Política

El nuevo SPR planteará estrategias para que el genérico gane volumen desde el primer día

El nuevo Sistema de Precios de Referencia (SPR) impulsará la competencia y las ventas de genéricos mediante estrategias innovadoras, incluyendo ajustes en políticas de contratación y un diferencial de precios claro para incentivar su elección desde el primer día.
César Hernández, director general de Cartera Común de Servicios del SNS y Farmacia, durante su intervención.

El nuevo sistema de precios de referencia (SPR), que se regulará a partir de la modificación de la Ley de Garantías y Uso Racional de los medicamentos, tiene como uno de sus objetivos principales el fomento de la competencia y el incremento del volumen de ventas de los medicamentos genéricos.

Para lograr estos objetivos, permitir un diferencial de precios “es fundamental”, según el director general de Cartera Común de Servicios del SNS y Farmacia, César Hernández. Además, considera relevante otra estrategia que hasta ahora no se había expuesto. Se trata de “valorar algún cambio en políticas de contratación para asegurar que desde el día cero las compañías de genéricos estén en disposición de vender sus medicamentos, también en el hospital”. Aunque Hernández no ha explicado el alcance de esta medida, podría afectar a los concursos que podrían estar en marcha en el momento del lanzamiento del genérico.

“Tenemos que encontrar la fórmula para permitir que, en el menor tiempo posible, se disparen las cuotas de un genérico en cuanto se lanza gracias al diferencial de precios, como ocurre en Europa”, señaló Hernández en el marco de un encuentro organizado por la Asociación Española de Medicamentos Genéricos (Aeseg) en colaboración con La Razón.

El diferencial de precios y, por tanto, la distinta aportación que realizan los pacientes en concepto de copago, es el principal elemento que para el dirigente del Ministerio de Sanidad va a permitir el crecimiento de volumen en los medicamentos genéricos. “Queremos que la diferencia de precio sea evidente y que se convierta en un elemento de decisión para el paciente, que elija el genérico para pagar menos”, explicó Hernández. De este modo, el sistema no coarta la libertad de las personas a la hora de tomar decisiones, pero facilita una política farmacéutica que “maximiza la obtención de salud con los recursos que la sociedad pone al servicio del sistema sanitario”, explicó.

De este modo, el nuevo SPR tendrá como objetivos principales el promover una competencia sana en el sector, facilitar la multiplicidad de actores, que los genéricos puedan alcanzar volúmenes más elevados que en la actualidad, que la Administración tenga la mínima intervención necesaria para que fluya el mecanismo de competencia y que permita la recuperación de productos cuando haya problemas de viabilidad.

Respecto de este último aspecto, el director general afirmó que el próximo SPR debería permitir excluir del mismo a medicamentos de interés en riesgo de discontinuación por falta de interés comercial, aunque también se trabajará para que el SPR tenga “una dinámica que incentive que haya más participantes en el mercado”. En cualquier caso, el director general explicó que ya la ley actual permite algún tipo de actuación en este ámbito y detalló que en los últimos meses se ha procedido a incrementos de precio de medicamentos pese a estar incluidos en precios de referencia.

Además, Hernández explicó que el sistema de precios de referencia debe buscar un modelo que, como el actual, solo aplique rebajas de precio al principio de la creación de los conjuntos y luego “quede inamovible”.

Innovaciones incrementales o VAM

Otro aspecto que estará reconocido en el nuevo SPR serán las innovaciones incrementales o medicamentos con valor añadido (VAM), como se les conoce en el ámbito de los genéricos. El director general consideró que puede haber innovaciones relacionadas con aspectos que queden a la elección del paciente por motivos de sus preferencias en cuanto a comodidad, sabores, etc.; pero puede haber otros que repercuten en la salud, como por ejemplo mejorar la adherencia, que repercuten en la efectividad del medicamento, que deberían ser financiados por el sistema.

Por ese motivo, Hernández explicó que “hay que ver quién paga y cuánto por ese valor añadido”, lo cual será contemplado en la nueva normativa y el desarrollo posterior.

