Artículo de opinión de José María López Alemany, director de Diariofarma.
La fijación de precios de los medicamentos está próxima a cambiar en nuestro país. Bien por necesidad, bien porque hay mucha gente empeñada en que cambie, las cosas no pueden seguir así. Y el Real Decreto de Financiación y Precio de los medicamentos, que aunque esté muy atado por la Ley (Real Decreto Legislativo 1/2015 de texto refundido de la Ley de Garantías), tiene que poder avanzar en aspectos clave como la transparencia, el uso de evaluación económica y la aplicación de criterios objetivos, transparentes y predecibles. Algo que parece alejado de la situación actual.
Se acercan tiempos en los que no será posible financiar toda la innovación que llegue. Tiempos en los que habrá que realizar una financiación selectiva de lo nuevo... y de lo antiguo. Por ese motivo, será necesario desinvertir en medicamentos financiados hasta ahora. Sí, hacer medicamentazos. Desfinanciaciones que, si hubiera fraguado ya un Pacto por la Sanidad se salvarían de la demagogia y de su crítica politiquera. Y la única manera de hacerlo de forma justa y adecuada es la apuesta por la evaluación económica y el apoyo, para las personas que lo necesiten, de los servicios sociales.
Todos estos aspectos se abordaron en una jornada muy interesante sobre diversos aspectos de la fijación de precios de los medicamentos en España que organizó el Capítulo Español de ISPOR el pasado jueves en Madrid. Y todos los expertos que participaron en los diversos debates, desde economistas a responsables de la administración, pasando por profesionales de la industria coincidieron en que debe haber cambios, y muy profundos, en diversos aspectos de la fijación de precios de los medicamentos en España.
Creo que nos acercamos a una época en la que para poder financiar las verdaderas innovaciones vamos a tener que abordar su uso de un modo muy diferente. Vamos a tener que ser mucho más selectivos, vamos a tener que basarnos en criterios objetivos, transparentes y, sobre todo, muy técnicos, que ayuden a tomar la decisión que, por definición, tendrá que ser política con todo lo que ello supone. Y esos criterios y esos precios lo serán tanto para pagar cajas de medicamentos como para pagar por servicios y resultados.
Pero además de cambiar el sistema de fijación de precios hay que avanzar en una mayor financiación del sistema sanitario. No es suficiente con repartir los fondos que actualmente se dedican. La sanidad es una de las principales prioridades de la sociedad, por lo que eso también tiene que verse trasladado a los presupuestos y al gasto.
España dedica a la Sanidad pública en torno al 6% del PIB y el 13% del gasto público., por lo que hay bastante recorrido para avanzar en esta senda. Un incremento presupuestario que, no obstante, debe ir acompañado de resultados y demostración de eficiencia, como es lógico.
Creo que todas estas reformas sobre los criterios y métodos de financiación y fijación de precios debieron hacerse hace cuatro o cinco años, cuando ya era necesario acometer una reforma del sistema y, además, la crisis brindaba la oportunidad perfecta para acometerlo. No fue así en aquél momento, pero tendrá que serlo ahora. Momento que, por otro lado, permitirá un abordaje con mayor diálogo institucional, político y, por supuesto, con el sector.
Se trata, por tanto, de avanzar, de poner las bases de lo que necesitará el Sistema Nacional de Salud en el Siglo XXI. Establecer criterios que se ajusten a lo demandado en la actualidad y lo que la técnica permite, con el objetivo de mantener la calidad del SNS, asegurar la incorporación de innovaciones de valor y consolidar la sostenibilidad del sistema.