La Atención Farmacéutica Domiciliaria (AFD) ha sido protagonista en los últimos meses de importantes polémicas tanto profesionales como políticas. Como cualquier innovación, en sus inicios produce reservas y miedos y se tiene mucho más cuidado con cualquier paso regulatorio que se pueda dar.
Por ese motivo, el análisis de experiencias de algunas comunidades autónomas, así como la visión regulatoria que se tiene en otras, fue el asunto que centró la mesa ‘Atención domiciliaria vs servicio a domicilio: ¿Qué podemos hacer y qué arriesgamos?’ que ha tenido lugar en Infarma 2019.
La mesa, que estuvo moderada por Jordi Casas, secretario del COF de Barcelona, contó con la participación del presidente del COF de Madrid, Luis González, la presidenta del COF de Alicante, Fe Ballestero, la jefe del Servicio de Ordenación y Calidad Farmacéutica del Departamento de Salud de Cataluña, María José Gaspar, y Montserrat Espuga, médico de familia en un centro de Atención Primaria de Barcelona.
El presidente del COFM quiso poner de manifiesto que la Atención Farmacéutica Domiciliaria “cobró repentinamente un inusitado protagonismo y centró muchos debates profesionales y sectoriales” cuando el Gobierno de Madrid apostó por su regulación. Un protagonismo que fue combatido fuertemente por los enfermeros y que ha dado lugar a que la Ley de Farmacia de Madrid no haya sido aprobada en esta legislatura.
Para González la AFD es “una realidad sanitaria perfectamente asentada en muchos países” que, además, “no responde a una demanda profesional sino social”. En este sentido, el presidente del COFM aseguró que a los pacientes no le interesan “los debates competenciales”, sino que lo que los ciudadanos quieren es encontrar “respuesta a sus necesidades”.
De cara a conseguirlo, el presidente del COFM señaló que es necesario “contar con un marco jurídico” que regule el ámbito de la AFD, “su contenido y sus límites”, pero también es necesario medir los resultados obtenidos a consecuencia de la actuación profesional del farmacéutico. Eso será necesario para que estos servicios puedan ser “remunerados de forma justa”.
El éxito de DomiEqiFAR
Tras González, la presidenta del COF de Alicante (COFA), Fe Ballestero, procedió a explicar el diseño y resultados obtenidos de la puesta en marcha de DomiEqiFAR, un proyecto colaborativo que se puso en marcha como piloto en Alcoy y que buscar aprovechar la red de farmacias para dar respuesta a las necesidades de los pacientes de hoy en día.
Tal y como explicó Ballestero, este proyecto tiene como objetivos detectar y resolver problemas en la utilización de medicamentos en pacientes con mayor morbilidad; mejorar el cumplimiento o incrementar el conocimiento y optimizar las actitudes de pacientes y cuidadores sobre la medicación. Para ello, utiliza como herramientas la información al paciente, la revisión clínica de la medicación, la conciliación, la búsqueda de la adherencia y la educación sanitaria a los pacientes y sus cuidadores.
Ballestero explicó los resultados obtenidos y, entre ellos destaca que con la participación del farmacéutico se ha incrementado el conocimiento de la medicación tanto por el paciente como por el cuidador, alcanzando un 98,25%.
Además, los resultados también dieron lugar a reducciones de coste directo. A este respecto, la presidenta del COFA señaló que la prescripción de fármacos se redujo en un 6,7%, el número de pruebas analíticas se redujo un 20%; los ingresos hospitalarios bajaron un 25%, mientras que se incrementó la actividad en primaria tanto, de enfermería como de consulta médica.
A este respecto, Ballestero señaló que “el ahorro al sistema puede ser importante, y podría redundar en la retribución al farmacéutico”.
Además, como valoración general, la presidenta del COFA señaló que se ha “cumplido” con el objetivo de integración del farmacéutico comunitario en un equipo multidisciplinar. Y, a este respecto, aseguró que en la presentación de resultados del proyecto, hace unas semanas, tanto enfermeros como médicos agradecieron el trabajo realizado por los farmacéuticos. “Un trabajo del día a día que muchas veces es desconocido”, aseguró Ballestero.
Por todo ello, la presidenta de los farmacéuticos reclamó “apoyo a la administración” para que el proyecto “continúe” y se extienda por toda la región.
Análisis jurídico
La visión más crítica de la mesa fue aportada por la representante del Departamento de Salud de Cataluña. María José Gaspar quiso realizar un análisis jurídico sobre si la Atención Farmacéutica Domiciliaria estaría avalada por la legislación y, en caso de hacerse cómo sería.
En primer lugar, Gaspar quiso diferenciar entre AFD, como el acto de dispensación de medicamentos en el domicilio, asegurando la continuidad asistencial, que es un servicio profesional farmacéutico, de lo que sería un mero reparto a domicilio.
Para ella, la Ley de Garantías y Uso Racional de Medicamentos es bastante clara a la hora de establecer cómo se puede dispensar un medicamento y muy concretamente cómo hacerlo de forma telemática. Esta situación está prohibida por la normativa, que solo posibilita la venta telemática para medicamentos no sujetos a prescripción.
Tomando esta base, Gaspar quiso dejar claro que “en materia de salud y medicamentos no todo lo que no está prohibido está permitido”. Al contrario, según ella, “toda actuación debe estar expresamente autorizada”.
Por ese motivo, la jefe del Servicio de Ordenación y Calidad Farmacéutica del Departamento de Salud de Cataluña quiso alertar de los riesgos de no tener en cuenta esta máxima de forma que lleguen nuevos farmacéuticos y emprendedores que ven “una oportunidad” en cuestiones que “no están prohibidas” de forma expresa. La responsable de Ordenación recordó que en esta materia la realidad va siempre por delante de la regulación, pero quiso dejar claro que “los medicamentos no son un bien de consumo” y que están sometidos a “una estricta regulación con el objetivo de garantizar su calidad, eficacia y seguridad”.
Abordaje integral y muldisciplinar
A pesar de todas estas trabas, Gaspar no cerró la puerta a la AFD en Cataluña, sino que se mostró partidaria de abordarla en el seno de una estrategia “integral” de atención en el domicilio. De este modo, el farmacéutico se integraría en un equipo colaborativo con otros profesionales “respetando las competencias de cada uno”.
En el ámbito del trabajo del día a día en una consulta desde el punto de vista médico, Montse Espuga explicó el modelo de trabajo colaborativo que realizan desde su centro de Atención Primaria con las farmacias de su zona.
A este respecto, Espuga explicó que mantienen una estrecha colaboración con las farmacias, con las que se reúnen tres veces al año, que les permite adaptar algunas formas de trabajo en beneficio de los pacientes.
Esta médica quiso poner en valor el papel de las farmacias en la detección de pacientes que dejan de acudir al médico por algún motivo, actuando para animarles a volver a visitar los centros de Atención Primaria.