La farmacia comunitaria ha desarrollado a lo largo de los últimos años, una producción científica y asistencial sin precedentes. Son numerosos los proyectos que han elaborado para mejorar el resultado de los medicamentos en los pacientes, así como los que buscan la promoción de la salud o la prevención de la enfermedad. Pese a ello, muchas de estas iniciativas quedan en el ‘mundo de los pilotos’ y otras no se expanden lo suficiente como para que sean conocidos y valorados tanto por pacientes, profesionales o gestores sanitarios. Esta situación quedó de manifiesto a lo largo de la mesa ‘Integración de los Servicios Profesionales Farmacéuticos Asistenciales en el proceso asistencial desde la perspectiva del paciente’, que ha tenido lugar en el marco del 22 Congreso Nacional Farmacéutico que se está desarrollando en Sevilla. La moderadora de la mesa, la tesorera del Consejo General de Colegios Oficiales de Farmacéuticos (CGCOF), Ana López Casero, ha señalado que se trata de un “baño de realidad” que debe servir a los farmacéuticos para actuar en consecuencia.
La perspectiva ofrecida desde el punto de vista de los pacientes, por parte de la presidenta de la Plataforma de Organizaciones de Pacientes (POP), Carina Escobar; como por parte de los decisores en palabras del presidente de la Sociedad Española de Directivos de la Salud (Sedisa), José Soto, fue muy clara: ni los directivos sanitarios ni los pacientes conocen los servicios profesionales farmacéuticos asistenciales. La tesorera del Consejo General también explicó en su introducción que ellos mismos son conscientes de que “aún queda un largo recorrido para que la sociedad perciba a los farmacéuticos como asistenciales”.
Esta percepción fue transmitida tras la exposición que López Casero realizó acerca de un proyecto que verá próximamente la luz y que consistió en evaluar cuál es el proceso asistencial de un paciente crónico, cuál debería ser el proceso ideal y en qué puntos la farmacia podría ofrecer valor. A este respecto, señaló que en la actualidad existen numerosos retos para el sistema sanitario, como la sostenibilidad o la cronicidad y que en ellos hay “una oportunidad para la farmacia”.
El presidente de Sedisa valoró positivamente que los farmacéuticos hayan dado el paso de salir a “decir alto que el farmacéutico es un sanitario” y que tiene mucho que ofrecer al sistema y a los pacientes. Además, consideró relevante que se ocupen de la cronicidad ya que eso es “muy necesario” y consideró que el siguiente paso “urgente” es que todas las capacidades del farmacéutico se “difundan, se publiquen, para que los ciudadanos lo capten y lo entiendan”. Desde el público, el presidente del Colegio de Farmacéuticos de Guipúzcoa, Miguel Ángel Gastelurrutia, no se asombró de la falta de conocimiento de los servicios profesionales farmacéuticos ya que para que algo se conozca, “debe ponerse en práctica” y desarrollarse para que el boca a boca funcione.
Con ellos coincidió Carina Escobar, quien afirmó que “el paciente no conoce el alcance del recorrido que puede tener con el farmacéutico” a la hora de mejorar el manejo de su enfermedad. Con respecto a los servicios que serían mejor valorados por los pacientes, la presidenta de la POP señaló que habría que priorizar todos aquellos relacionados con la medicación y la seguridad de la misma, el seguimiento, la adherencia; así como colaborar en la información a los usuarios para que se conviertan en pacientes activos.
Búsqueda de consensos, la verdadera innovación
Una de las barreras identificadas en la implantación de los servicios profesionales farmacéuticos ha sido la falta de alianzas y acuerdos entre los diferentes profesionales. Según Escobar, “en la modernización de los procesos asistenciales, que dependen de las autoridades, hay que adaptarse ya que todos ganan y pierden algo”. A este respecto, Soto consideró que “cuando hay discrepancia hay que buscar el punto de encuentro, que dependerá del poder de partida de cada uno”, y pese a ello, insistió en la necesidad de alcanzar consensos, algo que para él sería muy importante: “Lo auténticamente innovador es que nos sentemos a hablar para alcanzar un consenso. Ceder cuesta mucho y todos piensan de partida que tienen razón”, explicó.
Además, el presidente de Sedisa aconsejó a los farmacéuticos que, dado que las decisiones políticas se toman en función de los votos que aporten, el CGCOF debería tratar de “convencer a los profesionales, decisores, a los políticos, los sindicatos profesionales, a la ciudadanía” de que el impulso a los servicios profesionales es bueno para el sistema y tiene rentabilidad política.
Uno de los elementos que más valoró Soto fue la aportación de eficiencia al sistema que los farmacéuticos pueden aportar. Una eficiencia obtenida por la mejora en el uso de medicamentos, que aportaría mejores resultados, y por la prevención o reducción de los problemas relacionados con medicamentos, que impacta también en la salud y en la presión asistencial, más allá de aportar seguridad a los pacientes al verse seguido por un profesional sanitario.
Escobar apuntó la propuesta de Soto y recomendó a los farmacéuticos que construyan una relación con el paciente al fomentar el conocimiento que este tiene sobre el medicamento, especialmente en materia de seguridad.