofarmacéutica en España y acelerar la atracción de inversiones en I+D, producción y digitalización. Agrupadas en tres grandes bloques (regulatorio, fiscal e industrial y medioambiental), las propuestas pretenden ofrecer un marco estable, predecible y alineado con las mejores prácticas europeas, capaz de situar a España en la primera línea del desarrollo biomédico global. A continuación se detallan los principales ejes.

1. Un marco regulatorio ágil y predecible.
La primera medida plantea una profunda revisión de los procesos de precio, financiación y compra pública de medicamentos para garantizar un acceso rápido y homogéneo en todas las comunidades autónomas. Farmaindustria pide cumplir el plazo máximo de 180 días para la decisión de financiación, con procedimientos acelerados de 90 días en enfermedades graves o sin tratamiento. Reclama además proteger la confidencialidad de los acuerdos de financiación, evitar reevaluaciones autonómicas y reformar la Ley de Contratos del Sector Público para facilitar la adquisición de medicamentos exclusivos. El objetivo, explica la patronal, es lograr un marco “predecible y competitivo” que refuerce la seguridad jurídica y mejore la llegada de la innovación a los pacientes.

2. Fortalecer el ecosistema de innovación.
La segunda medida se centra en consolidar el liderazgo español en investigación clínica y biomédica y en avanzar hacia una mayor capacidad de investigación preclínica, donde aún existe recorrido. La patronal propone impulsar ensayos clínicos en red y programas de colaboración público-privada que financien proyectos de descubrimiento de fármacos en centros públicos y startups biotecnológicas. Asimismo, aboga por reconocer en la evaluación de precios y financiación el peso de la participación de centros españoles en los desarrollos clínicos y fomentar un entorno que incentive la creación y crecimiento de biotech nacionales, con trámites ágiles y acceso a financiación estable.

3. No aumentar la carga impositiva al sector.
El tercer eje busca preservar el atractivo inversor de España evitando nuevas cargas financieras para la industria. Farmaindustria advierte del riesgo de ampliar la Disposición Adicional Sexta de la Ley de Garantías a los suministros hospitalarios, lo que incrementaría la contribución obligatoria del 2% de las ventas. Propone, en cambio, reducir el tipo actual o establecer exenciones para vacunas y medicamentos huérfanos, y destinar los fondos recaudados a proyectos que impulsen la innovación y el acceso. Además, solicita revisar el Real Decreto-Ley 8/2010, que impone descuentos del 7,5% y del 15% a medicamentos maduros, una medida “extraordinaria” que, quince años después, penaliza la rentabilidad y frena la inversión.

4. Evolución del plan Profarma.
El programa Profarma, único instrumento fiscal específico para el sector, debe evolucionar, según la patronal, hacia un sistema más competitivo y alineado con los modelos europeos. La propuesta incluye valorar de forma equivalente a las plantas de producción los centros de innovación digital o hubs tecnológicos, que atraen talento internacional y generan alto valor añadido. También se sugiere reforzar la reducción del gravamen del 2% para las compañías con mayores inversiones en I+D, producción o digitalización, como incentivo para consolidar nuevas capacidades industriales y científicas en España.

5. Recuperar el atractivo de las deducciones fiscales por I+D.
Otra de las prioridades pasa por mejorar el uso de los créditos fiscales derivados de la investigación. Las limitaciones actuales en el Impuesto de Sociedades impiden a muchas compañías aplicar la totalidad de sus deducciones en I+D, lo que genera saldos que permanecen inactivos durante años. Farmaindustria propone permitir que esos créditos puedan monetizarse o utilizarse para abonar la contribución del 2% establecida en la Ley de Garantías. Con ello, se liberaría capital para reinvertir en innovación y se reforzaría la competitividad de las empresas más intensivas en investigación.

6. Impulso a la producción y autonomía estratégica.
El sexto eje se centra en reforzar la capacidad industrial de España en medicamentos estratégicos y biológicos. La patronal pide aprovechar el futuro Reglamento Europeo de Medicamentos Críticos y la Ley de Industria y Autonomía Estratégica, que contempla la creación de una Reserva de Capacidades Nacionales de Producción (RECAPI), para promover proyectos industriales prioritarios. Estas medidas deberían traducirse en incentivos reales para mantener y expandir el tejido productivo nacional, incluyendo biotecnológicos y terapias avanzadas, áreas en las que España puede ser un actor clave dentro del mapa europeo.

7. Revisar la legislación medioambiental.
Por último, Farmaindustria defiende una revisión del conjunto de normas medioambientales que afectan al sector para asegurar que la transición ecológica no comprometa la competitividad ni el acceso a los medicamentos. Advierte, en particular, sobre la Directiva de Tratamiento de Aguas Residuales Urbanas, que impone costes desproporcionados al sector farmacéutico y cosmético, y reclama aplicar el principio de proporcionalidad y “quien contamina, paga”. La patronal propone incorporar objetivos de autonomía estratégica y sostenibilidad equilibrada, y garantizar que las nuevas exigencias regulatorias no generen desventajas frente a otras regiones industriales.

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