La cooperación entre niveles asistenciales es imprescindible para asegurar la continuidad asistencial de los pacientes. Para que pueda ser una realidad la utilización de las nuevas tecnologías es fundamental y, en concreto, que el farmacéutico comunitario tenga acceso a toda la información del paciente, historia farmacoterapéutica e incluso la historia clínica. Así lo suscribieron los expertos que participaron en la mesa ´La cooperación entre niveles asistenciales para mejorar la continuidad asistencial’ que ha tenido lugar el marco del VIII Congreso Nacional de Farmacéuticos Comunitarios que se celebra en Alicante entre el 23 y el 26 de mayo.
La mesa, que ha contado con la colaboración de Esteve, ha sido moderada por Ana Molinero, vocal del comité científico del congreso y vicepresidenta de la Sociedad Española de Farmacia Familiar y Comunitaria (Sefac), y en la misma han participado la presidenta del Colegio Oficial de Farmacéuticos de Alicante, Fe Ballesteros, la presidenta de Sefac de Andalucía, Amalia García Delgado, el vicepresidente y coordinador de relaciones institucionales del Foro Español de Pacientes, Santiago Alonso Zamora y el director de Investigación de farmacia hospitalaria del Hospital Clínico San Carlos de Madrid.
Molinero inició la mesa de debate apuntó la definición de continuidad asistencial de Coleman del año 2003, definición que, en opinión de la moderadora, representa lo que verdaderamente significa. Así, cuando hablamos de continuidad asistencial, “nos referimos al conjunto de acciones diseñadas para asegurar la continuidad de la atención y continuidad sanitaria a medida que los pacientes transfieren, entre distintos lugares con niveles de atención, y que tiene como fin la seguridad del paciente y la calidad en la atención al mismo”.
Molinero señaló que todas las comunidades autónomas y el Ministerio de Sanidad, han ido elaborando informes y han trabajado para la continuidad asistencial. Estas estrategias “han marcado pautas muy claras para que el paciente tenga continuidad asistencial”. No obstante, la moderadora señaló que la cooperación no de ser “solamente inter sino también intra niveles”.
Las tecnologías, viento a favor
El representante de los pacientes señaló que es importante resaltar que “hay una parte del sistema que el paciente no debe ver, el paciente ha sido durante mucho tiempo el portavoz y transmisor” de las instrucciones entre profesionales. Además, Zamora apuntó “que todo lo tenemos a favor, con las tecnologías”. Por otro lado, explicó que los pacientes son los primeros que “están dispuestos a compartir toda la información”
Igualmente, Zamora pidió “dejar que el paciente se centre en su enfermedad” ya que para él, “es muy difícil enfrentarse al sistema”. Por ello, insistió en que hay una parte del sistema “en la que el paciente no debe participar” y se le debe transmitir la confianza de que funciona bien “para no crear miedos al paciente”.
Por su parte, Martínez Sesmero expuso que “es verdad que el sistema no responde a las necesidades básicas” por ello, consideró necesario hacer una autocrítica. Según él, “es verdad que un paciente no es solo una enfermedad, el paciente es un todo que transita por el sistema sanitario”, por lo que hay que tener en cuenta toda la transición asistencial. A este respecto, también apuntó que “los flujos de la información no están siendo bien canalizados y se tiene que trabajar desde los servicios de salud, desde el médico prescriptor, el médico de atención primaria hasta los farmacéuticos de hospital y farmacéuticos comunitarios”.
Por ello este farmacéutico hospitalario, señaló que los profesionales “deben saber acompañar al paciente y hacer que el paciente esté bien informado. Debemos de mejorar, debemos aprender los unos de los otros y canalizar las expectativas”.
Cada transición supone un riesgo
Por su parte, García- Delgado, como representante de la visión desde la farmacia comunitaria, apuntó que “cada transición por el sistema es un mayor riesgo para el paciente, así a mayor número de transiciones más riesgo”. Por ello, y teniendo en cuenta el envejecimiento de la población y la existencia de un mayor número de transiciones “no nos queda más remedio que colaborar entre todos, para asegurar los tratamientos farmacológicos, para mejorar la salud del paciente, incluso para conseguir un ahorro económico”. Por ello, la experta hizo hincapié en que “estamos condenados a entendernos”.
