Profesión

Experiencias internacionales de vacunación antigripal en farmacias muestran que 'sí se puede'

Experiencias de vacunación antigripal en farmacias en Francia, Irlanda y Portugal muestran que, además del visto bueno de las autoridades, son elementos facilitadores el contar con una formación adecuada y colaborar, más que competir, con el resto de profesionales sanitarios.
Imagen de la Jornada sobre farmacia y vacunación antigripal, organizada por el CGCOF con el apoyo de Sanofi Pasteur.

Formación específica, disponer de un área para garantizar la privacidad, registrar las intervenciones y actuar en colaboración con el resto de profesionales sanitarios. Ésos serían los puntos en común, y quizás la clave del éxito, de las experiencias de Francia, Irlanda y Portugal con las vacunación antigripal en oficinas de farmacia, que fueron expuestas por representantes de la botica en estos países durante la jornada ‘Farmacia comunitaria y vacunación antigripal: experiencias’, organizada por el Consejo General de Colegios Oficiales de Farmacéuticos (CGCOF) con la colaboración de Sanofi Pasteur.

Alain Delgutte, miembro del Consejo Nacional de la Orden de Farmacéuticos de Francia, explicó que, en su caso, el punto de partida fue una cobertura que no llegaba al 50%. Eso hizo que las autoridades pensaran en la farmacia como agente de refuerzo, y se lanzaran a poner en marcha, en diciembre de 2016, un primer proyecto piloto en dos regiones del país. Los criterios para que las boticas pudieran participar eran realizar una formación específica, disponer de un área concreta la para la vacunación, y centrarse en la población de riesgo, excepto embarazadas, adultos no vacunados previamente, o aquellos en los que había sospechas de alergias, entre otros. Además, la French Chamber of Pharmacist se encargó de desarrollar una plataforma para el registro de las intervenciones.

En este primer programa, para la campaña 2017-2018, la vacunación fue ofrecida por el 50% de las farmacias, que vacunaron a 159.139 personas. La mayoría de ellas, un 79%, fueron mayores de 65 años.

Sobre la base de los resultados obtenidos, las autoridades sanitarias decidieron extender el proyecto a otras dos regiones para la campaña 2018-2019, incluyendo además a embarazadas y todos los adultos, aunque no se hubieran vacunado. El 76% de las farmacias participaron y lograron vacunar a 743.560 personas. Entre otros hitos, "se logró que vacunar a 173.441 ciudadanos por primera vez gracias a este programa", destacó Delgutte.

Según indicó, la satisfacción de los pacientes con estos dos programas fue alta, aunque no faltaron los recelos de médicos y enfermeros. Por eso, entre sus conclusiones resaltó la necesidad de "informar a médicos y enfermeros, explicarles bien el valor que aportamos, e incidir en nuestra formación, para eliminar reticencias". "Lo más importante, es ser conscientes y saber transmitir que el farmacéutico no está para competir con otros profesionales, sino que somos un complemento en la aplicación de la política de vacunación", subrayó.

Como consecuencia de toda esta actividad, recordó Delgutte, Francia aprobó la vacunación regular en farmacias, a través de la Social Security Budget Law, en 2019. "Se hizo incluso antes de que hubiéramos concluido el piloto", concluyó, y avanzó que, a futuro, planea la posibilidad de vacunar también contra la rubeola.

Para narrar la experiencia irlandesa, la mesa, que estuvo moderada por la directora de Internacional del CGCOG, Sonia Ruiz, contó con Darragh O’Loughlin, CEO y secretario de la Unión de Farmacia de aquel país.

En su caso, en 2011 se aprobó una legislación para permitir a las farmacias la dispensación y administración de las vacunas antigripales sin necesidad de prescripción, y en 2015 se amplió a las del neumococo y el herpes zóster. Los requisitos para ello es que los farmacéuticos se formaran en materias como políticas de vacunación, técnicas de inyección, gestión de anafilaxis, reactivación cardiopulmonar y uso del desfibrilador, obteniendo una acreditación que debe ser renovada cada cuatro años. Adicionalmente, las farmacias deben disponer de un área privada, se debe someter la intervención a consentimiento informado, es preciso el registro de intervenciones y también se exige la notificación al sistema sanitario y al resto de profesionales.

O’Loughlin aseguró que, desde que se comenzó a vacunar contra la gripe en farmacias, las tasas se habían incrementado de forma significativa. En 2019, 153.000 habrían sido vacunadas en una botica, mientras que 783.241 lo hicieron en centros médicos. Como su predecesor, el irlandés afirmó que ellos "no compiten". De hecho, indicó que, en sus acciones para promocionar la vacunación, las cuales realizan por diversos medios, incluidas las redes sociales, lo que hacen, dice, es "animar a la gente a que se vacune, sea en la farmacia o en la consulta médica".

En su caso, las encuestas de satisfacción también son favorables, con un porcentaje mayoritario de pacientes que vuelven a la farmacia a vacunarse. De hecho, el 32% de los vacunados por primera vez lo hicieron en una botica. En cuanto a los motivos para elegir a éstas, habrían esgrimido la conveniencia, los menores tiempos de espera, y el precio. O'Louhlin confirmó que la farmacia cobra 15 euros por acto.

La experiencia portuguesa

Finalmente, Duarte Santos, miembro de la Junta de la Asociación de Farmacias de Portugal y presidente de la PGEU, comentó la situación en el país vecino. Allí, las autoridades pusieron en marcha un proyecto piloto en el área de Lisboa en 2018 para vacunar a gente mayor.

En total, fueron 38 farmacias las farmacias implicadas, actuando en cooperación con el sistema sanitario, para lo que tenían que registrar los datos de sus intervenciones en e-Vaccination Bulletin, la plataforma que centraliza toda la información al respecto. "La satisfacción de los pacientes es alta", aseguró. En la campaña 2018/2019, añadió, el 40% de las 520.000 vacunas dispensadas las aglutinó la farmacia. Y aclaró: "Actualmente, las farmacias solo pueden vacunar a algunos grupos de pacientes". Además, deben de contar con un área adecuada, materiales obligatorios y estar capacitados para proporcionar respuesta a anafilaxis, entre otros.

Para concluir, Santos insistió en el mensaje de sus compañeros, en relación con el rol que debe jugar la farmacia: "No estamos aquí para competir con nadie, sino para trabajar con otros para mejorar la atención y aportar al sistema sanitario". Por eso, dijo, "debe apartarnos del debate sobre el conflicto profesional o la cuestión económica, y centrarnos en ofrecer la mejor atención en términos de salud pública".

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