Profesión

Un nuevo informe con argumentos a favor de la vacunación en farmacias

Un informe de la Asociación Europea de Estudiantes de Farmacia (EAPS) destaca los beneficios de la participación de las oficinas de farmacia en los programas de vacunación, basándose en experiencias de éxito cosechadas en Europa.

Poco después de que seis sociedades médicas españolas reclamaran que se estudie incorporar a farmacias autorizadas a las campañas de vacunación contra la gripe, la Asociación Europea de Estudiantes de Farmacia (EPSA por sus siglas en inglés) hizo público informe, titulado 'Pharmacist delivered vaccination: the state of the play in Europe', en el que detallan la situación relativa a la participación de las oficinas de farmacia en los programas de vacunación de los distintos países de la Unión, fijándose especialmente en aquellos en los que los farmacéuticos están colaborando en éstos, con resultados aparentemente positivos en términos de cobertura y de satisfacción de los pacientes.

El documento, cuya elaboración fue financiada por Sanofi Pasteur, hace referencia al cambio de rol que ha vivido la profesión farmacéutica en los últimos años, evolucionando desde actividades más básicas y tradicionales como la dispensación o la formulación, "a la prestación de servicios centrados en el paciente, como son la medición de la tensión arterial o el colesterol, así como el abordaje de las enfermedades crónicas o la vacunación".

También se mencionan, como base para la proliferación de la actividad de la farmacia en este último campo, a la recomendación del Consejo Europeo, que, en aras de facilitar el acceso a las vacunas y poder elevar las tasas actuales de cobertura, "simplifiquen y amplíen las oportunidades de ofrecer estos productos, aprovechando para ello las estructuras y personal comunitario, como las farmacias, el personal de Enfermería, las escuelas o los mismos centros médicos de los que disponen algunas empresas".

En lo que respecta a las farmacias, recuerdan que existe en Europa actualmente una red compuesta por un total de 154.000 farmacias y 400.000 farmacéuticos, que absorben un total de 23 millones de visitas al día. Además, hacen énfasis en el valor de proximidad que ofrece este canal, con un 99% de la población tiene una farmacia a menos de 30 minutos, y un 58% a menos de cinco. Destacan, asimismo, que suelen tener horarios de apertura más amplios que los centros médicos, que el tiempo de espera suele ser corto y que no requieren cita previa.

En el informe, la EAPS explica además que estos establecimientos, más allá del acto de la vacunación, pueden ofrecer información sobre las vacunas y las enfermedades que previenen, lo que incluye la concienciación sobre los beneficios de una buena inmunización, teniendo en cuenta además la confianza que existe en estos profesionales; lanzar campañas promocionales, por ejemplo, para la vacunación contra la gripe; informar sobre los calendarios vacunales, así como la monitorización y comunicación de efectos adversos, entre otros.

Experiencias en Europa

Por todo ello, han sido ya varios los países europeos que han contado con las oficinas de farmacia como agentes complementarios en sus programas de vacunación, una tradición que inauguró Argentina, allá por 1958, y tiene también precedentes en países como Túnez (desde 1973), Estados Unidos (desde 1994) y otros. En la UE, Dinamarca, Francia, Irlanda, Malta, Portugal, Suiza y Reino Unido cuentan ya con algunas experiencias al respecto también, según el informe. En otros países, como Finlandia, Italia, Noruega, Suecia, las boticas han servido apoyo logístico al personal de Enfermería u otros sanitarios encargados de la vacunación. En todos los casos, la motivación ha tenido que ver con una necesidad médica, a menudo urgente, de hacer frente a bajadas de la cobertura, así como para la preparación de una pandemia.

No obstante, se han detectado algunos retos, como la adaptación legislativa para que permitir la intervención de los farmacéuticos. Dinamarca o Reino Unido, sin embargo, optaron por una solución más sencilla: ofrecer la manera de que los médicos puedan delegarles su competencia. También ha sido común a todas las experiencias la necesidad de una formación complementaria y certificada, aunque con diferentes métodos (desde formularios de acreditación, a cursos de actualización, como Reino Unido). Francia y Suiza, no obstante, han incluido esta formación en los programas formativos comunes. Y finalmente, cabe destacar el establecimiento de estándares de buenas prácticas para la vacunación en farmacias, que incluyen el diseño de un espacio propio, la elaboración de protocolos para la gestión del suministro o de los efectos adversos, etc. Como reto, no se puede eludir la aparición de resistencias por parte de otros profesionales sanitarios, que han sido una constante.

En cuanto a los modelos de remuneración por estos servicios, es habitual que el reembolso del servicio obligue al farmacéutico a asumir los costes derivados de la administración y la gestión previamente descrita (incluido el stock de epinefrina para tratar una reacción alérgica), así como las acciones relacionadas con la educación de los pacientes. Todo ello suele ser condición para poder participar en los programas descritos, lo que lleva a los farmacéuticos a una evaluación exhaustiva de la rentabilidad del servicio, explica la EAPS.

En cuanto a los beneficios que se han obtenido con estos programas, citan un incremento del 6,5% en la cobertura contra la gripe estacional en mayores de 65 años en Portugal entre la campaña 2008-2009 y la 2009-2010; y un caso similar en Londres, donde ascendió del 59% al 76% entre 2005 y 2008. En estos países, las farmacias son ahora, reza el informe, "importantes centros de vacunación, y más del 50% de las vacunas contra la gripe se administran en ellas".

Junto a estos datos, hacen referencia a la satisfacción que suelen mostrar los pacientes que son inmunizados a través de las farmacias. La proximidad y la ausencia de cita de previa, dicen, suelen ser algunos de los aspectos mejor valorados. En este sentido, hacen referencia a una encuesta portuguesa en la que los ciudadanos destacaban la ventaja de obtener y ser administrados con la vacuna en el mismo lugar, así como la familiaridad con los farmacéuticos y la cercanía del establecimiento. Tanto los portugueses, como los irlandeses, franceses y británicos que han participado en encuestas de este tipo, y que han sido vacunados en farmacias, aseguraban, en una proporción superior al 90%, que volverían a una botica a vacunarse de la gripe.

Recomendaciones para fomentar la participación

Vistas las experiencias cosechadas hasta ahora, la EAPS se lanza también en su documento a emitir una serie de recomendaciones para aquellos países (entre los que incluye a Bélgica, Estonia, Hungría, Italia y España) que están contemplando actualmente la posibilidad de incorporar a las farmacias comunitarias en sus estrategias de vacunación antigripal, dadas las dificultades que están teniendo para alcanzar la tasa de cobertura recomendada, fijada en el 75%.

Entre ellas, destacan las necesidad de impulsar una visión basada en "la colaboración de todos los profesionales sanitarios por la salud de los pacientes", visión de la que, opinan, "no puede escapar la vacunación". Asimismo, llaman a las asociaciones profesionales farmacéuticas "a impulsar los cambios legislativos necesarios para permitir la intervención de estos profesionales". Ya sobre el terreno, llaman a los titulares "a dejar espacio a actividades, como la vacunación, de valor añadido, así como al desarrollo de sistemas de información que les ayuden a la gestión y que les permitan compartir resultados con el resto de profesionales". Finalmente, aconsejan que las experiencias fluyan para, a través de su fuerza, minimizar las resistencias existentes.

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