A priori, las farmacias constituyen un punto de detección de enfermedades idóneo por su proximidad y accesibilidad. Sin embargo, pocas comunidades autonómicas se han decidido a contar con ellas para su inclusión en programas de cribado de enfermedades concertados con la Administración.
Más allá de campañas puntuales como las desarrolladas en diabetes o hipertensión, las Consejerías de Sanidad incluyen de manera escasa a las farmacias en sus acciones de detección precoz de patologías. Sin embargo, hay que sí lo hacen, y de manera creciente, como es el caso de la detección del cáncer de colon y recto. Cataluña lleva la delantera en esta iniciativa, que comenzó a implantar en 2009 en coordinación con hospitales de manera concertada, dentro de la Cartera de Servicios del CatSalut y en colaboración con los colegios de farmacéuticos.
En estos momentos, el proyecto se encuentra en fase de expansión y actualmente funciona en más de 400 farmacias de diversas zonas de las cuatro provincias del territorio, por donde se extiende progresivamente. En esta segunda fase de implantación, se han detectado 165 cánceres y 1.234 adenomas de alto riesgo y 696 de bajo riesgo.
Cada dos años, las personas entre 50 y 69 años reciben una carta a través de la que se les invita a participar en el programa. Voluntariamente, acuden a una de las farmacias participantes, donde reciben educación sanitaria y el kit de cribado. Y es que, según destacan desde el Colegio de Farmacéuticos de Barcelona, aparte de entregar el material, “la labor de las farmacias es tener un papel proactivo a la hora de convencer y concienciar de la importancia de la realización de la prueba”. Una vez entregada la muestra en la farmacia, se envía al laboratorio de uno de los hospitales colaboradores. Si el resultado es positivo, se realiza el diagnóstico definitivo.
Baleares y Murcia
Una metodología muy similar se sigue en el Programa de Detección de Cáncer de Colon y Recto de Islas Baleares, iniciado en 2015 por la Dirección General de Salud Pública y Consumo, con la colaboración del Colegio de Farmacéuticos de Islas Balares. Por el momento, participan en la iniciativa 86 farmacias de Mallorca, Menorca, Ibiza y Formentera.
Del mismo modo que en Cataluña, la población diana recibe una carta siendo invitada a acceder al programa y debiendo dirigirse a una de las farmacias participantes, donde se le entrega el kit y es informada sobre la realización de la prueba. Sin embargo, en Baleares, la muestra debe llevarse al centro de salud en vez de a la farmacia.
La administración murciana también cuenta con las farmacias en su programa de prevención del cáncer de colon. En este caso, la población diana recibe una invitación que detalla el lugar, día y hora para recoger y entregar los equipos de cribado, así como el listado de farmacias colaboradoras a las que puede acudir a por el Kit.
No ven necesario contar con la farmacia
Aparte de estas tres comunidades autónomas, otras nueve tienen implantados programas de prevención de este tipo de cáncer, sin embargo, prescinden de las farmacias como puntos de información y la gestión de la muestra. País Vasco, que dispone de uno “los mejores programas poblacionales preventivos de cáncer colorrectal a nivel internacional, en términos de cobertura, eficacia, calidad y participación”, según la Consejería de Sanidad, no tiene incorporadas a las farmacias en este plan de prevención.
Según los datos facilitados, a través del Programa se han realizado en 2015 un total de 245.000 invitaciones, con una alta participación (70,6%), lo que ha comportado el diagnóstico de 465 cánceres invasivos y 3.194 lesiones premalignas. Fuentes del Departamento de Salud apuntan a Diariofarma que no han visto la necesidad de contar con las oficinas de farmacia porque el kit, junto con una carta informativa, se envía por correo postal al domicilio del ciudadano, lo que supone un estímulo para la realización de la prueba. Una vez recogida la muestra, el paciente debe entregarla en un centro de salud, también con una amplia accesibilidad, afirman desde la Consejería.