Terapéutica

El 90% de estudios con IA en trasplante hematopoyético no llegan a la práctica clínica

La Reunión Anual del Grupo Español de Trasplantes Hematopoyéticos y Terapia Celular (GETH-TC), que forma parte de la SEHH señala que la IA puede afinar los pronósticos de supervivencia y complicaciones clínicas

La Reunión Anual del Grupo Español de Trasplantes Hematopoyéticos y Terapia Celular (GETH-TC), que forma parte de la Sociedad Española de Hematología y Hemoterapia (SEHH), ha reunido a cerca de 600 expertos para abordar los avances y retos en el trasplante de médula ósea y la terapia celular. Entre otros asuntos destacados, se ha hablado de avances en ‘big data’ e inteligencia artificial (IA), prevención de recaídas post-trasplante y nuevos horizontes de la terapia CAR-T.

Alberto Mussetti, del ICO Duran i Reynals, ha subrayado que “estamos solo en las fases iniciales” del uso de IA en trasplante hematopoyético y terapia celular. “El 90% de los estudios publicados utilizan IA con fines pronósticos mediante algoritmos simples. Ninguno ha llegado aún a la práctica clínica. Pero es un inicio”.

Alberto Mussetti.

El doctor Mussetti augura un enorme potencial a estas herramientas. Según ha explicado, la IA no solo podría afinar los pronósticos de supervivencia y complicaciones clínicas, sino también asistir a los médicos en la toma de decisiones y empoderar a los pacientes mediante un mayor acceso al conocimiento médico.

A pesar de los avances, este experto ha alertado sobre el desfase europeo respecto a otros entornos: “Europa se queda atrás a nivel de IA. La reglamentación es éticamente buena, pero limita drásticamente el desarrollo de estas tecnologías”. También ha lamentado la falta de una visión compartida: “Falta un ambiente y una visión común para desarrollar y utilizar estas herramientas en un entorno seguro”.

Para el doctor Mussetti, el futuro ya está aquí: “Muchos médicos o pacientes están utilizando ya, en su práctica clínica diaria, herramientas con grandes modelos de lenguaje, como ChatGPT y similares. La clave está en cuánto podemos confiar en estas herramientas en el entorno de la salud pública. Es necesario que la comunidad médica se dedique a conocerlas, utilizarlas y validarlas”.

Prevención de recaídas

Por su parte, Arancha Bermúdez, del Hospital Universitario Marqués de Valdecilla, de Santander, ha puesto el foco en uno de los principales retos del trasplante hematopoyético: evitar las recaídas. “Para mejorar los resultados del trasplante y curar a más pacientes a largo plazo, debemos prevenir o tratar de forma muy precoz las recaídas”, ha señalado. Para ello, considera fundamental incluir terapias específicas en la plataforma de trasplante, en función de las características de la enfermedad.

Según ha explicado, “aproximadamente hasta un 40% de los pacientes, dependiendo de la enfermedad y del tipo de trasplante, recaerán tras el trasplante hematopoyético alogénico y ésta es la principal causa de fracaso del procedimiento”. Aunque no existe una estrategia universal de prevención, hay subgrupos de leucemias con alteraciones genéticas o inmunológicas sobre las que se puede actuar.

“En la leucemia mieloide aguda (LMA) con alteraciones genéticas conocidas, el mantenimiento con fármacos postrasplante ha demostrado mejorar el control de la enfermedad, a medio plazo, y la supervivencia, a largo plazo. Esta estrategia, junto con la potenciación de los mecanismos inmunes del trasplante, puede ser una vía efectiva para disminuir la recaída”, indica Bermúdez.

En el caso de la leucemia linfoblástica aguda (LLA), la experta ha apuntado que “la profilaxis postrasplante con inhibidores de tirosina cinasa dirigidos frente a BCR/ABL ofrece muy buenos resultados a medio plazo y es ya práctica habitual”. Además, ha destacado el papel emergente de la inmunoterapia: “Se están desarrollando alternativas basadas en anticuerpos dirigidos frente a antígenos tumorales, como CD19 o CD22, que pueden abrir un camino tanto en la prevención como en el control de las recaídas incipientes”.

CAR-T: de la hematología a las enfermedades autoinmunes

Lucía López Corral, del Hospital Universitario de Salamanca, ha moderado un simposio centrado en la expansión de la terapia CAR-T hacia nuevas indicaciones más allá del cáncer hematológico. “La terapia CAR-T ha revolucionado el tratamiento de diversas neoplasias hematológicas, consolidándose como una herramienta clave en pacientes con enfermedad refractaria o recaída”, destaca.

Los resultados preliminares en enfermedades autoinmunes como el lupus o la esclerosis múltiple abren nuevas perspectivas: “Apuntan a un cambio de paradigma, en el que la inmunoterapia celular podría inducir remisiones profundas y sostenidas mediante el reinicio selectivo del sistema inmunológico”, explica López Corral. Esta estrategia representa una alternativa transformadora a las terapias inmunosupresoras, al permitir un control duradero sin comprometer la inmunovigilancia a largo plazo.

Sin embargo, la experta advierte de los retos que acompañan a esta expansión: “Es crucial avanzar hacia modelos más accesibles, seguros y sostenibles, sin perder de vista la necesidad de una investigación rigurosa y colaborativa que permita consolidar estas terapias en la práctica clínica habitual”. Para López Corral, “el futuro de la inmunoterapia pasa por un enfoque transversal, donde la innovación traslacional acerque cada vez más la ciencia al paciente”.

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