Reforma de la ley de garantías

Hablando en términos generales de la reforma de la Ley de Garantías, Hernández señaló que han recuperado la idea de ir hacia una reforma de la ley más amplia, que tome los aspectos comprometidos con el Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia (PRTR), además de otros aspectos que tienen como objetivo “reequilibrar el sistema”.

El director general es consciente de las dificultades que pueden surgir durante la tramitación parlamentaria a realizar y por ello señaló que espera que “las medidas que van a plantear en la ley todo el mundo las vea como necesarias para contribuir al equilibrio del sector”.

Si fuera necesario recortar las materias a abordar, esto no afectaría al SPR que es “de lo primero a tocar con la ley y estará en la versión amplia o corta”. En cualquier caso, Hernández quiere plantear un modelo que “reequilibre el sistema farmacéutico para los próximos 15 años” ya que la presión por el acceso va a crecer, así como el desarrollo tecnológico e industrial. Para ello, es consciente de que hay que “tocar diferentes piezas en distintos sitios”.

Importancia industrial

El director general también aprovechó su intervención para destacar el importante tejido industrial farmacéutico, especialmente en materia de medicamentos genéricos que existe en nuestro país. Según destacó, gracias a esa presencia industrial, durante la pandemia se abordó de mejor manera los problemas de abastecimiento de determinados medicamentos gracias a que las plantas pusieron al servicio del sistema su capacidad productiva. Por ese motivo, se ha mostrado dispuesto a mantener las condiciones que facilitaron en su momento la existencia de esas plantas de producción, de modo que se mantenga una cierta autonomía estratégica en materia farmacéutica.

A este respecto, recordó que se está trabajando en un Plan de la industria para que todos los agentes “encuentren un modelo de negocio al que acogerse para fabricar medicamentos en España o Europa”, con el objetivo de asegurar tanto la autonomía estratégica como las ventajas en materia de economía y empleo que ofrece la industria farmacéutica.

Visión de Aeseg

Previamente a la intervención de Hernández, la presidenta de Aeseg, Mar Fábregas, planteó la visión que tienen sobre su papel en la sociedad y el comportamiento del mercado.

Respecto del primer asunto, Fábregas aseguró que los genéricos son “una red de seguridad” frente al desabastecimiento”, y aseguró que, cuanto más comercializadores haya, más se reduce ese riesgo. Además, planteó que a los 1.000 millones de euros de ahorro anual que, según sus cálculos producen los medicamentos genéricos, en los próximos cinco años podría promover un ahorro adicional de 1.800 millones por el vencimiento de patentes.

Pese a ello, la presidenta de Aeseg expuso los retos y riesgos que tiene que afrontar este sector. Según ella, los genéricos se encuentran estancados en los últimos ocho años, ya que los productos lanzados en este periodo solo suponen el 5% del volumen de ventas de los genéricos, por lo que están “viviendo de los medicamentos del pasado”. Además, recordó que en los últimos dos años han tenido que asumir una reducción de márgenes del 20% a consecuencia del incremento de los costes, algunos de ellos regulatorios, y que el 70% de las unidades vendidas lo hacen a un PVL inferior a 1,6 euros.

Como parte de la solución, coincidió con la receta de Hernández de asegurar un diferencial de precios entre marca y genérico postergando la creación de los conjuntos homogéneos hasta que no hayan transcurrido doce meses desde el lanzamiento del genérico. Según ella, “la falta de diferencia entre marca y genérico es el gran freno para que un mercado de genéricos se desarrolle”, siendo España el único gran mercado europeo donde no existe esa diferencia.

Por otro lado, propuso actualizar el umbral mínimo de 1,6 euros, estancado desde 2014, y que se ponga límite a las bajadas temerarias, que “solo consiguen reducir el número de competidores”.

En cualquier caso, Fábregas mostró a su sector como un ámbito “estratégico para la salud, la economía y la sostenibilidad” que está estancado en sus ventas y que puede tener riesgo de discontinuidad. Pero también es un “sector dispuesto a seguir generando ahorros” al sistema.

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