La industria insiste en evaluar el valor global del medicamento, no el precio

Las IX Jornadas Farmacéuticas Canarias han acogido una mesa de debate titulada ‘Nuevos medicamentos: propuestas para su financiación’, que contó con la moderación de Agustín Álvarez, director general de Salud Pública de la Consejería de Sanidad de Castilla y León y la participación de Enrique Ordieres, presidente de Cinfa, y José Ramón Luis-Yagüe, que defendieron una nueva aproximación a la financiación que tenga en cuenta el valor que aportan los fármacos más allá de su precio.

El moderador abrió la mesa recordando el impacto social y político que generó en su día el precio de los medicamentos de la hepatitis C y el que parece que vendrá asociado a los nuevos medicamentos para el cáncer. En este sentido, se preguntó “por qué algunos medicamentos son tan caros. ¿Cómo se está repercutiendo el coste de la I+D en el precio, y el de fabricación?”, lanzo a los ponentes.

El primero en responder fue Enrique Ordieres, presidente de Cinfa, quien puso de manifiesto que el precio medio de los genéricos de su compañía está en los 3,33 euros, poniendo en duda la máxima del alto coste de los fármacos. En cuanto al precio de los medicamentos, en general, detalló, hay que incluir “el que se destina a la I+D, a la defensa de la propiedad intelectual, a la fabricación y a la publicidad y la comercialización, además de los márgenes razonables que hay que pagar a la distribución y la farmacia (en caso de medicamentos de receta) para que el medicamento cueste lo mismo en el centro de Madrid que en el pueblo más recóndito”.

Más allá de esto, opinó que, en lo que respecta a estos productos, lo que hay que tener en cuenta es el valor que aportan, por ejemplo, “en términos de esperanza o calidad de vida”. En este sentido, llamó a transitar, más allá de posibles modelos de financiación que se reduzcan a la aplicación de un margen de beneficio al coste de producción, que retribuya el valor que el fármaco aporta. Y, en este sentido, se quejó del precio de medicamentos como el ácido acetilsalicílico, enalapril o la simvastatina, que sirven para tratar a crónicos pluripatológicos y por los que no se llegan a pagar ni dos euros.

El debate del precio y la sostenibilidad

Seguidamente, Luis-Yagüe llamó a dejar “el alarmismo” cuando se pone en duda la sostenibilidad del SNS por causa del precio de los medicamentos, y señaló, a modo de ejemplo, que en las dos últimas legislaturas se han aprobado en España 44 nuevos medicamentos oncológicos y el peso de esta área en el gasto farmacéutico se ha mantenido en el 10%.

Dicho esto, reconoció que, de cara a realizar un gasto eficiente en medicamentos, es importante “avanzar en la medición de resultados, incluidos los que les interesan a los pacientes, y darles transparencia”. Para ello, instó a avanzar en el desarrollo de herramientas “como la historia clínica digital para todo el SNS” y a aprovechar “las nuevas tecnologías y el Big Data”. Con todos los datos sobre la mesa, apostó además por una aproximación “holística de los procesos asistenciales, considerando la aportación de los medicamentos  en esos procesos” y valorar en función de ello el precio. En definitiva, Luis-Yagüe opinó que hay que pasar de “una contabilidad por capítulos a una contabilidad analítica”.

Y es que el responsable de Relaciones con las CCAA tiene claro que la visión actual puede cambiar si se pasa a esa aproximación holística, ya que, señaló, hay datos que demuestran que hemos ganado 1,74 años de esperanza de vida en los últimos años, “un 73% gracias a medicamentos”. Citó también casos como el sida, “que ha pasado de ser una enfermedad mortal a ser crónica”, el de la curación de la hepatitis C con los nuevos antivirales, o el aumento de supervivencia en pacientes oncológicos. “Pero es que, además”, concluyó, “la innovación ahorra recursos al SNS”, y citó algunos de los estudios incluidos en el informe elaborado por la Fundación Max Weber para Farmaindustria.

“La innovación”, según Luis-Yagüe, “va a seguir avanzando en los próximos años”, e hizo alusión aquí a los 7.000 nuevos medicamentos que hay en desarrollo. “El dilema es”, prosiguió, “introducirlos en función del valor que aportan al SNS”. En este punto, ofreció la colaboración de la industria para avanzar en esa línea, así como para ayudar a las administraciones la incorporación de la innovación que viene.