En medio de la polémica suscitada por las quejas de algunos farmacéuticos en relación con el abastecimiento de Bexsero, vacuna de GSK para la meningitis B que desde el 1 de octubre está disponible en farmacias, la Asociación Española de Vacunología (AEV) y la Asociación Nacional de Informadores de la Salud (ANIS) han organizado en Madrid, con la colaboración de la compañía, un seminario para periodistas, con el título 'La comunicación en vacunas, una responsabilidad compartida', en el que Pilar García Corbeira, directora Médica de Vacunas de GSK, ha apuntado la necesidad de que exista "un mayor diálogo entre autoridades y fabricantes" para poder satisfacer los aumentos de demanda con respecto a algunas vacunas, como ha ocurrido con Bexsero.
En este sentido, reconoció que, dado el grado de complejidad en la fabricación de estos productos, "es bueno que sepamos, antes de diseñar el proceso de fabricación, cuál va a ser la estrategia de incorporación de las vacunas por parte de los países. Sabemos que eso es algo que no nos compete, que está en manos de salud pública, pero eso nos ayudaría mucho a poder planificar", argumentó.
Para ahondar más en su explicación, se refirió a las diferentes formulaciones que solicita cada país, a la necesidad de adaptar el etiquetado al idioma de cada Estado, así como a los múltiples controles de calidad que siguen al proceso de producción de vacunas, el cual, dijo, "consume en torno al 75% del tiempo empleado en la fabricación", teniéndose después que repetir estos controles por parte del país exportador y también por el importador. En total, se necesitan, según García Corbeira, "unos dos años para estar listos para suministrar vacunas a cualquier país que las demande, desde la obtención de la materia prima hasta la entrega".
Cambio de estatus
En el caso de Bexsero, ha sido el cambio de estatus, decidido por la Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios (Aemps) en septiembre de 2015, y su difusión, el que habría generado un incremento significativo de la demanda que no estaba previsto y que ha generado los problemas de abastecimiento previamente citados. La compañía ha tratado de paliarlos trabajando codo con codo con colegios farmacéuticos, con un protocolo para casos de urgencia firmado con el COF de Madrid, como ya informó Diariofarma; y con los almacenes de distribución, orientándoles a que hagan un reparto de estas vacunas de forma proporcional a las estimaciones de necesidad realizadas.
En total, la compañía espera poder suministrar en 2016 en torno a 1,7 millones de dosis, dado que, aunque Bexsero no está incluida en calendario vacunal, sí parece tener, según García Corbeira, "el apoyo de muchos pediatras", el cual habría facilitado que la empresa británica lo ponga en su lista de prioridades.
Asimismo, y dado el aumento de la demanda prevista, GSK ya ha anunciado la compra de una planta de fabricación en Alemania, aunque la complejidad para acreditar las instalaciones de producción de estos medicamentos es razón, apuntan, para que no se prevea que ésta esté a pleno rendimiento hasta 2020.
Calendario de vacunación
En lo que respecta a la inclusión de Bexsero en el calendario de vacunación, que es vista como una medida que contribuye a la planificación de la producción por llevar aparejada una estimación más o menos certera de los volúmenes de uso, José Antonio Navarro, responsable del Servicio de Prevención y Protección de la Salud de la Región de Murcia, descartó una actualización del mismo a corto plazo, una vez que se ha conseguido consensuar uno recientemente y que hay todavía comunidades autónomas que no lo han aplicado.
Dicho esto, y preguntado por la posibilidad abierta de que las comunidades autónomas, independientemente del calendario común, puedan incorporar vacunas en la prestación, éste Navarro opinó que estas divergencias entre regiones pueden ser "fuente de confusión y de desconfianza". En su opinión, el calendario común ofrece varias ventajas: "Evita padecimientos, hospitalizaciones y fallecimientos; ofrece protección comunitaria, a colectivos no vacunados e incluso los a antivacunas; reduce el número de pinchazo y genera ahorros económicos; además de generar equidad en el acceso, y de que el Estado asuma la responsabilidad en caso de efectos adversos".