El Ministerio de Sanidad quiere seguir siendo atractivo para las innovaciones terapéuticas al tiempo que se asegura la sostenibilidad del sistema. Por ese motivo, han trabajado a lo largo de los últimos años en acelerar los plazos de inclusión de las innovaciones en la prestación farmacéutica, así como en buscar que la competencia actúe reduciendo precios de los medicamentos. Así lo explicó el subdirector general de Calidad del Medicamento del Ministerio de Sanidad, Carlos Lens, durante su participación en la mesa ‘Innovación en medicamentos, resultados en salud y sostenibilidad económica’ celebrada en el marco del XXIV Congreso Nacional de Derecho Sanitario.
Lens explicó que a lo largo de los últimos cinco años, desde 2012, se abordó la modificación de las condiciones de financiación de medicamentos, con el objetivo de dar respuesta a “la cuarta revolución de la terapéutica” que está aportando al arsenal un importante número de innovaciones, en plena crisis económica. A partir de ahí se dieron los pasos para acortar los plazos de puesta en el mercado.
El resultado es que se han financiado 220 innovaciones de los 240 que se han aprobado y se ha acelerado el plazo desde los 415 días que se registraron en 2011 hasta los 112 días de promedio de tramitación de los procedimientos de financiación y fijación de precio. Un caso destacado por Lens, que ha coincidido con el Día Mundial del Cáncer de Mama ha sido la aprobación de una innovación para esta patología, que llegará al mercado en noviembre, y que fue autorizado “hace un mes” por la Comisión Europea, expuso Lens.
Pero la incorporación de innovaciones terapéuticas requiere que se liberen recursos de los medicamentos que han cumplido ya con sus periodos de exclusividad. Y para ello, Lens confía en la competencia como “herramienta de ahorro”. Para ejemplificar las posibilidades que ofrece la competencia puso como ejemplo un fármaco inhibidor de la tirosin quinasa del ámbito oncológico que perdió la patente en diciembre de 2016 y hoy en día “lo pagamos a un precio 20 veces menos”. De este modo, según Lens, hay herramientas para conseguir ahorros por la acción de la competencia, eso sí, “con sus tensiones” y en muchas ocasiones “de modo cruel”.
De este modo, “los ahorros que se obtienen de la competencia por precio deben ir a financiar la innovación”, ya que esta es la intención que tienen las autoridades sanitarias, aunque desde Hacienda se pudiera pretender otro destino.
En cualquier caso, Lens aseguró que “no podemos pagar la innovación a precios crecientes porque ya estamos en niveles de precios excesivos” y en este sentido, puso como ejemplo el impacto de los medicamentos huérfanos, que suponen ya el 4% del gasto total cuando se destinan al 0,05% de los pacientes. “Si continuamos esta tendencia entraríamos en insostenibilidad muy rápidamente y lo mismo podríamos decir de los medicamentos oncológicos”, sentenció Lens.
Por todo ello, el representante ministerial aseguró que deben mantener el equilibrio de seguir siendo “atractivos para la innovación”, mientras se recogen “los frutos de la competencia en forma de ahorro”.
En cuanto al ámbito más importante de la competencia, el sistema de precios de referencia, Lens reconoció que hay “tensiones muy importantes” y se han puesto como objetivo que no salgan de la financiación medicamentos clásicos de probada eficacia y eficiencia. “La presión de la competencia en precios y otros factores hace que entren en riesgo”, aseguró.