‘Kraken’, como se le conoce en Estados Unidos a la subvariante XBB.1.5 de ómicron, no tendrá grandes efectos en Europa, al menos en el presente mes, según el último de informe de actualización del Centro Europeo para el Control y Prevención de Enfermedades (ECDC). Según este organismo, los niveles de presencia de dicho virus “están en niveles muy bajos”.
En medio de la explosión de contagios de China, la llamada de atención de Estados Unidos frente a esta nueva variante, que ha pasado desapercibida fuera de los círculos científicos y profesionales y que no obstante, en una sola semana pasó de representar el 20 % de los casos de EE.UU. a un 40 %, según datos del Centro de Control y Prevención de Enfermedades (CDC).
Este nuevo virus de la familia ómicron presenta una infección más rápida y una capacidad de propagación hasta un 50 % más alta que las variantes anteriores. Si bien, sus síntomas siguen siendo los conocidos hasta ahora (fiebre, dolor muscular, tos, fatiga y dolor de cabeza).
El ECDC ha mantenido en el informe publicado este lunes que, aunque “existe el riesgo de que esta variante pueda tener un efecto creciente en el número de casos que se registren en la UE”, ello, “no ocurrirá en el próximo mes, ya que la variante presenta niveles muy bajos”.
Por el momento, a pesar de la baja presencia, la variante ha sido detectada en Alemania, Bélgica, Chequia, Dinamarca, Eslovenia, España, Francia, Irlanda, Islandia, Italia, Países Bajos, Portugal, Rumanía y Suecia. Si bien, según datos del ECDC, su presencia es inferior al 2,5%, en las dos últimas semanas del pasado año.
Igualmente, el ECDC defiende que el rápido crecimiento de esta variante en EE.UU. no significa “necesariamente, que la variante vaya a ser dominante en la UE”, ya que se han observado “grandes diferencias en la circulación de variantes entre Norteámerica y Europa”.
Por otro lado, el organismo europeo indica que un estudio reciente ha demostrado que XBB1.5 “no se asocia a una mayor reducción de la neutralización por sueros de vacunados y convalecientes en comparación con XBB.1, pero sí a una mayor afinidad por ACE2, lo que podría indicar que la ventaja de XBB.1.5 frente a XBB.1 podría deberse a un aumento de la transmisibilidad intrínseca”.
El ECDC estima que se requieren aún más investigaciones de laboratorio y epidemiológicas “para dilucidar el mecanismo de la ventaja de crecimiento conferida por este cambio para la variante XBB específicamente”.