Política

Pfizer propone esquemas de pago específicos para antibióticos

La compañía ha celebrado un encuentro para abordar aspectos médicos y políticos de la crisis de resistencia a los antimicrobianos.

Patrick Holmes, responsable de política de innovación global de Pfizer, ha explicado en un encuentro virtual con medios internacionales que el mercado de antibióticos es particularmente difícil y se ha declarado partidario de buscar esquemas de pago innovadores y específicos para estos medicamentos, como los de suscripción, además de “separar el volumen del valor”. 

Aunque no es una cuestión que afecte únicamente a los antibióticos, ya que también hay problemas de resistencia a los antifúngicos, Holmes ha calificado de “reto” la inversión en antibióticos innovadores para todas las compañías “cuando su administración está muy limitada en el tiempo y además se busca reducir la población de pacientes que los reciben para que no pierdan eficacia”. La muestra de que es un mercado con más obstáculos que otros es que en la actualidad solamente hay unos 30-40 antibióticos en fase de desarrollo, ha añadido.

Desde el punto de vista financiero, señala que apostar por estos fármacos es una decisión "de muy alto riesgo", con un retorno de la inversión que no solamente se retrasa más en el tiempo, sino que está sustancialmente ajustado por esos factores de tiempo y población de pacientes “que se prefiere pequeña, porque no queremos que se utilicen de forma masiva, sino correctamente, muy dirigida, para prevenir resistencias”.

A su modo de ver, el de las resistencias no es un problema comercial “sino de salud pública, para los gobiernos y toda la comunidad sanitaria, por eso necesitamos trabajar juntos”. 

Tanto en Estados Unidos como en Japón y en la Unión Europea están empezando a verse propuestas que buscan reformar el mercado para que las compañías puedan encontrar atractiva la inversión en antibióticos.

En el caso de la UE, la propuesta legislativa incluye medidas que Holmes considera “prometedoras”, como conceder ‘bonos’ a los desarrolladores de nuevos antibióticos para que obtengan protección adicional que permita extraer mayor rentabilidad a otros de sus productos a modo de compensación.

A pesar de que han sido el avance clave para la medicina moderna, Jay Purdy, vicepresidente y jefe del área terapéutica de antibióticos y antifúngicos de la compañía, considera que existe una cultura muy extendida de exigir que los antibióticos tengan precios muy bajos. Purdy ha profundizado en la idea de separación de volumen y valor centrándose en volumen y precio, usando ejemplos concretos de pacientes que prefieren “tomar un café muy elaborado a un precio muy alto que pagar por sus antibióticos”.

Purdy también ha señalado que Pfizer fue una de las primeras compañías en dejar de incentivar las ventas por volumen para fomentar en su lugar la difusión del conocimiento sobre sus terapias. 

A este respecto, ha recordado que la mayor parte de las prescripciones de antibióticos tienen su origen en las consultas de Atención Primaria, “donde hay una mayor carga de trabajo y menos acceso a pruebas de diagnóstico sofisticadas”. Considera que habría que dotar de más recursos y formación a estos profesionales para que se extienda el uso racional de los antibióticos.

Una prueba de cinco minutos

Esta misma semana se ha dado a conocer un estudio firmado por investigadores del Instituto Karolinska de Suecia, que han desarrollado un método para detectar la respuesta de los patógenos a los antibióticos en pocos minutos. La prueba se ha presentado en Nature Microbiology y está pensada para que los médicos la usen y 'afinen' el tratamiento. 

Vicent Pelechano, del Departamento de Biología Celular, Tumores y Microbiología del instituto, se ha declarado “confiado” en que pueda ser uno de los instrumentos al servicio de los médicos para luchar contra las resistencias.

El método se llama 5PSeq, es de fácil empleo, y se basa análisis de 96 especies de bacterias de diferentes familias en muestras obtenidas de fluidos humanos, entre otros entornos en los que habitan estos microorganismos. Después de solamente unos minutos, se puede apreciar si la bacteria responde o no al tratamiento. El resultado es aún más contundente si se dejaba transcurrir media hora, aproximadamente.

 “Los métodos actuales para evaluar la resistencia a los antibióticos tardan horas, o incluso días, en ofrecer resultados; por este motivo es por lo que suelen prescribirse antibióticos de amplio espectro, lo que hace que aún se produzcan más resistencias”, ha explicado el investigador. 

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