Las diferencias que se pueden observar en el abordaje de algunas enfermedades pueden tener un impacto muy importante en el desarrollo de estas y, por tanto, sobre los pacientes. Esto es especialmente relevante en los casos en los que hay una posibilidad de afinar el diagnóstico y tratamiento gracias a la existencia de biomarcadores y tratamiento específicos de precisión. Este es el caso de muchos casos de cáncer y, en concreto el de mama, que presenta dos claros biomarcadores con el HER2 y los tumores hormono-dependientes, pero también para el conocido como triple negativo en el que no se expresan receptores de estrógeno ni de progesterona (ER o PR) o no existe un aumento de HER2.
Así se ha puesto de manifiesto a lo largo de un encuentro con medios que MSD ha organizado en su sede de Madrid con motivo de la financiación para el uso de pembrolizumab, comercializado como Keytruda, en fase temprana del cáncer de mama triple negativo. En el acto han participado Ana Argelich, presidenta y directora general de MSD España; Joaquín Mateos, director médico de MSD España; Federico Rojo, oncólogo y director del departamento de Anatomía Patológica de la Fundación Jiménez Díaz y Javier Cortés, oncólogo y director del International Breast Cancer Center (IBCC).
Los expertos han puesto de manifiesto la importancia de realizar un diagnóstico precoz y certero ya que las probabilidades de superar el cáncer se multiplican si se ha actuado de forma adecuada tanto antes como después de la cirugía. Por ese motivo, tanto Rojo como Cortés, han puesto el acento en el uso de biomarcadores para la identificación del tipo de cáncer de mama ante el que se está y, de este modo, elegir el tratamiento adecuado en cada caso. Ambos han denunciado la existencia de diferencias relevantes en el acceso a biomarcadores y tratamientos entre comunidades autónomas, provincias, hospitales o incluso profesionales que afectan a los pacientes y pueden significar la diferencia entre un buen y un mal pronóstico.
Cortés ha recordado que de los 37.000 casos de cáncer de mama existentes en nuestro país anualmente, el lazo rosa se convierte en negro para 6.500 mujeres. En caso de padecer cáncer de mama triple negativo, que supone aproximadamente el 15% de los casos, el pronóstico hasta ahora ha sido peor que en otros subtipos. Por ese motivo, el director del IBCC considera “urgente” el desarrollo de nuevos medicamentos que permitan dar oportunidades a quienes lo sufren.
De este modo, Cortes ha considerado que la financiación de pembrolizumab para este tipo de cáncer es una buena oportunidad ya que utilizado previamente a la cirugía, junto a la quimioterapia, incrementa la posibilidad de alcanzar la desaparición de la masa tumoral, con las opciones de supervivencia se incrementan de forma significativa. Por ese motivo, ha considerado que este fármaco en la actualidad “no es una opción, sino el tratamiento de elección”.
Por su parte, Federico Rojo resaltó que la labor de los patólogos en la actualidad ha pasado de confirmar la existencia de un cáncer a “aportar los apellidos” del mismo. Esta tarea, no obstante, también supone un incremento de carga laboral, mayores costes operativos y necesidades de recursos humanos, que han provocado “una cierta inequidad ya que no todos los hospitales acceder a todos los biomarcadores”. Esta situación es muy relevante para este patólogo ya que, como recuerda, “sin biomarcador, no hay medicina de precisión”.
En el caso de las pacientes con cáncer de mama triple negativo, Rojo ha explicado que con la identificación de la expresión del receptor PD-L1 se permite la selección de pacientes que puedan acceder al tratamiento efectivo con pembrolizumab.
Luchar contra las inequidades
Los expertos consideraron necesario luchar contra las inequidades que se observan en el sistema y que no siempre están vinculadas a una comunidad autónoma frente a otras. Cortés consideró que los pacientes deben tratar de incrementar su formación e información sobre sus enfermedades e instó a solicitar siempre una segunda opinión. Igualmente, de cara a los profesionales, recomendó que expongan siempre a los pacientes las mejores opciones disponibles desde su visión profesional, aunque luego no las puedan utilizar, para que sea el paciente el que también pueda reclamar su uso. Este experto también consideró que las sociedades científicas podrían incrementar su papel en la lucha contra las inequidades y propuso que se establezcan unos mínimos y se realicen auditorías acerca del cumplimiento de estos.
Por otro lado, este oncólogo también planteó la necesidad de incrementar la transparencia, la medición de resultados y el benchmarking, así como permitir a los pacientes acceder a cualquier centro del territorio nacional para ser tratados, siempre que lleven consigo la financiación oportuna, como ya se hace en Francia, incluso con centros privados.
Federico Rojo también apunto a que la responsabilidad de las diferencias de equidad está en “los decisores”. A este respecto, expuso que no existen procedimientos de medición de resultados ni de los diagnóstico, por lo que no se pueden “comparar entre centros”. Por ese motivo, este patólogo denunció la “falta de transparencia”. Igualmente, planteó las dificultades para que el sistema sanitario público pueda incorporar profesionales no médicos a sus estructuras.
Más investigación
La otra pata necesaria para mejorar la atención al cáncer es la investigación, como reclamaron los clínicos participantes en el evento.
Joaquín Mateos destacó que el desarrollo de pembrolizumab, hasta alcanzar 17 indicaciones financiadas en nuestro país, “es fruto del trabajo de investigación que venimos realizando para ampliar, tanto los tipos de cáncer en los cuales esta terapia puede suponer una alternativa, como los estadios de la enfermedad en los que aplicarla”.
A este respecto, Mateos explicó que actualmente, MSD dispone del “mayor programa de investigación clínica en inmunooncología de la industria, con más de 1.600 ensayos clínicos”. Además, expuso que su compañía está explorando otras líneas de investigación en oncología, más allá de la inmunooncología, como diversos inhibidores de proteínas o terapias individualizadas con neoantígenos, lo que supone “un prometedor pipeline, con el objetivo de seguir avanzando en descubrir y aportar soluciones innovadoras para el tratamiento del cáncer”, según el director médico de MSD España.