Política

La colaboración funciona, la bronca entorpece y el SNS necesita recursos y avanzar hacia la digitalización

Marta Villanueva, directora general de la Fundación IDIS, Federico Plaza, director de Asuntos Corporativos de Roche España, y Josep María Campistol, director del Hospital Clínic de Barcelona, apuntaron algunas de las principales lecciones de la gestión de esta pandemia durante un encuentro virtual.
Imagen del encuentro sobre sanidad de El País y Roche.

Marta Villanueva, directora general de la Fundación IDIS, Federico Plaza, director de Asuntos Corporativos de Roche España, y Josep María Campistol, director del Hospital Clínic de Barcelona, coincidieron bastante en sus planteamientos durante su participación en una mesa de debate organizada por El País y Roche, en la que trataron de desgranar algunas de las lecciones más importantes de la gestión de la pandemia.

La primera de todas fue la importancia de la colaboración. Para Villanueva, la mantenida entre el sector sanitario público y el privado ha sido "imprescindible" para sacar adelante una situación "excepcional y compleja". Eso le lleva a pensar que se deberían "procedimentar sistemas de colaboración permanentes, para que la cooperación entre ambas sanidades fluyera, de modo que demos con fórmulas que permitan mejor accesibilidad, reducir las listas de espera y la obsolescencia tecnológica, etc.".

Por su parte, Plaza se refirió a la colaboración que ha permitido generar conocimiento científico en torno a medicamentos y vacunas "en seis o siete meses, cuando lo habitual es tardar entre ocho y 10 años". Colaboración, pero también "apertura, flexibilidad y dinamismo", subrayó. También puso en valor la estrecha coordinación que han mantenido con las autoridades sanitarias, concretamente con la Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios, para poder agilizar esa investigación y para garantizar los suministros en un momento de grandes tensiones en el mercado.

A este respecto, el portavoz de Roche reconoció que "siempre había habido una buena relación", aunque en ocasiones ha estado muy marcada, dijo, por la "desconfianza". Y especificó: "Nunca se había producido una relación tan intensa, empática y colaborativa como ahora". De cara al futuro, espera que se pueda mantener esta sintonía en cuestiones como el acceso, ya que considera prioritario "encontrar fórmulas para que los medicamentos lleguen a los pacientes de forma sostenible", y eso exige llegar a acuerdos.

Finalmente, en lo que a colaboración se refiere, Campistol, que reconoce haber pasado "los peores meses" de su vida "a nivel personal y profesional", ha destacado la capacidad que han demostrado los profesionales sanitarios "de trabajar en equipo" y hacerlo con "generosidad y compromiso". "Ha sido extraordinario ver, en el Clínic y en todos los hospitales, la colaboración entre profesionales, que han trabajado durante jornadas de 12-14 horas, sin EPIs…", ha dicho, y ha opinado que "estos valores han sido decisivos y hay que mantenerlos".

Lo que hay que desterrar lo antes posible, parecieron coincidir los tres, es la bronca política. Villanueva opinó que, "en Sanidad, la ideología y los intereses políticos se tienen que olvidar, y centrarnos en la salud y en salvar vidas", y parafraseó al presidente extremeño, Guillermo Fernández Vara, que participó en este mismo encuentro (ver información publicada en Diariofarma), con una petición a las CCAA de "que dejen la tarjeta del partido en la puerta y trabajen por un fin común, la de fortalecer el SNS".

Campistol opinó que "la unidad política es crucial y necesaria", y que utilizar la pandemia con fines partidistas "ha sido negativo para todos". Por eso, pidió "más generosidad y menos rencillas". Además, echó en falta más "visión científica" en las decisiones, un argumento que suscribió Plaza, quien, en tono constructivo, llamó a "sacar más rendimiento al potente tejido científico que tenemos en España, que está bastante vinculado con la red asistencial, que es donde está el conocimiento de lo que estaba pasando".

La necesidad de aumentar la financiación

Apuntadas estas lecciones, no faltaron las aportaciones orientadas a garantizar un buen futuro para el Sistema Nacional de Salud, comenzando por la financiación suficiente. Plaza subrayó la necesidad de "incrementar la financiación de la sanidad pública de forma finalista, para llegar a niveles de Europa, con recursos que sean más estables y no dependan de ciclos económicos", una propuesta a la que se apuntó Campistol, quien calculó que habría que elevar dos puntos porcentuales la proporción de PIB que se dedica actualmente a la sanidad, incluyendo las vertientes pública y privada.  

En representación de esta última, Villanueva advirtió contra la intención del Gobierno de aplicar un 21% a los seguros privados, lo que generaría, dijo, "problemas para todos". Concretamente, en lo que tiene ver con el SNS, y debido a la baja que podrían cursar muchos ciudadanos de estos seguros, auguró que "eso pondría en problemas a la sanidad pública", que tendría que absorber todo ese volumen asistencial "que podrían ponerla en situación de saturación". Y es que, según IDIS, el ahorro para las arcas públicas por la contratación de estos seguros oscilarían entre los 5.000 y 11.000 millones de euros.

Además de recursos dinerarios, los participantes en la mesa pusieron en valor la aportación que puede derivarse de la transformación digital del SNS, la cual podría ofrecer, según Villanueva, "la personalización, con cirugías menos invasivas, tratamientos más específicos, medicación concreta y específica orientada a la idiosincrasia de cada pacientes, ser más rápidos y ágiles…".

No obstante, apuntó que lo ideal sería mantener "las interacciones bis a bis cuando sean necesarias, y reducir las que no lo son". Sobre ese equilibrio necesario habló también Campistol, quien dijo que los gestores están obligados a "encontrar el punto de equilibrio" una vez superada esta "fase pandémica". Reconoció que hay muchas situaciones en las que la presencialidad "aporta valor añadido". Dicho esto, consideró que la digitalización puede convertirse en una de las claves para poder mantener los estándares actuales de atención.

En este punto, Plaza propuso ir más allá de la relación médico-paciente para entender la trascendencia de la salud digital, y se refirió a la "revolución de los datos", que puede permitir, a su juicio, "que se investigue de otra forma, se desarrollen medicamentos de otra manera, y que se tomen decisiones, se atienda a pacientes e incluso se puedan prevenir enfermedades de otra forma". "Todo esto también es salud digital", apuntó, " y va a mejorar nuestras posibilidades".

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