La jornada ‘Atención a la cronicidad durante la covid-19: el futuro lo hacemos juntos’, ha permitido una reflexión conjunta desde la vertiente de los pacientes, clínica, política e institucional acerca del reto sanitario que supone la cronicidad en un contexto sanitario marcado por la pandemia.
La pandemia está teniendo efectos negativos importantes tanto sobre aquellos pacientes que contraen la infección por SARS-CoV-2, como sobre un grupo mucho más numeroso de pacientes, crónicos en su mayoría, que se ven afectados por las consecuencias físicas, psicológicas y sociales del escenario actual.
La jornada, organizada por Boehringer Ingelheim España e Hiris Care contó con la participación de catorce ponentes de todo el país, que compartieron valoraciones desde diferentes vertientes, contribuyendo así a una reflexión conjunta y necesaria en momentos de tanta complejidad
Más allá de las ondas epidémicas que acompañan a la evolución del número de contagios, el ciclo de conferencias abordó en profundidad las cuatro olas de impacto de la pandemia sobre los enfermos crónicos, que podemos ya contemplar en las consultas y que, según alertaron los expertos, se agravarán en el futuro.
“Nuestra razón de ser, los pacientes, ha guiado siempre la actividad de la compañía. Y creemos que para afrontar con eficiencia los retos que nos plantea la cronicidad, es indispensable la coordinación y cooperación de todos los agentes del Sistema Nacional de Salud: asociaciones de pacientes, especialistas sanitarios, las instituciones públicas y, por supuesto, la industria farmacéutica”, afirmó en su discurso inaugural Peter Ploeger, director general de Boehringer Ingelheim España.
A lo largo de la jornada virtual, se desarrollaron diferentes debates anclados en las consecuencias que está teniendo la pandemia sobre los pacientes crónicos, y que los expertos han categorizado en cuatro olas diferenciadas.
La “primera ola” correspondería al impacto de sobre los pacientes afectados. La “segunda ola” corresponde a las consecuencias sobre la salud de la falta de atención en las complicaciones urgentes de los pacientes crónicos no-covid (infartos, ictus, etc.) La “tercera ola” está vinculada a la morbilidad asociada a la falta de atención y seguimiento clínico del paciente crónico como consecuencia de ver demorada o interrumpida la atención que éste precisa, o de una menor adherencia terapéutica. Asimismo, puede ser consecuencia de los cambios en los patrones de autocuidado del paciente crónico, que pueden desequilibrar rutinas de alimentación o de actividad física. Por último, la “cuarta ola”, con una mayor latencia, pero quizá mayor impacto, tiene que ver con la afectación que la Covid-19 pueda tener sobre la salud de los pacientes crónicos debido a determinantes psicológicos o sociales que acompañan a la pandemia. Algunos ejemplos destacados serían el ‘burnout’, el aislamiento, el estrés laboral, el desempleo o la pobreza.
Jesús María Fernández, fundador y CEO de Hiris Care, apuntó que “nos encontramos ante una situación de urgencia. El test de estrés al que se ha visto sometido el sistema sanitario debido a la Covid-19 ha puesto al descubierto la situación de especial vulnerabilidad de los pacientes crónicos. Desde el comienzo de la pandemia, estas personas han sufrido, entre otras consecuencias, la limitación al acceso a los recursos sanitarios y una significativa disminución de la monitorización de sus patologías crónicas. No cabe más que construir e impulsar un nuevo modelo sanitario de atención a los pacientes con enfermedades crónicas, crucial para paliar las graves consecuencias de la pandemia y prepararnos para el futuro”.
En la primera mesa de debate, María Gálvez, directora de la Plataforma de Organizaciones de Pacientes; Andoni Lorenzo, presidente del Foro Español de Pacientes; Joan Escarrabill, director del Programa de Atención a la Cronicidad & Experiencia de pacientes del Hospital Clínic; y Domingo Orozco, coordinador de la Estrategia para el Abordaje de la Cronicidad del SNS hasta 2019, debatieron acerca de la experiencia y necesidades de los pacientes crónicos y de los clínicos que les atienden al cumplir un año de pandemia en nuestro país.
Todos los ponentes resaltaron las dificultades que han experimentado los pacientes crónicos en términos de acceso a la atención sanitaria, y señalaron la necesidad de dar un paso hacia delante en términos de desarrollo tecnológico, especialmente el ámbito de la telemedicina, vital para la relación médico-paciente del presente y del futuro.
En cuanto a las prioridades para abordar el reto de la cronicidad a corto plazo, se hizo hincapié en la importancia de regular la representatividad y la participación de las asociaciones de pacientes en los órganos de decisión, y la necesidad imperante de considerarlos un agente más en la toma de decisiones estratégicas. En el transcurso del debate se resaltó, además, la necesidad de priorizar el proceso de vacunación de los pacientes crónicos, ya que representan un colectivo muy vulnerable frente al virus.
Asimismo, también se reflexionó sobre la necesidad de promover un cambio de modelo con respecto al abordaje de la cronicidad en el ámbito legislativo, donde se hizo mención específica a la iniciativa Cronicidad Horizonte 2025, plataforma que quiere situar la cronicidad en la agenda política y social del país.
En la segunda mesa, María Luisa Carcedo, diputada y exministra de Sanidad, Consumo y Bienestar del PSOE, y Rubén Moreno, senador y exsecretario general de Sanidad y Consumo del PP, reflexionaron sobre los retos que la cronicidad supone para el ámbito político e institucional en un escenario de pandemia, recalcando la importancia de tener una visión global del contexto en términos sociales, medioambientales, económicos y sanitarios. Ambos coincidieron en la necesidad de mejorar la coordinación asistencial y los flujos de información entre atención primaria y atención especializada en beneficio del paciente crónico.
También se habló sobre la relevancia de implicar el paciente crónico en el manejo de su enfermedad desde una posición de corresponsabilidad.
En la tercera y última mesa, Patricia Gómez Picard, consejera de Sanidad de las Islas Baleares y José María Vergeles, consejero de Sanidad y Servicios Sociales de Extremadura, analizaron la capacidad de adaptación del sistema sanitario desde las propias comunidades autónomas para dar respuesta a las necesidades reales de los pacientes crónicos durante la pandemia, sobre todo al inicio de la pandemia, y la diferencia que supuso poder diagnosticar a los pacientes asintomáticos para gestionar el aumento de la actividad clínica.
Ambos ponentes compartieron algunas de las activaciones que llevaron a cabo en los respectivos territorios, señalando entre ellas el aumento de la actividad domiciliaria y la oportunidad asistencial que representó la teleconsulta, a pesar de las posibilidades de mejora. Durante la conferencia, se desvelaron algunos de los planes considerados para reforzar la atención sanitaria ante la repercusión de esta pandemia sobre la cronicidad, haciendo hincapié en la necesidad de establecer un nuevo modelo de atención primaria a las personas de más edad y en la consideración del impacto en la salud mental de los pacientes para planes futuros. También se mencionó la deriva crónica de la propia pandemia, y la necesidad contar con expertos para su abordaje.
Ambos representantes territoriales quisieron poner en valor y agradecer la labor de los profesionales médicos y asistenciales para el abordaje de los retos del sistema sanitario a los que se ha hecho frente hasta la fecha.
Pilar Aparicio, directora general de Salud Pública, Calidad e Innovación, fue la responsable de clausurar la jornada con un discurso en el cual resaltó la importancia de encuentros de esta índole, que promueven la cooperación entre todos los agentes del sector salud para hacer frente a los retos presentes y futuros que presenta la cronicidad.