García-Delgado expuso que existe “un gran problema de comunicación”. Por ese motivo, reclamó “perder el miedo a colaborar” entre los distintos profesionales y pensar que no se produce intromisión en las competencias de otros.
A este respecto, Sesmero insistió en “que es muy importante la colaboración y hay que empezar a normalizar estas gestiones, tanto entre médicos de primaria, hospital y farmacéuticos”, por ello, consideró necesario “definir los roles de cada profesional”, cuestión que será por el bien del paciente..
Poner el foco en el paciente
Por su parte, Ballesteros se mostró satisfecha por el hecho de que todos estén “de acuerdo y todos piensen “lo mismo”. Por ese motivo, consideró que la continuidad asistencial “debe enfocarse de cara al paciente” Además recalcó que “no podemos concebir ninguna actividad asistencial integral sin contar con la farmacia comunitaria”.
Ballesteros apuntó los resultados del proyecto ‘Concilia’, que evidenció bastantes discrepancias en la prescripción. Por ello el Consejo General de Colegios Oficiales de Farmacéuticos (CGCOF) ha impulsado el inicio de una segunda fase con la participación de ocho colegios de farmacéuticos.
A este respecto, Martínez Sesmero expusó que se “necesitan estudios y convenios de colaboración” e hizo referencia al proyecto ‘SimbioTIC’, una iniciativa que se sustenta en el principio de cooperación y tiene el propósito de incentivar a los farmacéuticos hospitalarios y comunitarios para que trabajen de forma colaborativa hacia una mejor atención al paciente garantizando la continuidad de la misma en el que se establece una hoja de ruta. El experto resaltó la importancia de las acciones que se vienen desarrollando por las sociedades científicas.
Por otro lado , Zamora destacó que no debe olvidarse la vida laboral y personal del paciente. De este modo, consideró necesario “reeducar al paciente”, ámbito en el que “tiene un papel importante la farmacia comunitaria”. El experto apuntó que el objetivo es que “el paciente no tenga que volver al hospital”. Por ello, apuntó que “debemos reprogramar a la persona, debemos ser el gestor”.
Proyecto de colaboración entre FH y FC
En la mesa debate se abordó el modelo de cooperación elaborado por farmacia hospitalaria y farmacia comunitaria para asegurar la continuidad asistencial en los pacientes con insuficiencia cardiaca al ingreso y al alta hospitalaria. A este respecto, se apuntó que se eligió este tipo de patología, ya que el paciente que la sufre tiene muchas transiciones, ya que es un paciente débil, y por la gran cantidad de ingresos que pueden producirse.
García Delgado, expuso que el modelo colaborativo se basa en la detección de unas necesidades, tanto por el colectivo sanitario como pacientes, y “a partir de aquí buscar aliados”. No obstante, señalado que además de los farmacéuticos,”debe incluirse a medicos y enfermeria. Y a partir de aquí , empezar a trabajar”. El documento es un ejemplo claro de colaboración. Lógicamente se extenderá a otras patologías, pero la base es igual para todas, subrayó.,
Sesmero, a este respecto señaló que es importante “contar con gente que esté dispuesta a participar, es importante priorizar. Debemos seguir extendiendo y dar ejemplo, y llegar hasta donde podamos”.
El experto también, resaltó “que la aplicación de las tecnológicas como fin es importante , pero sobre todo, para compartir información. Por ello, piensa que la farmacia comunitaria debe tener acceso a la información completa”. Aclaró, al respecto, que el paciente estaría dispuesto a dar su información y datos. Sesmero, insistió “que es clave y fundamental para que se pueda trabajar de una manera real y que sea efectivo”.
Ballesteros enfatizó que por los farmacéuticos comunitarios “deberían conocerse la historia clínica, para poder atender mejor al paciente”. Y por último, Ballesteros recordó la existencia del Proyecto Medafar, aclarando que “no existe voluntad política para facilitar la historia farmacoterapeutico”. Al respecto, García-Delgado señaló que la falta de voluntad política y la dificultad de las relaciones institucionales, llevan la necesidad de que “todos los profesionales deben unirse y apoyarse”. “ La voluntad de los participantes en este tipo de proyectos es muy importante y se acabará consiguiendo, a pesar de la falta de apoyo de la administración”, concluyó.