En el segundo foro de la Organización Mundial de la Salud (OMS) sobre precios se ha hablado del coste de la innovación, pero también de los desabastecimientos causados por descensos acusados en los precios, de nuevos modelos de compra y de transparencia. En una reciente conversación con Diariofarma, Josep Tabernero, presidente de los oncólogos europeos y ponente en el encuentro, resumía las claves de la reunión.
La OMS convocó su segundo encuentro centrado en el precio de los medicamentos en Sudáfrica (el primero tuvo lugar en Holanda hace dos años).
El título invita a pensar en el tema que ronda casi todas las reuniones del ramo en los últimos años, los precios de las terapias innovadoras. No obstante, el presidente de la Sociedad Europea de Oncología Médica (ESMO), Josep Tabernero, recordó en su intervención la complejidad de la asignación de precios. Entre otros aspectos, destacó cómo el descenso de los precios de medicamentos no innovadores puede desencadenar escasez de medicamentos esenciales, aunque también el suministro se ve influido por factores diversos.
Según el presidente de ESMO, los modelos de adquisición vigentes permiten bajadas de precios tan acusadas que en ocasiones hacen que los fabricantes opten por retirar ciertas terapias antes de incurrir en pérdidas. Es un problema que afecta a medicamentos esenciales para el tratamiento del cáncer, pero que también tiene un impacto considerable en otras áreas, incluyendo cardiología, neurología y neumología, apuntó.
ESMO analiza los desabastecimientos en cinco países
ESMO ha recomendado que se lleve a cabo un estudio europeo para documentar los desabastecimientos en toda la Unión Europa. La sociedad científica ha emprendido su propio análisis, que ya ha arrojado datos de cinco países.
En Alemania el problema de abastecimiento de medicamentos ha experimentado cierta mejoría. “De hecho, no se ha producido interrupción en el suministro de daunorubicina, un fármaco esencial para el tratamiento de la leucemia mieloide aguda, previsto en marzo de 2019”, reza el informe. Además, en la mayor parte de los casos los farmacéuticos germanos consiguen encontrar alternativas terapéuticas, lo cual amortigua las consecuencias del problema en el bienestar de los pacientes.
En Bélgica, según los datos recopilados por los expertos de la ESMO, los problemas de suministro llevan en la agenda política más de una década, y desde hace cinco años hay un registro obligatorio de las incidencias. El problema no se ha solucionado, y siguen produciéndose interrupciones que han afectado a capecitabina, carboplatino, docetaxel, fludarabina, letrozol, metotrexato y oxaliplatino.
En Finlandia, no es frecuente que los medicamentos de oncología se vean afectados por faltas de suministro. Se ha podido observar que, cuando se presentan, afectan a fármacos baratos pero esenciales con beneficios clínicos relevantes. En 2018 esos fármacos fueron anastrozol, citarabina, letrozol, metotrexato, temozolomida y ácido zoledrónico.
En Bulgaria las interrupciones en el suministro de medicamentos esenciales para el tratamiento del cáncer se han convertido en un problema crónico. La escasez afecta a carmustina, dacarbazina, mitomicina, procarbazina y metotrexato.
En Rumanía existen interrupciones en el suministro de 24 medicamentos incluidos en el Programa Nacional de Oncología. En algunos casos incluso se trata de fármacos retirados de ese mercado, y otras 13 terapias se identificaron como vulnerables por un “alto riesgo de interrupción del suministro”.
Tabernero ha descrito la situación como una auténtica emergencia de salud pública. Para contribuir a solventarla, la sociedad científica que representa a los oncólogos de la UE presta su colaboración a las autoridades europeas, con quien ya ha celebrado dos reuniones en Bruselas y colabora de forma continua con un grupo de europarlamentarios.
Precios y reembolso: nuevos criterios
Según el presidente de ESMO, el sistema actual de establecimiento de precio tiene ciertos sesgos. Con el precio ajustado al mercado y el reembolso al valor, persisten las disparidades entre valor clínico y coste.
Fórmulas como el precio por indicación y el reembolso por indicación serían mecanismos para ayudar a que el valor y el precio se aproximen.
En la ESMO se prefiere -explicaba Tabernero- ampliar el concepto de “precio justo” (fair pricing) en la nomenclatura de la OMS) para contemplar el “reembolso basado en el valor adaptado a la geografía”.
El valor de un fármaco se definiría por parámetros clínicos, como tipo y localización del tumor y frecuencia de la enfermedad. En el paso a la decisión sobre reembolso se contemplarían parámetros como el Producto Interior Bruto (PIB) del país, el porcentaje de PIB que se dedica al gasto sanitario y la frecuencia de la enfermedad.
En el encuentro de Sudáfrica también se hizo un llamamiento a una mayor transparencia en todos estos procesos.