La industria farmacéutica está convencida de que es posible abordar al mismo tiempo las dos prioridades de la revisión farmacéutica: la innovación y el acceso. Todo ello sin necesidad de debilitar los incentivos vinculados a la protección de los datos regulatorios (PDR).
Para ello, abogan por trabajar “conjuntamente todas las partes interesadas para entender los cuellos de botella y los obstáculos que impiden que los pacientes en cada Estado Miembro accedan a los tratamientos que necesitan una vez se concede la autorización de comercialización, sin tiempos de espera, sin diferencias”. Así lo ha explicado a Diariofarma la directora del Departamento Internacional de Farmaindustria, Icíar Sanz de Madrid, en una conversación para valorar la situación actual de la tramitación del paquete legislativo farmacéutico en el Parlamento Europeo.
Para Sanz de Madrid, “la clave está en el diálogo y no en la sobrerregulación”, así como en corregir la “falsa percepción” de que la innovación es un gasto y no una inversión. Para la representante de Farmaindustria, esta visión “no tiene en cuenta los ahorros generados por la llegada temprana y, por tanto, sin demoras, de nuevos medicamentos como, por ejemplo, la reducción de hospitalizaciones, la menor dependencia de los SNS, retorno más rápido al trabajo y menor carga social”. Por ese motivo, anima a echar la vista atrás y tratar de analizar lo que ha pasado, por ejemplo, con la hepatitis C.
Tal y como explica Sanz de Madrid, la innovación biofarmacéutica en Europa es “una prioridad y un objetivo compartido por los pacientes, decisores políticos nacionales y europeos, pagadores, gestores e industria farmacéutica”. Además, considera que para “generar los nuevos tratamientos que los pacientes necesitan y jugar en la champions league mejorando los resultados en salud, la atención sanitaria de los pacientes, el desarrollo económico, la resiliencia europea y promover la eficiencia de los SNS, Europa se necesita un ecosistema de incentivos de primer nivel, fuerte y competitivo”.
Por ese motivo, y al margen de la polarización política en el Parlamento Europeo como se ha visto estos días, “la realidad” es que lo que impulsa la innovación biofarmacéutica en Europa es “tener certidumbre y seguridad jurídica de que existe una verdadera política industrial anclada en la protección de los derechos de Propiedad industrial e incentivos regulatorios”. Esta protección es esencial para que las compañías logren retornos a la inversión de más de 44.500 millones de euros al año que realizan en Europa “para seguir innovando y no perder posición competitiva a nivel global”, explica Sanz de Madrid.
Impacto de la revisión legislativa
La experta se basa en los datos alcanzados obtenidos por la consultora Dolon, que ha hecho un estudio integral sobre el impacto de las propuestas de revisión de la legislación farmacéutica y que completa el realizado por la Comisión Europea, que se centró exclusivamente en los costes, sin tener en cuenta los ahorros generados por los medicamentos innovadores en los SNS.
El informe Dolon, recuerda Sanz de Madrid, concluye afirmando que la propuesta de revisión legislativa supone “asumir el riesgo de que Europa pierda un tercio de su participación en las inversiones de I+D mundiales en los próximos 15 años”. Según la representante de Farmaindustria, los números todavía “son más impactantes para las Pymes ya que solo 1 de cada 10 proyectos de investigación son económicamente viables”.
Por todo ello, como recuerda la directora del Departamento Internacional de Farmaindustria, “esto se traduce en menos tratamientos, más pacientes con necesidades médicas no cubiertas, menos investigación, desarrollo y fabricación en Europa y más dependencia de EEUU y China para los actuales desafíos y futuras amenazas en materia de salud”.