Política

Farmaindustria pide al Gobierno que retrase en Europa la directiva de aguas residuales

Farmaindustria pide tiempo para evaluar la metodología sobre la responsabilidad de micro contaminantes en las aguas residuales antes de que se produzca la publicación de la nueva directiva.
Icíar Sanz de Madrid, directora del Departamento Internacional de Farmaindustria.

Farmaindustria ha solicitado al Ministerio de Transición Ecológica que intervenga para retrasar la publicación de la Directiva Europea de Tratamiento de Aguas Residuales, cuya implementación podría afectar gravemente a la competitividad del sector farmacéutico en Europa. La directiva, enmarcada en el Pacto Verde Europeo, está diseñada para avanzar hacia la neutralidad climática en 2050, pero la industria farmacéutica cuestiona la falta de base metodológica en las medidas que se le imponen.

Iciar Sanz de Madrid, directora del Departamento Internacional de Farmaindustria, explicó esta cuestión en un reciente seminario convocado por Farmaindustria junto a medios de comunicación, y destacó que los estudios utilizados para respaldar la normativa no ofrecen evidencias concluyentes sobre el papel de los residuos farmacéuticos en la contaminación de aguas. La representante de Farmaindustria explica que se atribuye a la industria farmacéutica y cosmética el 90% de la responsabilidad de la presencia de micro contaminantes en las aguas residuales urbanas, pero no se ha mostrado la metodología empleada para alcanzar dicho resultado.

La preocupación de la industria tiene que ver con la inminente aprobación por el Consejo Europeo de la directiva si no se paraliza, como ha solicitado Farmaindustria. El próximo 5 de noviembre el Consejo de Ministros de la Unión Europea aprobará la directiva sin debate previo ya que se encuentra en un puntos del orden del día que no lo requiere.

El objetivo de la industria es obtener una demora para que sea posible revisar la metodología de cálculo que atribuye a la industria farmacéutica y cosmética la mayor parte de micro contaminantes que deben ser eliminados mediante tratamiento cuaternario. Para la industria no está demostrado que los productos farmacéuticos y cosméticos sean responsables del 90% de la contaminación y, por tanto, se estaría infringiendo el principio de 'quien contamina, paga'.

El impacto que esta directiva podría tener en la industria farmacéutica en España alcanzaría los 561 millones de euros, de acuerdo con unos cálculos efectuados por la Federación Europea de la Industria Farmacéutica (Efpia) y que superan con mucho los realizados por la Comisión Europea. Este impacto, en la industria farmacéutica, al contrario que la cosmética, no se podrá repercutir en los precios debido a su carácter intervenido, por lo que saldrá directamente de la cuenta de resultados de las compañías. Esto podría poner en riesgo la disponibilidad y acceso a los medicamentos por parte de los pacientes que los necesitan.

La competencia global y el riesgo de fragmentación del mercado

Por otro lado, Sanz de Madrid también aludió a la preocupante pérdida de competitividad en Europa en investigación y desarrollo, un aspecto especialmente relevante en el contexto actual, donde el 80 % de los ensayos clínicos en Terapias Avanzadas se desarrollan fuera de Europa, mayormente en China y Estados Unidos. La fragmentación del mercado europeo y la falta de incentivos para la innovación han debilitado el papel de Europa frente a otros países, particularmente en el ámbito de los medicamentos huérfanos y terapias avanzadas.

Además, la representante de Farmaindustria hizo énfasis en que la fragmentación del mercado europeo, con regulaciones nacionales dispares, limita el potencial de crecimiento de la industria y dificulta su competitividad frente a otros mercados, como el estadounidense. Mientras que en Estados Unidos existe un enfoque regulatorio más homogéneo que agiliza el lanzamiento de nuevos medicamentos y protege la propiedad intelectual por periodos más largos, Europa se enfrenta a una compleja red de normativas nacionales que restringen la innovación y el desarrollo. Todo ello ha dado lugar a una pérdida de peso de Europa frente a otros mercados en materia de I+D biomédica.

Sanz también mencionó el informe Letta y las recientes recomendaciones de Mario Draghi como guías estratégicas para impulsar la competitividad europea, basadas en reducir la dependencia de terceros países en sectores estratégicos, promover la cohesión del mercado interno y fortalecer la autonomía en sanidad y biotecnología.

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