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Una FH en la Unidad de Esclerosis Múltiple para optimizar tratamientos

Pilar Díaz, farmacéutica especialista de la Unidad de Esclerosis Múltiple del Hospital Nuestra Señora de La Candelaria, destaca su participación en el consenso terapéutico, la atención farmacéutica o la gestión de usos fuera de ficha técnica o compasivo.
Javier Merino y Pilar Díaz, en el Servicio de Farmacia del Hospital La Candelaria.

"Hace unos 5 años que tenemos una farmacéutica de nuestro Servicio dentro del equipo multidisciplinar de esclerosis múltiple. La Unidad está liderara por un neurólogo que nos ha visto desde el principio como colaboradores y aliados para dar un soporte integral al paciente. Ofrecemos apoyo a la prescripción, también contribuimos a la formación y a la información y además estamos muy comprometidos con la consecución de objetivos de coste-efectividad con las diferentes alternativas terapéuticas". Así describe Javier Merino, jefe del Servicio de Farmacia del Hospital Universitario Nuestra Señora de La Candelaria, la misión de la farmacéutica especialista, Pilar Díaz, en la citada Unidad, en la que ejerce como la verdadera experta del medicamento.

Ese rol lo desempeña en reuniones semanales y mensuales con el resto de integrantes de la unidad (tres neurólogos en la actualidad), en las que se valoran conjuntamente los inicios, los cambios e incluso la remisión de un tratamiento, sobre la base de una Guía que elaboraron al inicio de esta colaboración, y que fue validada en la Comisión de Farmacia y Terapéutica. "En ella está establecido cuál es el tratamiento adecuado para cada perfil de paciente", explica Díaz, quien, en lo que respecta a las terapias, asegura que, dado que entre los indicados en primera línea hay pocas comparaciones directas, suelen atender a otros factores "como la tolerancia o el coste efectividad".

En este marco de colaboración entre profesionales con distinto perfil surgió, además, el 'Programa de optimización de dosis en esclerosis múltiple' (Podiem), ya que detectaron que existe un grupo pequeño pero relevante de pacientes "que debutan pero no tienen brotes". Son pacientes de los que se puede decir que tienen la enfermedad controlada y que plantean a los médicos y a los farmacéuticos dejarse de tratar. El problema, indica Díaz, es que esa opción "no está descrita en las guías". Junto a éstos, existe otro grupo con serios problemas de efectos adversos que empezaron a reconocer que no se ponían todas las dosis. "La frecuentación con la que venían a la Farmacia nos hacía intuir una adherencia diferente a la pautada", señala Merino.

Para dar respuesta a estas situaciones diseñaron un protocolo "que se aplica a pacientes con respuesta completa, sin actividad radiológica en cinco años y sin secuelas de los brotes iniciales", aclara Díaz, "a los que se les propone dar una forma reglada a esas reducciones de dosis" por las que estaban optando por su propia cuenta y riesgo. El protocolo, avalado por la Comisión de Farmacia, se ha elaborado a partir de información incluida en subestudios de los ensayos clínicos, en los que han visto que había pacientes que respondían a dosis más bajas, y las propuestas de intervención pueden implicar una disminución de más del 50% de la cantidad pautada inicialmente.

Consentimiento del paciente

Para llevarlas a cabo, no obstante, se requiere el consentimiento informado del paciente, al que se aportan los datos disponibles y se le informan de los posibles riesgos y beneficios. "Y en caso de que se produzca una evolución no esperada se vuelve a la pauta anterior", asegura el jefe del Servicio de Farmacia. y para que el seguimiento de estos pacientes sea más estricto, además, se llevan a cabo revisiones cada tres meses, en vez de cada seis, y dos resonancias, en vez de una, al año. También disponen de un registro de pacientes con datos radiológicos, datos analíticos, datos de evolución clínica, número de brotes, adherencia al tratamiento y tipo de tratamiento que les sirve de apoyo.

De los resultados conseguidos con Podiem entre enero de 2012 y marzo de 2016 se puede destacar que sólo el 33% de los pacientes (30 de un total de 90) tuvieron que interrumpir el programa, llegando 10 de ellos a la pauta inicial por empeoramiento clínico. De esos 30, otros 13 cambiaron de tratamiento y hay siete en los que las causas del abandono son desconocidas. Además, se generó un ahorro de 224.444 euros por cada año, casi un millón de euros en total. La evaluación se sigue realizando y se presentarán nuevos resultados en el próximo Ectrims. No obstante, en la actualidad se ha reducido la participación de pacientes en Podiem, debido, apunta la farmacéutica especialista, "a la aparición de nuevas opciones terapéuticas, especialmente las orales".

Otras funciones de una FH en una Unidad de EM

Además de toda esa participación en las decisiones consensuadas sobre inicio, cambio y/o remisión de los tratamientos y la colaboración activa en el enriquecimiento y la actualización de la Guía farmacoterapéutica, Díaz como FH integrada en la Unidad de Esclerosis Múltiple, da mucho más de sí. Entre otras, ofreciendo atención farmacéutica cada dos meses a los pacientes, en una consulta en la que se hace seguimiento farmacoterapéutico y que permite, dado que las visitas al médico especialista son cada seis meses, advertir cualquier contratiempo.

También es la encargada de comunicar a los encargados de la gestión del stock de fármacos los inicios y los cambios de tratamiento, para facilitar una buena planificación, y es figura clave en la gestión de uso de tratamientos fuera de ficha técnica y de uso compasivo. "Un ejemplo de esto último se da con ocrelizumab, un fármaco que está en fase III de investigación y con el que ya se están tratando tres pacientes que no han podido entrar en ensayos por los requisitos para el reclutamiento", detalla, y añade que también está entre sus labores la de facilitar el acceso a pacientes con movilidad reducida, con dispensaciones fuera de horario, por ejemplo, o dando soporte a una sucursal en el Hospital del Sur de Tenerife con la que trabaja en coordinación.

Para concluir, Díaz, destaca los beneficios de un trabajo conjunto entre los servicios de Farmacia y Neurología, que les ha permitido "realizar negociaciones en bloque con la industria". Gracias a esto, "medicamentos que tenían precios dispares hemos conseguido que los laboratorios ajustaran sus precios y que podamos hablar, sobre todo en el caso de las primeras líneas, de precios prácticamente iguales". "Eso está muy bien, ya que prácticamente se le permite al paciente elegir la opción más cómoda, teniendo en cuenta que los tratamientos son para toda la vida", culmina.

 

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